lunes, julio 12, 2010

"Los funcionarios de justicia están peor tratados y peor pagados"

Aunque pertenecen a dos generaciones tan distintas y distantes como las profesiones que representan, el juez y el abogado, coinciden en mucho. Sobre todo en que la Justicia necesita, antes que nada, una sede digna y después reformas puntuales. Pero mientras el más joven aboga por recuperar una justicia de proximidad, quitarle trabajo a los tribunales, dar un plus de productividad a los funcionarios o que sea el fiscal quien instruya, el veterano no quiere ni oír hablar de ese tribunal administrativo que va a crear la Junta y que supone «colocar a ocho o diez enchufados». Son Rafael Belmonte, Presidente de los Abogados Jóvenes de Sevilla y Joaquín Sánchez Ugena, Presidente de la Sección I de la Audiencia de Sevilla.


—¿Cómo calificaría la situación de la Justicia?

—Rafael Belmonte: La Justicia está en una situación de acoso y derribo. Al sistema le pondría un aprobado raspado, a los profesionales notable.

—Joaquín Sánchez Ugena: Estoy totalmente de acuerdo porque los profesionales nos esforzamos de la mañana a la noche. Algo que la inmensa mayoría de la sociedad ignora.

—¿Por qué tiene tan mala imagen la Justicia?

—R.B.:El sistema tiene mala imagen porque los medios se han utilizado de forma improvisada. Porque está anquilosado en el XIX sin haber pasado por el XX. Porque muchas veces las garantías procesales se han transformado en trabas burocráticas y quizás porque los plazos se transforman en incertidumbre y en frustración. Es el sistema el que tiene mala imagen.

J.S.U.: Estoy de acuerdo en que estamos anclados en el siglo XIX pero en algunas materias hemos pasado directamente del XIX al XXI sin pasar por el XX: Por ejemplo en grabar los juicios. Es verdad que tiene mala imagen pero se debe a que a los políticos le interesa que la Justicia sea la mala de la película. También porque la inmensa mayoría de ciudadanos nunca ha tenido nada que ver con la Justicia y no nos conoce. En 40 años, mucha gente me ha dicho: pensaba que eran de otra forma pero los jueces son serios y responsables. Siempre habrá un 50 por ciento de personas que hablen bien del juez y otro tanto mal.

—¿No son jueces, fiscales y abogados poco cercanos al ciudadano?

—R.B.: Quizás en el papel. Pero el abogado tiene la obligación de ser cercano al ciudadano porque lo representa. En el caso de otros operadores jurídicos como jueces o fiscales, la cercanía tiene que ser en el estricto cumplimiento de las garantías. Tampoco están en el mismo papel. Es conveniente la distancia de la persona para que se desapasione.

—J.S.U.:El abogado es muy próximo a los medios de comunicación cuando le interesa barrer para adentro o un titular a favor de sus intereses. Con respecto a los jueces, nuestra obligación es ser transparente e informar a los medios porque son el vehículo por el que la gente nos va a conocer. Pero desgraciadamente hay muchos jueces que se creen que son el no va más y que jamás aceptan hablar con un periodista o con una señora que tiene a su hijo en la cárcel.

—Respecto al lenguaje judicial ¿no habría que simplificar eso de la parte demandante, el otrosi, o la incoación del procedimiento?

—R:B: Habría que explicarse mejor pero tampoco tendríamos que dejar el rigor.

—J.S.U.:El derecho es una ciencia y una técnica y tiene su lenguaje. No se puede criticar al médico porque use tecnicismos pero me repatea el rocambolesco y retorcido lenguaje que a veces utilizamos.

—¿Es normal que hayan pasado dos años y medio desde lo de Mari Luz y año y medio de Marta y sus asesinos sigan sin sentarse en el banquillo?

—R.B.: Muchas veces las garantías procesales se convierten en trabas burocráticas del sistema. Hay que facilitar, sobre todo en casos con mayor repercusión, la agilidad.

—J.S.U.: Los asuntos que salen en los medios son los que van lentos. La inmensa mayoría de casos van con una celeridad asombrosa. En esta sala los asuntos se señalan inmediatamente.

—El otro día citaron a un imputado, un político, no se pudo celebrar, y se fijó de nuevo para diciembre...

—R.B: Los órdenes judiciales difieren. Yo tengo un juicio señalado para el 7 de julio de 2012 en lo contencioso. Y es algo habitual. Pero hay juicios sociales que se resuelven con rapidez. Otros llevan a la frustración.

—J.S.U.: Voy a poner un ejemplo. Nos han recusado y uno de los argumentos del letrado es que el asunto lo hemos resuelto con una celeridad asombrosa. Es como nosotros resolvemos, que haya otros tribunales que van despacio porque los responsables no se lo toman en serio, eso yo no lo sé.

—Volviendo al caso Mari Luz y Marta. Ambos van a ser juzgados por un jurado ¿Ofrece las mismas garantías para Carcaño y Del Valle?

—R.B.: la Ley del Jurado garantiza suficientemente la independencia del órgano. Cuestión diferente es que la insituación del jurado quizás viene de una cultura anglosajona y todavía hace falta una asimilación social. Quiero pensar que no están condenados de antemano. Si no, no creería en el sistema y habría un linchamiento.

—J.S.U.: Las personas que entienden siempre dicen, yo preferiría un tribunal profesional. Existe una desconfianza sobre el jurado. Los miembros del jurado no tienen porque se ser fríos y profundamente imparciales, pueden dejarse llevar por la opinión pública, ese es el peligro. En el caso de Mari Luz y de Marta hay garantías de que no se va a hacer trampa ni cartón sea un jurado o un tribunal profesional. pero los técnicos siempre prefieren un tribunal.

—Si tuviera usted que sentarse en el banquillo ¿Qué preferiría?

—R.B.:Depende del delito porque quizás en el caso de Marta, no preferiría un jurado. Pero en otro tipo de caso si preferiría un jurado. Podría ser más comprensivo.

—J.S.U.: Si yo me sentara en el banquillo me tiraría de la Giralda. ja, ja, ja. Porque los jueces somos tan corporativistas que cuando nos tenemos que sentar en el banquillo, tenemos algún principio procesal «in dubio» contra el compañero. Es el anticorporativismo. Yo creo que lo debe de juzgar un jurado siempre que haga lo que el presidente crea oportuno.

—Se habla mucho de modernizar la Justicia ¿Eso como se hace cuando las diligencias se pasean en carrito y el email apena se usa?

—R.B.: Antes hay que hacer una reforma hacia adentro. Primero la autocrítica, después una gran reforma. No me vale que el procedimiento únicamente se impulse por el juez. En otros sitios los fiscales investigan, los jueces juzgan y los secretarios ejecutan. Esa desconcentración habría que hacerla. Porque lo que no puede ser que es que para celebrar un juicio de faltas por diez euros esté sentado en una mesa un juez, un secretario, un fiscal, dos abogados y dos horas de trabajo.

—J.S.U. : A mi me da pánico. Porque cada vez que hemos intentado modernizar sólo ha servido para complicarla o enturbiar lo que estaba claro y hacer difícil lo sencillo. Lo primero es sacar la justicia de esta pocilga en la que trabajamos que es un insulto al ciudadano, a los profesionales, a los testigos. Basta subir a la sexta planta, el TSJA, y están hacinados como ganado los magistrados. No se le puede llenar a los políticos la boca de modernizar la Justicia mientras esos profesionales vivan como viven en la sexta planta. En cuanto a lo de la instrucción por el fiscal, no tiene porqué ser menos lenta. Pero los jueces somos independientes y los fiscales no porque dependen del poder público y van a seguir las instrucciones del Gobierno. No me importaría que eso fuera así siempre que el fiscal fuera independiente. Mientras el fiscal esté nombrado por el ministro de Justicia a ningún juez nos merece la menor fiabilidad.

—¿Qué le parece la actuación de la Fiscalía de Sevilla en el caso Mercasevilla? ¿Contrasta su actitud con la de otras fiscalías de otras zonas?

—R.B.: La cuestión de Mercasevilla no ha terminado y no es evaluable: Llama poderosamente la atención que la misma denuncia que se pone en la Fiscalía o en el juzgado recibe distinto trato. Otro debate sería el de la independencia de los fiscales.

—J.S.U.: No puedo opinar porque todos los recursos vienen a esta sala.

—¿Se pleitea demasiado?

—R.B. No. A los ciudadanos no se les deja otra opción que los tribunales. Habría que ver cuántos recursos de alzada pone el ciudadano y cuántos son estimados por los tribunales.

J.S.U. Los jueces entendemos que los abogados pleitean demasiado y los abogados que demasiado poco.

—¿La solución para descongestionar los juzgados es poner a trabajar a los funcionarios por la tarde?

—R.B: Quizás la solución sería poner complementos de incentivación al rendimiento como pasa con los jueces que muchas veces cobran por sentencia. Podría ser un estímulo. No se trata de trabajar por la mañana o por la tarde, se trata de impulsar. Pero la mayoría de los funcionarios realizan una actividad encomiable y son víctimas de los legajos en el suelo.

J.S.U.: Con que trabajen por la mañana esto sería jauja. Primero vamos a trabajar por la mañana y si no hemos terminado, vamos a trabajar por la tarde. Y no lo digo como una crítica.

—¿También tienen mala fama los funcionarios de justicia?

—R.B.: Rompo una lanza por ellos.

—J.S.U.: Los funcionarios de justicia trabajan mil millones de veces más que los de la administración a secas. Y están peor tratados y peor pagados.

—Se admiten apuestas sobre la fecha de la ciudad de la Justicia...

—R.B.: Las sedes judiciales no aguantan una inspección de Trabajo, de salud laboral. Hace falta alguien del poder político que tenga la suficiente voluntad de realizar el proyecto. Y mostrar cómo se va a hacer. Han variado cuatro veces de sitio. Quizás el edificio del equipo quirúrgico uniéndolo al Prado y quitando Viapol podría ser una sede concentrada y noble. Tampoco es bueno una Ciudad de la Justicia demasiado alejada.

—J.S.U.: La Ciudad de la Justicia no se podía hacer porque no había dinero. Mientras subsista este régimen en Andalucía no se va a hacer nunca.

—¿Qué le parece este dato: el 40 por ciento de los juicios por maltrato acaban en absolución?

—R.B.: Habrá que ver cual ha sido la respuesta del juzgado y si se han abierto diligencias por denuncia falsa y si hay una utilización perversa. Habría que verlo antes de pronunciarse.

—J.S.U.: Si es así, me parece escandaloso. Sentar a diez señores en el banquillo y que de ellos, cuatro se vayan inocentes a casa, me parece fuerte.

—¿Lo del Kurdo del zapatazo a Erdogan es para echarle tres años?

—R.B.: Solo lo conozco por prensa.

—J.S.U.: Si le llega a dar, le cae cadena perpetua. Me parece disparatado que por un detalle como ese se condene a una persona a tres años. Tengo la seguridad de que va a ser indultado o le van a conceder el tercer grado.

—¿Qué le parece la tipificación de la agresión al Gran Poder?

—R.B. La actuación de los tribunales ha sido correcta. Pero la enorme repercusión por el peso devocional que tiene hace que nos cuestionemos hasta el más mínimo detalle. Hay que dilucidar si debería ser además de contra el patrimonio artístico delito contra las creencias religiosas. Nos hemos sentido absolutamente conmovidos. También habría que ver la finalidad porque no es lo mismo que a ese señor se le haya ido la pinza o que quisiera hacer daño a lo que representa el Gran Poder.

—J.S.U.: Me ha llamado la atención al calificación jurídica. Creo que no es la más afortunada. Me parece que encaja en al artículo 523 bajo la rúbrica de delitos contra la libertad de conciencia y sentimientos religiosos. Para el sentimiento común de los sevillanos, por encima del valor artístico está lo que significa. El mismo respeto me merece el Gran Poder que la estatua de Buda.

—El príncipe Felipe se ha quitado la corbata ¿Qué le parece quitar las togas en los juicios?

—R.B.: La toga representa la importancia del acto que estamos desarrollando. Tampoco le pedimos al cirujano que se quite la mascarilla para que el operado pueda verle la cara.

—J.S.U.: Yo durante toda mi vida me he puesto camisa blanca y corbata negra en los juicios. Los símbolos son importantes pero no puede convertirse en un símbolo en sí mismo.

Fuente: ABC.es

No hay comentarios: