(Argentina). No es común que jueces, fiscales y secretarios de funcionarios judiciales denuncien el robo constante de elementos de valor del interior de oficinas, algunas de las cuales se encuentran restringidas al ingreso para personas comunes.
Lo cierto es que desde fines de febrero y la primera quincena de marzo se denunciaron al menos 10 robos de celulares, carteras y billeteras con dinero, ropa y aparatos eléctricos de despachos oficiales de la Justicia.
Lo cierto es que desde fines de febrero y la primera quincena de marzo se denunciaron al menos 10 robos de celulares, carteras y billeteras con dinero, ropa y aparatos eléctricos de despachos oficiales de la Justicia.
Las denuncias más resonantes provinieron de conocidos funcionarios del Poder Judicial, que relataron increíbles situaciones.Entre las víctimas se cuenta la fiscal Laura Cattáneo, quien el 27 de febrero sufrió en el interior de su despacho el robo de la cartera con 150 pesos, documentación y tarjetas. En ese marco, hay que señalar que el 9 de marzo le sustrajeron el celular al recientemente designado fiscal Elbio Garzón, el elemento de comunicación estaba sobre el escritorio de su despacho.
En la lista hay que agregar a una trabajadora jerarquizada del Contencioso Administrativo; de su oficina le llevaron una cartera dinero y valiosa documentación personal.
Este último robo tiene ribetes insólitos, porque se dio aviso a la Policía y rápidamente se controlaron todas las áreas con el fin de ubicar algo de lo sustraído. Los baños fue lo primero que se chequeó, pero nada se encontró; sin embargo al día siguiente en uno de los sanitarios del segundo piso sí se encontró la cartera, obviamente sin el dinero. Para los hombres de la Justicia consultados “es evidente que se está frente a robos internos, producidos por alguien que trabaja en el palacio de la Justicia, que conoce al dedillo el funcionamiento y que es de confianza de los jueces, fiscales o trabajadores jerarquizados”.
En esa idea, aclaró un magistrado: “No son todos, pero en esta viña del señor hay de todo, por lo que algunos trabajadores judiciales están en la mira”.
En la lista de robos hay que agregar los sufridos por allegados a los supremos –como se conoce a los trabajadores jerarquizados que cumplen tareas en el Superior Tribunal de Justicia (STJ). Una de las secretarias del presidente del organismo, Daniel Carubia, denunció que le robaron un costoso paraguas y un impermeable con poco uso. Del mismo modo, a otra secretaria del vocal Carlos Chiara Díaz también le llevaron sin permiso el celular; sin olvidar que un percance similar sufrió una de las relatoras del vocal Miguel Carlín.
En la lista de robos del edificio de Tribunales hay que sumarle lo sucedido un tiempo atrás, donde se detectó la faltante de una máquina fotográfica del primer piso; vasos, jarras, bandejas, cubiertos y otros elementos de la cocina.
Pese a todo, el robo que más llamó la atención fue el que se efectuó a mediados de 2006 a la denominada Cámara Gessel, que forma parte de la Defensoría de Pobres y Menores. Del lugar que se encuentra con un ingreso restringido, se llevaron un costoso equipo de filmación y video que se utiliza para registrar las audiencias a menores que declaran en distintas causas.
La planta baja del edificio cuenta con custodia policial perteneciente a la Alcaidía de Tribunales y el otro puesto fijo es en el segundo piso, en las inmediaciones de los despachos de los vocales del Superior.
Se hizo notar que pese al esfuerzo de los policías es complicado para las reducidas guardias poder controlar los largos pasillos poblados de personas que van a realizar trámites judiciales, bancarios, administrativos y otros que van a declarar como testigos o imputados a numerosas causas que se tramitan a diario.
El integrante de la Asociación Judicial de Entre Ríos (AJER) Juan Casís, consideró que no es tan anormal “el tema de los robos dentro de los Tribunales”.
El gremialista contó que “los robos los sufrimos los propios trabajadores, y si bien esto puede ser por el exceso de confianza, es preocupante que aumente tal cuestión”.
Relató que “particularmente estamos muy al tanto de lo que ocurre en los juzgados penales, donde va mucha gente con antecedentes o con causas penales. Algunas de estas personas o sus propios familiares esperan en los pasillos y con mucha habilidad ingresan a los despachos y oficinas donde, con rapidez sustraen lo que pueden”.
En este marco, el dirigente rechazó algunas especulaciones sobre que en las sustracciones habría trabajadores judiciales involucrados.
Fuente: El Once Digital
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