La Audiencia de Barcelona juzgó a dos procuradores de los tribunales por presuntamente estafar a un abogado al que no pagaron las costas e intereses que los juzgados les habían entregado. La Fiscalía pide dos años de prisión para los dos, padre e hijo, y tres años de inhabilitación por presuntamente haberse apropiado de manera indebida de casi 10.000 euros entre julio de 2002 y junio de 2004.
En el juicio en la Sección Décima, Juan Bautista B. C. y su hijo, Jorge B. I., admitieron haberse retrasado en algún pago, pero no reconocieron varias de las firmas de algunos documentos en los que supuestamente se verificaba que habían percibido varias cantidades de los juzgados en concepto de minutas que debían ser entregadas al abogado.
El abogado supuestamente estafado, Angel L. S., se representó a sí mismo, declaró primero como testigo y después interrogó a los dos acusados. Según su versión y la de la Fiscalía, hacía tiempo que trabajaba con los dos procuradores. El abogado explicó que «confiaba» en ellos porque «trabajaban bien».
No obstante, en un caso en el que una clienta suya tenía que cobrar unos intereses de unos 109. 000 euros por parte de un juzgado, los procuradores no le pagaban y siempre le «daban largas» con excusas como que el día que iban a cobrar no estaba el juez o la secretaria judicial. A partir de allí, empezó a «sospechar» y decidió «tirar del hilo», descubriendo entonces que había varias costas que todavía no había cobrado.
Fuente: ABC.es
En el juicio en la Sección Décima, Juan Bautista B. C. y su hijo, Jorge B. I., admitieron haberse retrasado en algún pago, pero no reconocieron varias de las firmas de algunos documentos en los que supuestamente se verificaba que habían percibido varias cantidades de los juzgados en concepto de minutas que debían ser entregadas al abogado.
El abogado supuestamente estafado, Angel L. S., se representó a sí mismo, declaró primero como testigo y después interrogó a los dos acusados. Según su versión y la de la Fiscalía, hacía tiempo que trabajaba con los dos procuradores. El abogado explicó que «confiaba» en ellos porque «trabajaban bien».
No obstante, en un caso en el que una clienta suya tenía que cobrar unos intereses de unos 109. 000 euros por parte de un juzgado, los procuradores no le pagaban y siempre le «daban largas» con excusas como que el día que iban a cobrar no estaba el juez o la secretaria judicial. A partir de allí, empezó a «sospechar» y decidió «tirar del hilo», descubriendo entonces que había varias costas que todavía no había cobrado.
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