El juez de Marbella Francisco Javier de Urquía, condenado por el TSJA por cohecho, ya no quiere ser juez. Dicen sus amigos que Paco ha tirado la toalla. En la sala del tribunal que le juzga anunciaba que "no tengo intención de regresar a la judicatura". Al magistrado ya no le brillan los ojos como antes. Ahora su mirada es lánguida, casi de derrota, como la de aquellos que han perdido su alma en el camino.
Urquía espera impaciente la resolución del ‘Caso Puente Romano’, que se ha visto en los tribunales granadinos. El fiscal le acusa de participar, junto a dos amigos, en una trama pergeñada para sacar ocho millones de euros al dueño de dicho hotel, David Shamoon, imputado en el 'caso Hidalgo', cuando él instruía la causa desde el Juzgado de Instrucción Numero 2 de Marbella.
En estas horas difíciles de espera, Urquía se enfrenta a una petición del Ministerio Público de dos años de prisión, multas que suman 8.096.000 euros y 30 años de inhabilitación para el cargo de juez.
Según se ha podido saber de fuentes de la investigación, cuando fue imputado por su colega de juzgado Miguel Ángel Torres, en la pieza separada del ‘Caso Malaya’, Francisco Urquía viajó el 2 de julio del 2007 a la Haya para conseguir una situación similar a la que ahora disfrutará el juez Garzón, si le apartaban de sus funciones judiciales. Finalmente, el plan se truncó.
Cuando le inhabilitó el TSJA, intentó regresar pidiendo su plaza al CGPJ. Pero el Pleno del Consejo General del Poder Judicial rechazó el recurso interpuesto por el magistrado contra el acuerdo del órgano de gobierno de los jueces. El caso es que Urquía había cobrado 73.800 euros del ex asesor urbanístico de Marbella, Juan Antonio Roca, a cambio de prohibir un programa sobre su patrimonio y eso era algo que no le perdonan los jueces. Luego Roca le acusó de haber aceptado sus favores, en concreto, dinero para la compra de su casa.
Aun así, él sigue defendiéndose. Urquía no para de repetir ante sus colegas que “todo lo que está pasando es un montaje de los acusados de Hidalgo para desacreditar la operación”. Niega por activa y por pasiva haber dado ninguna información sobre el sumario de Hidalgo a los que entonces eran sus amigos Igor Mier y Arnaud Fabrice Albouhair para que extorsionaran al empresario hotelero David Shamoon.
Los ‘amigos de Paco’, a los que Urquía llamaba sus ‘hermanos de Marbella’, ahora le han traicionado. Primero Arnaud, que instó a Roca a que declara en contra del juez afirmando que le había comprado una casa; y después Mier, desprestigiando su nombre. Urquía así lo dejo ver ante el tribunal. Destacó que desconocía las "rocambolescas" gestiones que supuestamente estaba realizando Mier ante Shamoon, imputado en la causa por blanqueo.
Este se jactaba de tener acceso al instructor. Incluso para verificar su testimonio se oyeron en las grabaciones de la sala cómo le dijo a Daniel, hijo de Shamoon: “¿A que tu padre se desmayó cuando declaró como imputado ante el juez Urquía? Si arregláis esto, te garantizo que en Marbella no tendrás nunca ningún problema judicial. Lo que entra en el juzgado yo lo controlo". Shamoon padre adujo que “no podía creer que un juez pudiera pedir dinero, pensé que sería otra persona que trataba de aprovecharse”.
De abogado en Alicante
El ex juez, que ya no quiere ser juez, ejerce ahora la abogacía en Alicante. En la costa blanca vive con su padre Faustino de Urquía, presidente durante una década de la Audiencia Provincial de Alicante. Allí ha cambiado sus noches en Olivia Valere por paseitos por la explanada. Su progenitor siempre creyó en la inocencia de su hijo. En plena guerra mediática tildó de "kafkaiana" la situación que vivía y le defendió a la grande calificando de "un disparate" hablar de la amistad entre Roca y su vástago.
Urquía llevaba ocho años ejerciendo de juez cuando le inhabilitaron. Llegó a Marbella tras pasar por los juzgados de Elche, Vélez y Talavera de la Reina. Al igual que otros jueces de Marbella, instruyó casos por delitos urbanísticos en los que figuraban Julián Muñoz, Juan Antonio Roca y la ex alcaldesa Marisol Yagüe como imputados. Ahora el juez trabaja codo con codo al lado de su familia. Es el mayor de una prole dedicada a la abogacía, donde su hermano también ejerce como letrado.
Fuente: elconfidencial.com
Urquía espera impaciente la resolución del ‘Caso Puente Romano’, que se ha visto en los tribunales granadinos. El fiscal le acusa de participar, junto a dos amigos, en una trama pergeñada para sacar ocho millones de euros al dueño de dicho hotel, David Shamoon, imputado en el 'caso Hidalgo', cuando él instruía la causa desde el Juzgado de Instrucción Numero 2 de Marbella.
En estas horas difíciles de espera, Urquía se enfrenta a una petición del Ministerio Público de dos años de prisión, multas que suman 8.096.000 euros y 30 años de inhabilitación para el cargo de juez.
Según se ha podido saber de fuentes de la investigación, cuando fue imputado por su colega de juzgado Miguel Ángel Torres, en la pieza separada del ‘Caso Malaya’, Francisco Urquía viajó el 2 de julio del 2007 a la Haya para conseguir una situación similar a la que ahora disfrutará el juez Garzón, si le apartaban de sus funciones judiciales. Finalmente, el plan se truncó.
Cuando le inhabilitó el TSJA, intentó regresar pidiendo su plaza al CGPJ. Pero el Pleno del Consejo General del Poder Judicial rechazó el recurso interpuesto por el magistrado contra el acuerdo del órgano de gobierno de los jueces. El caso es que Urquía había cobrado 73.800 euros del ex asesor urbanístico de Marbella, Juan Antonio Roca, a cambio de prohibir un programa sobre su patrimonio y eso era algo que no le perdonan los jueces. Luego Roca le acusó de haber aceptado sus favores, en concreto, dinero para la compra de su casa.
Aun así, él sigue defendiéndose. Urquía no para de repetir ante sus colegas que “todo lo que está pasando es un montaje de los acusados de Hidalgo para desacreditar la operación”. Niega por activa y por pasiva haber dado ninguna información sobre el sumario de Hidalgo a los que entonces eran sus amigos Igor Mier y Arnaud Fabrice Albouhair para que extorsionaran al empresario hotelero David Shamoon.
Los ‘amigos de Paco’, a los que Urquía llamaba sus ‘hermanos de Marbella’, ahora le han traicionado. Primero Arnaud, que instó a Roca a que declara en contra del juez afirmando que le había comprado una casa; y después Mier, desprestigiando su nombre. Urquía así lo dejo ver ante el tribunal. Destacó que desconocía las "rocambolescas" gestiones que supuestamente estaba realizando Mier ante Shamoon, imputado en la causa por blanqueo.
Este se jactaba de tener acceso al instructor. Incluso para verificar su testimonio se oyeron en las grabaciones de la sala cómo le dijo a Daniel, hijo de Shamoon: “¿A que tu padre se desmayó cuando declaró como imputado ante el juez Urquía? Si arregláis esto, te garantizo que en Marbella no tendrás nunca ningún problema judicial. Lo que entra en el juzgado yo lo controlo". Shamoon padre adujo que “no podía creer que un juez pudiera pedir dinero, pensé que sería otra persona que trataba de aprovecharse”.
De abogado en Alicante
El ex juez, que ya no quiere ser juez, ejerce ahora la abogacía en Alicante. En la costa blanca vive con su padre Faustino de Urquía, presidente durante una década de la Audiencia Provincial de Alicante. Allí ha cambiado sus noches en Olivia Valere por paseitos por la explanada. Su progenitor siempre creyó en la inocencia de su hijo. En plena guerra mediática tildó de "kafkaiana" la situación que vivía y le defendió a la grande calificando de "un disparate" hablar de la amistad entre Roca y su vástago.
Urquía llevaba ocho años ejerciendo de juez cuando le inhabilitaron. Llegó a Marbella tras pasar por los juzgados de Elche, Vélez y Talavera de la Reina. Al igual que otros jueces de Marbella, instruyó casos por delitos urbanísticos en los que figuraban Julián Muñoz, Juan Antonio Roca y la ex alcaldesa Marisol Yagüe como imputados. Ahora el juez trabaja codo con codo al lado de su familia. Es el mayor de una prole dedicada a la abogacía, donde su hermano también ejerce como letrado.
Fuente: elconfidencial.com
1 comentario:
Parece que no perdió el alma. Lo habría vendido por una buena suma.
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