jueves, abril 23, 2009

Orellana: "El aumento de la carga de trabajo se nota por días"

La juez jerezana Ana María Orellana acaba de recibir la cruz distinguida de primera clase de la orden de San Raimundo de Peñafort, la máxima distinción para un profesional de la Justicia y a petición de sus compañeros de la sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) con sede en Sevilla.



-Supongo que el mayor orgullo además es que la proponga un compañero para tal distinción.

-Pues llevo con el presidente trabajando codo con codo quince años, quince años ya en la sala de lo Social. Es muy importante porque conoce mi trabajo muy cerca.

-¿Qué significa para usted ese galardón?

-Pues una ilusión enorme, siempre es un reconocimiento a tu trayectoria profesional, a tu trabajo y esfuerzo, sobre todo en la carrera judicial que tenemos un trabajo muy encerrado en los despachos, en el juzgado celebrando juicios… Es un trabajo que es muy difícil que te lo reconozca alguien porque se ve poco. Siempre se habla mal de la Justicia y cuando se hace bien nadie te dice que está bien. La verdad es que la imposición fue en un acto muy entrañable, un acto muy bonito al que asistieron muchos compañeros de toda España, porque fueron unas trescientas personas. Ese día recibíamos la cruz el decano de los jueces de Sevilla y yo.

-Lleva en la jurisdicción Social desde hace casi veinte años pero, ¿cómo fueron sus comienzos en la carrera judicial?

- Pues en lo Social llevo desde el 90 y en el TSJA desde 1994, hace quince años. Empecé como juez en Ubrique, siempre he estado en la provincia de Cádiz y siempre me cogía los destinos más cercanos a Jerez, porque me gusta mucho mi ciudad. Allí estuve diez meses, luego pasé a El Puerto. Hice las oposiciones restringidas a magistrado especialista de lo Social, saqué el número 1 de España y me vine a Jerez y eso que podía haberme ido al TSJ del País Vasco o de Cataluña, pero pese a eso quise quedarme en el juzgado número 2 de lo Social de Jerez.

-En Jerez los juzgados de lo Social acusan una carga de trabajo excesiva, tanto que después de mucho esperar se ha creado un tercero de esa índole.

-La crisis económica supone un incremento de la litigiosidad en todos los órdenes jurisdiccionales, con los despidos en lo Social se está desbordado. Los juzgados de lo Mercantil tienen un trabajo excesivo. Mi hermana es titular de este juzgado en Cádiz y está desbordada. La gente también cuando no tiene dinero pues se mete a delinquir o deja de pagar las hipotecas, por lo que el orden civil y el penal también se ven afectados. La crisis afecta a la situación actual de la Justicia a todos los niveles.

-¿En qué estado se encuentra ahora la jurisdicción en la que trabaja?

-La jurisdicción de lo Social ha sido siempre la que mejor ha funcionado de todos los órdenes porque tenemos una ley de procedimiento laboral que te permite un proceso ágil, regido por el principio de celeridad. Toda la prueba se practica de forma oral en el juicio, ves al testigo y al confesante, se trata de un procedimiento muy vivo con la inmediación del juez para todo. Hubo un informe que elaboró el CGPJ en 2007 con datos del año anterior en el que se decía que la jurisdicción social era la que presentaba menor litigiosidad, en once años sólo había subido un 6,7%, mientras que en otros órdenes un 46%. Funciona bien, pero actualmente se ha incrementado mucho la carga de trabajo, algo que se nota por días. Haces una estadística al mes y al mes siguiente se te ha disparado la entrada de asuntos. Aumenta la litigiosidad progresivamente.

-¿Se le ve final a esa tendencia?

-Desde luego a las previsiones que había de crisis de un par de años o tres, pues no. Ahora mismo hay un plan de modernización de la Justicia, que está siendo estudiado por los órganos competentes del CGPJ y se está haciendo también un estudio de la carga de trabajo aceptable para cada órgano judicial para equipararnos al sistema de la Unión Europea. En la UE hay dieciséis jueces por cada 100.000 habitantes y en España estamos en siete. Por eso necesitamos más medios personales y materiales, porque tampoco la informática en la administración de Justicia tiene parangón con otras administraciones como la Agencia Tributaria. Se ha incrementado el trabajo a tal extremo que los jueces, que no pedíamos nada para nosotros, pues nos hemos dados cuenta de que no podemos seguir trabajando así para prestar una administración de Justicia de calidad. A raíz de nuestras reivindicaciones, que no eran personales, sólo más medios para prestar una Justicia de calidad.

-¿Están justificadas las quejas de los ciudadanos acerca de que la Justicia es lenta?

- Están justificadas. El ciudadano tiene derecho a quejarse porque la administración de Justicia es lenta, pero también hay que comprender que es una labor de los poderes públicos el darnos los medios para que podamos prestar un servicio eficaz. No se trata de que el juez no trabaje, se trabaja y mucho. No tenemos horario, pero eso no signifca que trabajemos menos. Es que hacemos una jornada muy superior a las 50 horas semanales. Conviene tener una carga de trabajo moderada porque también debemos conciliar la vida laboral con la familiar. Yo tengo cuatro hijos, por ejemplo y concilio como puedo.

-Es cierto que la rebelión de las togas ha sorprendido mucho.

-La gente se preguntaba que por qué ahora y no antes. Pues porque con la crisis se ha incrementado la litigiosidad en todo. La situación ha llegado a tal punto que es insostenible. Los jueces somos personas responsables y queremos hacer nuestro trabajo bien. No somos máquinas de poner sentencias. Queremos estudiar el caso como el ciudadano se merece. Para una persona el pleito que tenga es lo más importante en su vida, le quita el sueño, vida personal y le afecta a lo emocional. Decía Sócrates que las cuatro cualidades que un juez debe cumplir son escuchar cortésmente; decidir sabiamente; ponderar prudentemente y resolver imparcialmente. Ahí está el artículo 17 de la Constitución. Los jueces debemos someternos solamente al imperio de la ley, no de los poderes públicos. El poder judicial es independiente.

- La huelga para el 26 de junio aún sigue en pie, además de que se ha cobrado en parte la dimisión del ministro Bermejo.

-Pero ha supuesto el inicio del plan de modernización de la Justicia. Realmente es la primera vez que el poder judicial toma esta decisión, que fue sumamente complicada porque no nos gusta tampoco hacer este tipo de presión, pero era la única vía que nos dejaron. Entonces había que hacer algo para que nos tomaran en conciencia porque no es un problema virtual, sino que viene de años y que ahora se ha hecho insostenible. No sé si la dimisión del ministro anterior fue por la huelga o las connotaciones que había en el momento, pero realmente se ha iniciado ese plan de modernización que es lo importante.

- ¿Cómo son las relaciones con el ministro nuevo, Caamaño?

-Pues parece una persona muy dialogante, pero todavía lleva muy poco tiempo como para valorar cuál va a ser su actuación con el gran problema que tiene la administración de Justicia, porque se encuentra con un gran problema. Ahora mismo coger el Ministerio de Justicia no es una tarea fácil. Habrá que esperar un tiempo.

-¿Seguirá en pie la huelga?

- No lo sé. La carrera judicial no quiere llegar a ese extremo. Es una medida de presión para conseguir algo, no es un objetivo en sí. Si se ve una voluntad real para adoptar las medidas necesarias para que la administración de Justicia sea equiparable a la de otros países de la UE pues no habrá motivo entonces para hacer la huelga.

-Hay casos como el de Marta del Castillo o la niña Mari Luz que han despertado la conciencia ciudadana con respecto a la Justicia. Se pide un referéndum para la cadena perpetua. ¿Se puede legislar de esa manera?

-Para una iniciativa legislativa más que un referéndum haría falta esa acción popular. Con el cumplimiento efectivo de las penas sí estoy de acuerdo, pero eso para determinados delitos como los de terrorismo, los muy graves en general que tengan una enorme trascendencia social, pero con revisiones claro. No se puede tener a una persona que haya hecho algo con 18 años de forma indefinida en prisión sin revisión alguna. Lo justo sería con revisiones para valorar cada cierto tiempo. Esto es algo muy difícil porque con casos como los de Marta del Castillo los padres han perdido a una hija. No puedo hablar de temas que llevan otros compañeros, pero en general la cadena perpetua sería más bien el cumplimiento efectivo de la pena, si se piden penas muy grandes. Lo que pasa es que luego operan los beneficios penitenciarios y se quedan en bastante menos. En ese cumplimiento efectivo de las penas siempre cabe un juicio de revisión cada diez años.

-¿Una de sus aspiraciones personales sería formar parte del Tribunal Supremo?

-He estado interna ya tres veces y el tema está ahí. La verdad es que me veo en el Supremo, pero es un nombramiento del CGPJ, no depende de mí, sino de méritos y de que consideren que eres la persona idónea para estar en el cargo en ese momento. Estoy dispuesta a asumir esa responsabilidad. Me haría mucha ilusión.

Fuente: diariodejerez.es

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