Panamá. "Hay no..., otra vez no". Dicen los funcionarios cuando se enteran de que tienen que servir como jurado de consciencia. "No es posible que no hayan otras personas, los ‘premiados’ siempre somos los mismos", se quejan otros. Uno de esos funcionarios dice que fue cuatro veces seguidas jurado, y a la quinta se opuso, "ojalá me ganara la lotería así".
Los funcionarios [ocho por juicio] son elegidos por un sorteo manual para participar en procesos por homicidios. Su responsabilidad es la de estudiar el expediente del o los imputados para dar su fallo, que es inapelable. Esta tarea puede tomarle largas horas o incluso días. En este último caso tienen que hospedarse en hoteles. Durante el proceso no pueden comunicarse con nadie —ni familiares— tampoco ver televisión, leer periódicos o tener otro contacto con el exterior.
Según la directora ejecutiva de la Alianza Ciudadana Pro Justicia, Magaly Castillo, se deben incluir más empresas privadas en el listado. "Debemos aprovechar la reforma procesal para corregir esta situación y compartir esa responsabilidad que hoy tienen los empleados públicos", dijo. En la actualidad, del sector privado solo participa el personal de los bancos y de las universidades.
En tanto, el magistrado del Segundo Tribunal de Justicia, Wilfredo Sáez dice que "ser jurado es una obligación y una responsabilidad cívica. Solo están eximidos aquéllos que no cumplen los requisitos y también el Presidente y vicepresidentes de la República, magistrados, jueces, fiscales y personas querellantes del caso, abogados, estudiantes de Derecho, enfermeras y doctores". Para ser jurado hay que ser mayor de 21 años y menor de 60, saber leer y escribir y no tener antecedentes penales.
En tanto, el magistrado del Segundo Tribunal de Justicia, Wilfredo Sáez dice que "ser jurado es una obligación y una responsabilidad cívica. Solo están eximidos aquéllos que no cumplen los requisitos y también el Presidente y vicepresidentes de la República, magistrados, jueces, fiscales y personas querellantes del caso, abogados, estudiantes de Derecho, enfermeras y doctores". Para ser jurado hay que ser mayor de 21 años y menor de 60, saber leer y escribir y no tener antecedentes penales.
Sáez indica que no han recibido ninguna queja formal por parte de los funcionarios que hayan participado varias veces en las audiencias. Comenta que es posible la repetición de jurados. Pero, explica que cuando un funcionario sale electo como jurado "se deja esa balota afuera del ánfora por tres meses, es decir, que hasta dentro de ese período no vuelve a tener la posibilidad de volver a salir". Insistió que pueden repetir, porque son cinco magistrados y los 365 días del año hay audiencias. Hasta dos por día.
Por semana están utilizando aproximadamente entre 40 y 48 jurados lo que representa al mes cerca de 200 jurados y al año sobrepasan los 2 mil. Si el funcionario no está en disposición de asistir a la audiencia tiene el derecho de remitir una nota a los magistrados, donde explica las causas de su inasistencia.
Rolando Rodríguez, ex fiscal superior, dice que es un honor participar como jurado, pues se escogen a hombres y mujeres probos. Es de la opinión que la figura no debe eliminarse, sino fortalecerse, analizando algunas de sus fallas.
En diciembre de cada año se revisan las listas para determinar quién cumple con los requisitos para ser jurado. Por mandato constitucional, las instituciones del Estado deben remitir sus planillas a la Corte Suprema. Una vez cumplida con esta etapa se confecciona la lista de los jurados, desde el uno hasta el 10 mil 50, y los lunes a las 8:00 a.m. se realizan los sorteos de forma manual. Para el 2008 se tiene previsto cambiar el método [computadora]. Por la mañana se extienden las boletas para las notificaciones, y a las 2:30 p.m. ya están participando de la audiencia, que puede durar toda la noche o cinco días. El funcionario que se rehusa a participar al momento de ser notificado, se le aplica una multa de cinco a 25 dólares. Un extranjero con más de cinco años de tener residencia en Panamá puede ser jurado. A los jurados, se les busca en su trabajo y se les transporta a la Corte, y una vez terminada la audiencia, los llevan a sus casas u hoteles.
Fuente: Prensa.com
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