Fue ideado como la solución puente mientras llegaba la Ciudad de la Justicia. Sin embargo, mientras el proyecto de Los Gordales sigue dentro de un cajón y los terrenos ni siquiera han sido transferidos a Andalucía (no llegaron en ninguno de los pagos en solares de la deuda histórica) el edificio NOGA, que no ha cumplido tres meses desde que comenzó a funcionar al completo a primeros de año, es un auténtico caos y ha provocado la airada reacción de los operadores jurídicos.
Los funcionarios no están satisfechos, los jueces también se han quejado e incluso han celebrado dos juntas y firmado un escrito, el Foro Judicial también lo ha denunciado y los sindicatos lo han llevado ante la inspección de Trabajo. Hasta la fiscal jefe, María José Segarra, admitía esta pasada semana su preocupación por un inmueble falto de espacio y con muchas carencias.
No tienen garaje
Pero lo peor es que, según han denunciado varios jueces de lo penal, la inoperancia de los calabozos, que todavía no han empezado a funcionar, y la falta de plazas en el garaje (la Consejería no alquiló el subterráneo del edificio NOGA) obliga a pasear los presos por la calle procedentes del Prado. «Como no puede entrar en el garaje y a veces no hay aparcamiento, los presos se pasean a veces por la calle», dice un juez de lo penal.
Fuentes de la Fiscalía de Sevilla también mostraron esta pasada semana su preocupación por que «los presos vayan por la calle», mientras que desde el Foro Judicial Independiente uno de sus vocales era tajante: «los presos no se escapan porque no quieren o porque los policías son buenos profesionales». Además desde esa misma asociación Francisco Gutiérrez, vocal de la gestora territorial aseguraba que, al no estar operativos los calabozos y no haber garaje, existe un problema de seguridad porque los coches no tienen donde aparcar lo que provoca problemas de seguridad. Y a ello hay que unir que la céntrica zona donde se ubica, la avenida de La Buhaira, es muy transitada. «El otro día estaba con mis hijos en el parque y vimos a un preso», afirmaba otro magistrado.
De hecho el Foro Judicial Independiente emitió un comunicado que denunciaba «las notorias condiciones de inseguridad y que los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se ven sometidos a trabajar en tensas condiciones que atentan a la eficiente organización de su trabajo y función». Pero además los calabozos que no están operativos también han pasado varias incidencias. Primero pusieron las puertas al revés, algo que ya se ha arreglado. Luego la cerradura tampoco estaba bien puesta, otro tema subsanado. Y lo último es que el diseño de los barrotes permitía que el preso sacara la mano. «Tal y como está diseñado el preso puede sacar la mano y coger por el pescuezo al policía», relataba un juez.
Espacios inútiles
Y a ello hay que sumar que esos calabozos no tienen ventilación ninguna lo cual atenta contra los derechos del preso que estaría «como en un ataúd», según un magistrado.
Además la falta de organización también provoca espacios inútiles. En los subterráneos, junto a un escape de aguas fecales, hay dos salas para ruedas de reconocimiento que no se usarán puesto que los órganos penales y mercantiles del edificio NOGA no realizan estos trámites judiciales. En este sentido, el decano de los jueces de Sevilla, Federico Jiménez Ballester, aseguraba que los espacios «son insuficientes para los funcionarios» y que además estaba diseñado para el Servicio Común de Ejecutorias que no se ha creado y que parece paralizado. «Si no se pone en marcha en cuestión de días, habrá que volver a reorganizar el edificio y situarlos con estructura de juzgados», afirma el decano.
Fuente: ABC.es
Los funcionarios no están satisfechos, los jueces también se han quejado e incluso han celebrado dos juntas y firmado un escrito, el Foro Judicial también lo ha denunciado y los sindicatos lo han llevado ante la inspección de Trabajo. Hasta la fiscal jefe, María José Segarra, admitía esta pasada semana su preocupación por un inmueble falto de espacio y con muchas carencias.
No tienen garaje
Pero lo peor es que, según han denunciado varios jueces de lo penal, la inoperancia de los calabozos, que todavía no han empezado a funcionar, y la falta de plazas en el garaje (la Consejería no alquiló el subterráneo del edificio NOGA) obliga a pasear los presos por la calle procedentes del Prado. «Como no puede entrar en el garaje y a veces no hay aparcamiento, los presos se pasean a veces por la calle», dice un juez de lo penal.
Fuentes de la Fiscalía de Sevilla también mostraron esta pasada semana su preocupación por que «los presos vayan por la calle», mientras que desde el Foro Judicial Independiente uno de sus vocales era tajante: «los presos no se escapan porque no quieren o porque los policías son buenos profesionales». Además desde esa misma asociación Francisco Gutiérrez, vocal de la gestora territorial aseguraba que, al no estar operativos los calabozos y no haber garaje, existe un problema de seguridad porque los coches no tienen donde aparcar lo que provoca problemas de seguridad. Y a ello hay que unir que la céntrica zona donde se ubica, la avenida de La Buhaira, es muy transitada. «El otro día estaba con mis hijos en el parque y vimos a un preso», afirmaba otro magistrado.
De hecho el Foro Judicial Independiente emitió un comunicado que denunciaba «las notorias condiciones de inseguridad y que los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se ven sometidos a trabajar en tensas condiciones que atentan a la eficiente organización de su trabajo y función». Pero además los calabozos que no están operativos también han pasado varias incidencias. Primero pusieron las puertas al revés, algo que ya se ha arreglado. Luego la cerradura tampoco estaba bien puesta, otro tema subsanado. Y lo último es que el diseño de los barrotes permitía que el preso sacara la mano. «Tal y como está diseñado el preso puede sacar la mano y coger por el pescuezo al policía», relataba un juez.
Espacios inútiles
Y a ello hay que sumar que esos calabozos no tienen ventilación ninguna lo cual atenta contra los derechos del preso que estaría «como en un ataúd», según un magistrado.
Además la falta de organización también provoca espacios inútiles. En los subterráneos, junto a un escape de aguas fecales, hay dos salas para ruedas de reconocimiento que no se usarán puesto que los órganos penales y mercantiles del edificio NOGA no realizan estos trámites judiciales. En este sentido, el decano de los jueces de Sevilla, Federico Jiménez Ballester, aseguraba que los espacios «son insuficientes para los funcionarios» y que además estaba diseñado para el Servicio Común de Ejecutorias que no se ha creado y que parece paralizado. «Si no se pone en marcha en cuestión de días, habrá que volver a reorganizar el edificio y situarlos con estructura de juzgados», afirma el decano.
Fuente: ABC.es
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