Tener amantes, abandonar a la familia, organizar "reuniones supersticiosas", o tomar drogas, podrá costarle el cargo a los funcionarios chinos con la nueva legislación que entrará en vigor el próximo 1 de junio.
El Gobierno ha aprobado una norma destinada a que los funcionarios desempeñen sus labores "de acuerdo con la ley" y a consolidar "la posición dirigente del Partido Comunista de China", según el viceministro ministro de Supervisión, Qiu Wanxiang, en declaraciones recogidas por la prensa del país asiático.
"Los funcionarios deben ser modelos de moralidad y tener altos estándares éticos", ha afirmado Chu Huaizhi, catedrático de Derecho de la Universidad de Pekín, para quien la legislación demuestra que el Gobierno "escucha a sus ciudadanos". Tener una amante no sólo es una falta de conducta, sino "un estímulo para la corrupción, pues los funcionarios se aprovechan muchas veces de su poder para beneficiar a sus queridas", ha señalado este experto.
Sin embargo, algunos críticos creen que castigar las relaciones extramatrimoniales, una costumbre bastante extendida entre los hombres chinos, y heredera de la larga tradición de concubinato, podría ser un arma para deshacerse de rivales políticos, según el diario South China Morning Posta.
Entre los casos más sonados de corrupción de los últimos tiempos en el país asiático, muchos han incluido líos de faldas, como el de Qiu Xiaohua, expulsado de su cargo como director del Buró Nacional de Estadísticas, por "aceptar sobornos, llevar una vida licenciosa, y practicar la bigamia".
La nueva ley incluye otros comportamientos que podrían costar su cargo a los funcionarios: no cuidar de sus mayores, involucrarse en el comercio sexual, no hacer su trabajo en accidentes, desastres, contaminación medioambiental y "protestas de masas".
Fuente: Periodista Digital
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