sábado, abril 04, 2009

Coín: Los juzgados llevan 3 años en una fábrica de muebles

A las once de la mañana, los dos juzgados de Coín están en plena ebullición. No se cabe y la gente se agolpa en la modesta y frágil entrada de las oficinas judiciales situadas en el semisótano de una fábrica de muebles. En escasos metros se concentran y esperan pacientemente en un mismo pasillo las personas citadas a juicio, las que aguardan un reconocimiento del médico forense y las que acuden con su bebé a inscribir su nacimiento o a pedir cualquier certificado en el registro civil. Por en medio pasan los detenidos esposados que, ante la falta de espacio físico, tienen que aguardar la declaración ante el juez en el cuarto de las fotocopias, custodiados por la Guardia Civil. No hay sitio para más.


Los funcionarios, jueces y secretarios, además, cruzan los dedos para que, encima, no se vaya la luz, algo que sucede bastante a menudo.

En julio de 2006, el edificio que albergaba los juzgados de Coín, el antiguo Hospital de la Caridad, se vio afectado por una plaga de termitas por lo que fueron trasladados provisionalmente, y en teoría sólo por un año, al actual local hasta que se construyera una nueva sede judicial. Ya han pasado casi tres y las oficinas judiciales continúan donde estaban, funcionando en absoluta precariedad.

Son dos juzgados de carácter mixto, es decir, lo mismo tramitan casos de robos que demandas por impagos de préstamos, divorcios, entre otros, y el registro civil, que expide certificados. Y no se cabe.

Lo más llamativo es que los detenidos tienen que aguardar en el pequeño cuarto sin ventana donde se encuentra la fotocopiadora y los libros de registro más antiguos. «Tenemos que entrar y salir para hacer las fotocopias con ellos aquí dentro. A veces, han llegado a estar hasta siete arrestados y la Guardia Civil», asegura Eire Landa, portavoz de los funcionarios.

La luz natural es escasa por estar en el semisótano de la fábrica de muebles, situada en el piso superior. Enfrente hay un taller de coches. «Por aquí siempre hay olores, unas veces a barniz y otras a gasolina; además tenemos cardenales en las piernas de tropezar con las mesas de lo juntas que están», añade la trabajadora.

Cortes de luz y teléfono

Hay humedades y el suministro eléctrico y el teléfono sufren frecuentes cortes. «Dos veces he tenido que llamar desde un móvil, que tiene llamadas restringidas, al 112, porque el teléfono fijo no funcionaba, explicando que era la juez de Coín, que estaba de guardia, y que me urgía hablar con la Audiencia Provincial y con un abogado», explica Lidia Bermúdez, jueza decana.

Bermúdez agrega que le preocupa la cuestión de la seguridad: «Tenemos a dos guardias civiles y ya está. No ha pasado nada porque no ha tenido que pasar. No hay detector de metales y la puerta de acceso ni siquiera es de seguridad. No hay intimidad, los detenidos pasan por el mismo sitio que todas las demás personas. Esto es justicia de segunda».

«Es indigno». Así de contundente se expresa Vanesa Fuentes, secretaria judicial. «Muchas veces tengo que salir de la sala de vistas y pedir a la gente que baje la voz porque estamos grabando el juicio y sólo se oyen las voces de afuera», agrega. La funcionaria judicial afirma que el de Coín es «el único partido judicial de Málaga que no ha empezado a digitalizar sus archivos por falta de espacio para hacerlo y tampoco tenemos el registro de escritos que establece la ley».

Fuente: sur.es

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