
El hombre, que además era reincidente, fue condenado al pago de una sanción de 3.000 euros y, puesto que era insolvente y percibía ayuda social, se le conmutó la multa por 720 horas de trabajo social. Primero se le asignó trabajar en una granja, pero alegó que no podía cumplir tareas pesadas por prescripción médica.
Tras ello expresó su voluntad de cumplir la sanción en una guardería a lo que la asistenta social, al parecer desbordada de trabajo, según el citado diario, accedió.
El pedófilo incurrió de nuevo en abusos a menores y algunos de esos niños lo explicaron a sus padres, tras lo que se abrió una investigación. El tribunal administrativo de Osnabrück abrirá un nuevo proceso por el caso.
Fuente: Alerta Digital
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