viernes, agosto 27, 2010

Camargo: La juez de paz deja plantadas a tres parejas el día que las tenía que casar

Gonzalo y María (nombres ficticios que corresponden a G.L.M y M.T.C.R) habían organizado su boda civil con esmero. El pasado mes de abril se inició el expediente para el enlace y en julio escogieron la fecha: el 6 de agosto, a las 12.45 horas. Ese día, vestidos para la ocasión y acompañados por los padrinos y familiares, se presentaron en el Juzgado de Paz de Camargo a las 12.30 horas. Allí, en la sala de celebración de bodas, se encontraron con otras dos parejas que tenían su misma intención y a las que el destino les había deparado lo mismo.


El tiempo pasaba y los seis contrayentes con sus respectivos testigos esperaban, sin éxito, que llegara la jueza de paz para casarles, que finalmente no se presentó. Ante la tardanza, y dado que no podían localizarla por ningún medio, las empleadas, y más concretamente la secretaria del Juzgado, se ocupó de buscar la solución al problema. En el Ayuntamiento de Camargo tampoco podían resolver el asunto porque en esos momentos se celebraba un Pleno. Así las cosas, hubo que llamar a la jueza de paz de El Astillero, que se trasladó hasta Maliaño y casó a las tres parejas en un momentín.

Este matrimonio de Muriedas califica la experiencia vivida el día de su boda como «anécdota negativa» y no esconden que fue una «situación extraña, ya que no es normal que una jueza no aparezca ni coja el teléfono». Aseguran también que lo pasaron mal por la secretaria del Juzgado, por ver su impotencia de no poder resolver el asunto y el disgusto que se llevó».

Agradecimiento

En este sentido, agradecen el trato y el trabajo realizado por las empleadas del Juzgado de Paz, «se portaron excelentemente con nosotros y en todo momento preocupadas por nuestra situación». También están «muy agradecidos» con la jueza de El Astillero, porque «vino (a Maliaño) y solucionó la papeleta». De la titular de Camargo no han tenido noticias, nadie les ha dado explicaciones o les ha pedido disculpas oficialmente por su incomparecencia del día de su boda.

Gonzalo y María explican que a ellos el retraso no les perjudicó demasiado en cuanto al restaurante, ya que tenían reservada la celebración a las 15.30 horas, pero les molestó hacer esperar a sus familias fuera del Juzgado.

Fuente: eldiariomontanes.es

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