Carpetas repletas de papeles rebosan las mesas se agolpan en pequeñas estanterías. Llueve sobre mojado. La crisis económica ha disparado el número de asuntos que llegan a los tribunales murcianos y ha 'engordado', aún más, un atasco judicial ya de por sí preocupante. Los últimos datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) -plasmados en su informe 'La Justicia dato a dato'- no son nada halagüeños. En 2009 los juzgados de la Región cerraron con 124.102 asuntos pendientes de resolver.
Despidos, concursos de acreedores, reclamaciones de cantidad... La mala situación económica ha disparado el trabajo. En los dos últimos años, el atasco judicial ha aumentado cerca de un 50%. Si 2007 se cerraba con algo más de 80.000 asuntos pendientes de la decisión de un magistrado, el pasado año los tribunales echaron el cierre con más de 124.000 casos en trámite.
Los juzgados observan atónitos como, pese al trabajo, cada año reciben más y más asuntos y, aquellos que no se consiguen resolver, se van acumulando sobre la mesa. Es una bola de nieve que, a cada nuevo giro, gana en tamaño. En las últimas vueltas, sin embargo, esta hipotética bola ha crecido más de la cuenta.
Esta situación fue abordada la pasada semana por la portavoz del CGPJ, Gabriela Bravo, y los vocales delegados para la Estadística Miguel Carmona y Antonio Dorado, durante la presentación de su último informe. Según ponen de relieve las cifras, durante 2009, la justicia española ingresó más de 9,5 millones de asuntos, lo que supone un aumento de un 5,77% con respecto a la actividad del 2008.
Carmona defendió que el aumento de los asuntos judiciales es similar al incremento de trenes que realizan un determinado recorrido: «Si se ponen más trenes en funcionamiento, hay más que estarían en camino sin llegar a su destino, pero no tienen por qué ir con retraso, sino que hay más en circulación».
Avalancha de trabajo
El presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Juan Martínez Moya, apunta al impacto de la crisis y al aumento de la litigiosidad como algunas de las causas que han propiciado que haya más trenes sobre estas vías. No hay que obviar que el pasado año los tribunales de la Región recibieron 301.181 asuntos, 18.399 más que el año anterior -y 46.388 más que en 2007-. Una avalancha de trabajo que, pese a los nuevos juzgados creados, hace más lento el sistema, ralentiza los procesos y desespera a la población.
Especialmente significativo es el aumento de casos que han experimentado los juzgados de lo Civil -que han pasado de 41.169 en 2008 a los 66.498 del pasado año-y lo Social -aumentando de 9.319 en 2008 a 19.477 en el ejercicio anterior-. Martínez Moya explica que estas jurisdicciones son las más afectadas. El CGPJ puso en marcha, en septiembre de 2009, un plan de refuerzo para los juzgados de lo Social que ha decidido prorrogar, al menos, hasta final de mes.
Sea o no debido a este plan, lo cierto es que los juzgados lograron el pasado año batir sus propias marcas. Haciendo frente a una situación adversa, la justicia murciana logró sacar adelante 281.447 asuntos, 18.399 más que en 2008. Aún así, la tasa de resolución (0,93) sigue estando, según los datos del CGPJ, por debajo de la media del país (0,96). La tasa de congestión, como es obvio, está también alejada de la media. En el país se sitúa en 1,35, mientras que en la Región sube hasta el 1,45.
Toca armarse de paciencia
Una de las consecuencias más claras de este atasco judicial son las esperas. La avalancha de trabajo no permite a los juzgados murcianos trabajar con la premura que sería deseable. Por poner un ejemplo, la espera media de un ciudadano que inicia un proceso por la vía civil es actualmente de nueve meses y medio. Una tardanza que está bastante alejada de lo que soportan de media la mayoría de los españoles (7,7 meses) y que ha ido aumentando al compás de este atasco. En 2005 y 2006, los murcianos tenían que esperar unos siete meses de media. En 2007, la espera aumentó medio mes más y en 2008 el proceso podía ya tardar ya 8,4 meses.
En los juzgados de lo Social, tan castigados por la crisis, también se ha notado una ralentización de los asuntos. En 2008 los casos se podían resolver en unos 4,7 meses de media. Los últimos datos del CGPJ apuntan, sin embargo, a que la espera ha superado ya el medio año.
La implantación definitiva de la oficina judicial, prevista previsiblemente para septiembre, y el proyecto de modernización de la justicia tienen, en estas cifras, un duro reto. Queda mucho camino si quieren reducir el número de asuntos atascados y que la justicia funcione como debiera. ¿Estarán a la altura?
Fuente: laverdad.es
Despidos, concursos de acreedores, reclamaciones de cantidad... La mala situación económica ha disparado el trabajo. En los dos últimos años, el atasco judicial ha aumentado cerca de un 50%. Si 2007 se cerraba con algo más de 80.000 asuntos pendientes de la decisión de un magistrado, el pasado año los tribunales echaron el cierre con más de 124.000 casos en trámite.
Los juzgados observan atónitos como, pese al trabajo, cada año reciben más y más asuntos y, aquellos que no se consiguen resolver, se van acumulando sobre la mesa. Es una bola de nieve que, a cada nuevo giro, gana en tamaño. En las últimas vueltas, sin embargo, esta hipotética bola ha crecido más de la cuenta.
Esta situación fue abordada la pasada semana por la portavoz del CGPJ, Gabriela Bravo, y los vocales delegados para la Estadística Miguel Carmona y Antonio Dorado, durante la presentación de su último informe. Según ponen de relieve las cifras, durante 2009, la justicia española ingresó más de 9,5 millones de asuntos, lo que supone un aumento de un 5,77% con respecto a la actividad del 2008.
Carmona defendió que el aumento de los asuntos judiciales es similar al incremento de trenes que realizan un determinado recorrido: «Si se ponen más trenes en funcionamiento, hay más que estarían en camino sin llegar a su destino, pero no tienen por qué ir con retraso, sino que hay más en circulación».
Avalancha de trabajo
El presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Juan Martínez Moya, apunta al impacto de la crisis y al aumento de la litigiosidad como algunas de las causas que han propiciado que haya más trenes sobre estas vías. No hay que obviar que el pasado año los tribunales de la Región recibieron 301.181 asuntos, 18.399 más que el año anterior -y 46.388 más que en 2007-. Una avalancha de trabajo que, pese a los nuevos juzgados creados, hace más lento el sistema, ralentiza los procesos y desespera a la población.
Especialmente significativo es el aumento de casos que han experimentado los juzgados de lo Civil -que han pasado de 41.169 en 2008 a los 66.498 del pasado año-y lo Social -aumentando de 9.319 en 2008 a 19.477 en el ejercicio anterior-. Martínez Moya explica que estas jurisdicciones son las más afectadas. El CGPJ puso en marcha, en septiembre de 2009, un plan de refuerzo para los juzgados de lo Social que ha decidido prorrogar, al menos, hasta final de mes.
Sea o no debido a este plan, lo cierto es que los juzgados lograron el pasado año batir sus propias marcas. Haciendo frente a una situación adversa, la justicia murciana logró sacar adelante 281.447 asuntos, 18.399 más que en 2008. Aún así, la tasa de resolución (0,93) sigue estando, según los datos del CGPJ, por debajo de la media del país (0,96). La tasa de congestión, como es obvio, está también alejada de la media. En el país se sitúa en 1,35, mientras que en la Región sube hasta el 1,45.
Toca armarse de paciencia
Una de las consecuencias más claras de este atasco judicial son las esperas. La avalancha de trabajo no permite a los juzgados murcianos trabajar con la premura que sería deseable. Por poner un ejemplo, la espera media de un ciudadano que inicia un proceso por la vía civil es actualmente de nueve meses y medio. Una tardanza que está bastante alejada de lo que soportan de media la mayoría de los españoles (7,7 meses) y que ha ido aumentando al compás de este atasco. En 2005 y 2006, los murcianos tenían que esperar unos siete meses de media. En 2007, la espera aumentó medio mes más y en 2008 el proceso podía ya tardar ya 8,4 meses.
En los juzgados de lo Social, tan castigados por la crisis, también se ha notado una ralentización de los asuntos. En 2008 los casos se podían resolver en unos 4,7 meses de media. Los últimos datos del CGPJ apuntan, sin embargo, a que la espera ha superado ya el medio año.
La implantación definitiva de la oficina judicial, prevista previsiblemente para septiembre, y el proyecto de modernización de la justicia tienen, en estas cifras, un duro reto. Queda mucho camino si quieren reducir el número de asuntos atascados y que la justicia funcione como debiera. ¿Estarán a la altura?
Fuente: laverdad.es
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