Maria Emilia Casas Baamonde y su esposo, Jesús Leguina, son amigos de Koldo Gorostiaga, ex europarlamentario de HB. El matrimonio de prestigiosos juristas ha puesto su saber al servicio de los nacionalistas vascos varias veces, la última cuando Casas rechazó el recurso del Gobierno de Aznar contra el Plan Ibarretxe.
María Emilia Casas Baamonde ha marcado varios récords en el Tribunal Constitucional. Fue el jurista más joven elegido para formar parte del Tribunal; fue la primera consorte que ‘sucedió’ a su cónyuge, Jesús Leguina, como magistrado del Tribunal; y es la primera mujer que lo preside.
La primera sorpresa que produce el curriculum de Casas es que una catedrática de derecho del trabajo presida un tribunal que juzga, sobre todo, casos de derechos fundamentales y pleitos entre las Administraciones. Pero existe el precedente de otro presidente, Francisco Tomás y Valiente, que era catedrático de historia del derecho. Ella se incorporó al TC en 1998, a propuesta del PSOE, dentro del cupo designado por el Senado.
Antes de su elección como presidenta del TC, Casas Baamonde respaldó con su voto casi todas las sentencias y resoluciones favorables a los intereses del PNV. La principal de éstas fue el rechazo en abril a la admisión a trámite del recurso del Gobierno del PP contra la tramitación parlamentaria del Plan Ibarretxe en la cámara autonómica vasca. El pleno se pronunció por siete votos frente a cinco. Si se hubiera admitido el recurso, el plan no habría podido votarse como pasó el 30 de diciembre; el sólo hecho de haberlo incluido en el orden del día habría sido una desobediencia. En caso de que Casas hubiera apoyado la aceptación del recurso, habría habido un empate y éste lo habría solucionado el voto de calidad del presidente, entonces Manuel Jiménez de Parga, que estuvo en el bando derrotado.
Según fuentes universitarias, uno de los amigos de la presidenta es Koldo Gorostiaga, que figura entre los principales dirigentes del brazo político de ETA. Ha sido europarlamentario por Batasuna y el juez Baltasar Garzón le acusó de transferir 200.000 euros del salario y de las dietas que cobraba del Parlamento Europeo a ETA.
Otra de las curiosidades de la biografía de María Emilia Casas es que, pese a su filiación izquierdista, fue discípula del catedrático de derecho del trabajo en la Complutense Manuel Alonso Olea, un jurista vinculado al desarrollo del derecho laboral durante el franquismo, y no sólo como profesor. Entre otros cargos de designación dentro del Ministerio de Trabajo, Alonso Olea fue Director General de Empleo y Jurisdicción y presidente del Tribunal Central de Trabajo. Pero si Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero tuvieron suegros que se ganaron la vida como militares en el Ejército de Franco, no hay nada reprochable en ser pupila de un universitario franquista.
Fuente: Minuto Digital
María Emilia Casas Baamonde ha marcado varios récords en el Tribunal Constitucional. Fue el jurista más joven elegido para formar parte del Tribunal; fue la primera consorte que ‘sucedió’ a su cónyuge, Jesús Leguina, como magistrado del Tribunal; y es la primera mujer que lo preside.
La primera sorpresa que produce el curriculum de Casas es que una catedrática de derecho del trabajo presida un tribunal que juzga, sobre todo, casos de derechos fundamentales y pleitos entre las Administraciones. Pero existe el precedente de otro presidente, Francisco Tomás y Valiente, que era catedrático de historia del derecho. Ella se incorporó al TC en 1998, a propuesta del PSOE, dentro del cupo designado por el Senado.
Antes de su elección como presidenta del TC, Casas Baamonde respaldó con su voto casi todas las sentencias y resoluciones favorables a los intereses del PNV. La principal de éstas fue el rechazo en abril a la admisión a trámite del recurso del Gobierno del PP contra la tramitación parlamentaria del Plan Ibarretxe en la cámara autonómica vasca. El pleno se pronunció por siete votos frente a cinco. Si se hubiera admitido el recurso, el plan no habría podido votarse como pasó el 30 de diciembre; el sólo hecho de haberlo incluido en el orden del día habría sido una desobediencia. En caso de que Casas hubiera apoyado la aceptación del recurso, habría habido un empate y éste lo habría solucionado el voto de calidad del presidente, entonces Manuel Jiménez de Parga, que estuvo en el bando derrotado.
Según fuentes universitarias, uno de los amigos de la presidenta es Koldo Gorostiaga, que figura entre los principales dirigentes del brazo político de ETA. Ha sido europarlamentario por Batasuna y el juez Baltasar Garzón le acusó de transferir 200.000 euros del salario y de las dietas que cobraba del Parlamento Europeo a ETA.
Otra de las curiosidades de la biografía de María Emilia Casas es que, pese a su filiación izquierdista, fue discípula del catedrático de derecho del trabajo en la Complutense Manuel Alonso Olea, un jurista vinculado al desarrollo del derecho laboral durante el franquismo, y no sólo como profesor. Entre otros cargos de designación dentro del Ministerio de Trabajo, Alonso Olea fue Director General de Empleo y Jurisdicción y presidente del Tribunal Central de Trabajo. Pero si Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero tuvieron suegros que se ganaron la vida como militares en el Ejército de Franco, no hay nada reprochable en ser pupila de un universitario franquista.
Fuente: Minuto Digital
1 comentario:
¿alguien sabe decirme?, aparte del cariz politico de la noticia.¿En que narices nos afecta a los trabajadores de la Administración de Justicia, la noticia en cuestión?
¿Merece que sea reflejada en este blog?
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