Recoger una partida de nacimiento, registrar a un recién nacido, solicitar una fe de vida o pedir cita para celebrar una matrimonio no religioso se está convirtiendo en una pesadilla en Alcalá. Desde hace unos días, las colas son el pan de cada día en el Registro Civil, que parece no dar abasto ante la creciente demanda de los ciudadanos que se ven obligados a madrugar jornada tras jornada para finalizar trámites administrativos básicos.
José S. Pérez llegó ayer al registro a las 7,10 horas. Aún aguantando el frío helador que no superaba el grado durante más de dos horas, se quedó sin poder pedir cita para solicitar información sobre la nacionalidad de su esposa. Y es que por delante de él ya había esperando más de una veintena de personas algunas de las cuales, arropadas con mantas, hacían cola desde las cuatro de la madrugada para conseguir uno de los ansiados, y únicos, veinte números que se dan a diario en el Registro.
“No entiendo como un país como España, llamado del primer mundo, no dispone de los medios electrónicos necesarios para que los ciudadanos puedan solicitar su cita y presentarse en las dependencias cuando se cumpla la fecha y no haciendo cola, soportando las inclemencias del tiempo y pidiéndole a Dios que cuando llegue el turno no se hayan agotado los números”, comenta indignado José que hoy volverá a intentarlo aunque ya ha enviado una queja al Consejo General del Poder Judicial.
Lo cierto es que el registro sí que está informatizado. De hecho, la pasada primavera finalizó el proceso de digitalización de todo el archivo, desde 1950. Sin embargo, este avance auspiciado por el Ministerio de Justicia parece no haber impedido las colas y los madrugones ante el edificio de la calle Colegios.
A la alta demanda de los inmigrantes que quieren realizar trámites civiles se suma, además, la falta de personal suficiente. Otro de los motivos que explicarían que las navidades se hayan convertido para muchos ciudadanos en una peregrinación diaria hasta el Registro, a fin de conseguir el numerito es la huelga que mantuvieron los funcionarios de Justicia.
José S. Pérez llegó ayer al registro a las 7,10 horas. Aún aguantando el frío helador que no superaba el grado durante más de dos horas, se quedó sin poder pedir cita para solicitar información sobre la nacionalidad de su esposa. Y es que por delante de él ya había esperando más de una veintena de personas algunas de las cuales, arropadas con mantas, hacían cola desde las cuatro de la madrugada para conseguir uno de los ansiados, y únicos, veinte números que se dan a diario en el Registro.
“No entiendo como un país como España, llamado del primer mundo, no dispone de los medios electrónicos necesarios para que los ciudadanos puedan solicitar su cita y presentarse en las dependencias cuando se cumpla la fecha y no haciendo cola, soportando las inclemencias del tiempo y pidiéndole a Dios que cuando llegue el turno no se hayan agotado los números”, comenta indignado José que hoy volverá a intentarlo aunque ya ha enviado una queja al Consejo General del Poder Judicial.
Lo cierto es que el registro sí que está informatizado. De hecho, la pasada primavera finalizó el proceso de digitalización de todo el archivo, desde 1950. Sin embargo, este avance auspiciado por el Ministerio de Justicia parece no haber impedido las colas y los madrugones ante el edificio de la calle Colegios.
A la alta demanda de los inmigrantes que quieren realizar trámites civiles se suma, además, la falta de personal suficiente. Otro de los motivos que explicarían que las navidades se hayan convertido para muchos ciudadanos en una peregrinación diaria hasta el Registro, a fin de conseguir el numerito es la huelga que mantuvieron los funcionarios de Justicia.
Precisamente, el incremento de las plantillas de los Registros civiles, mediante un plan de choque regional, fue uno de los principales puntos recogidos en el acuerdo que el consejero de Justicia de la CAM, Alfredo Prada, suscribió con los sindicatos.
Fuente: diariodealcala.es
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