Ser juez o fiscal en Sicilia y Calabria, dos territorios con una fortísima presencia mafiosa, exige un grado de valentía que, la verdad, muy pocos demuestran tener. Poquísimos, a juzgar por la dramática escasez de magistrados que sufren estas dos regiones.
Hasta el punto de que algunos pequeños juzgados no sólo corren el riesgo de verse 'paralizados', sino que se enfrentan directamente 'al cierre', según denuncia en un informe la Asociación Nacional de Magistrados (ANM), la principal organización judicial de Italia, que no duda en calificar la situación de "gravísima emergencia".
¿Quiere ejemplos? En Sicilia, donde en los años 90 fueron asesinados los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, se acaba de celebrar un concurso público para cubrir 55 plazas vacantes de fiscal sustituto. Y ha sido un fracaso absoluto: tan sólo se han presentado cuatro miserables aspirantes.
Por no hablar de lo que sucedió en enero pasado, cuando el Consejo Superior de la Magistratura (el órgano de autogobierno de los jueces italianos) convocó un concurso para 205 puestos vacantes de fiscal en 97 juzgados del país (el 25% de ellos en Sicilia) y que concluyó de nuevo en desastre total. Para las 12 plazas en liza en Palermo presentaron solicitudes 23 magistrados, pero 20 de ellos acabaron echándose atrás. En Catania, sólo uno de los siete puestos vacantes ha sido cubierto. Y los otros 12 juzgados sicilianos con plazas disponibles no tuvieron ni un solo pretendiente, según revela EL "Corriere della Sera".
La presencia de 'Cosa Nostra' en Sicilia tiene mucho que ver con todo esto. Pero no lo explica todo. La escasez de fondos que tradicionalmente padecen los juzgados del sur de Italia también pesa como una losa, al igual que los bajos sueldos que suelen cobrar los magistrados que ejercen en Sicilia y otras regiones meridionales. De hecho, está previsto que en el próximo concurso para acusadores públicos se ofrezcan incentivos económicos: un sueldo de 2.500 euros netos durante cuatro años. Aunque muchos dudan que esa estrategia vaya a funcionar...
Y también influye la reforma de la Justicia emprendida por el Gobierno de Silvio Berlusconi y que separa definitivamente la carrera de juez de la de fiscal. Hasta ahora, un magistrado italiano podía alternar su ejercicio como acusador público o como juez. Sin embargo, en la actualidad un juez que decide hacerse fiscal no puede dar marcha atrás hasta pasar cinco años en una región distinta de la de procedencia.
Fuente: elmundo.es
Hasta el punto de que algunos pequeños juzgados no sólo corren el riesgo de verse 'paralizados', sino que se enfrentan directamente 'al cierre', según denuncia en un informe la Asociación Nacional de Magistrados (ANM), la principal organización judicial de Italia, que no duda en calificar la situación de "gravísima emergencia".
¿Quiere ejemplos? En Sicilia, donde en los años 90 fueron asesinados los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, se acaba de celebrar un concurso público para cubrir 55 plazas vacantes de fiscal sustituto. Y ha sido un fracaso absoluto: tan sólo se han presentado cuatro miserables aspirantes.
Por no hablar de lo que sucedió en enero pasado, cuando el Consejo Superior de la Magistratura (el órgano de autogobierno de los jueces italianos) convocó un concurso para 205 puestos vacantes de fiscal en 97 juzgados del país (el 25% de ellos en Sicilia) y que concluyó de nuevo en desastre total. Para las 12 plazas en liza en Palermo presentaron solicitudes 23 magistrados, pero 20 de ellos acabaron echándose atrás. En Catania, sólo uno de los siete puestos vacantes ha sido cubierto. Y los otros 12 juzgados sicilianos con plazas disponibles no tuvieron ni un solo pretendiente, según revela EL "Corriere della Sera".
La presencia de 'Cosa Nostra' en Sicilia tiene mucho que ver con todo esto. Pero no lo explica todo. La escasez de fondos que tradicionalmente padecen los juzgados del sur de Italia también pesa como una losa, al igual que los bajos sueldos que suelen cobrar los magistrados que ejercen en Sicilia y otras regiones meridionales. De hecho, está previsto que en el próximo concurso para acusadores públicos se ofrezcan incentivos económicos: un sueldo de 2.500 euros netos durante cuatro años. Aunque muchos dudan que esa estrategia vaya a funcionar...
Y también influye la reforma de la Justicia emprendida por el Gobierno de Silvio Berlusconi y que separa definitivamente la carrera de juez de la de fiscal. Hasta ahora, un magistrado italiano podía alternar su ejercicio como acusador público o como juez. Sin embargo, en la actualidad un juez que decide hacerse fiscal no puede dar marcha atrás hasta pasar cinco años en una región distinta de la de procedencia.
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