Javier Parra, secretario de gobierno del TSJ de Murcia, acaba de ser designado vocal del Consejo del Secretariado por Orden del ministerio de Justicia. Esto va a dar a Murcia más peso en un órgano entre cuyas funciones está, por ejemplo, decidir sobre los nombramientos, emitir informes sobre normas reglamentarias que afecten al cuerpo, las relaciones de puestos de trabajo o establecer los planes de formación. ¿Qué supone para la Justicia murciana su presencia en el Consejo Nacional del Secretariado?
Dos cosas. La primera es un reconocimiento al TSJ de la Región. Yo, honestamente, no lo veo en mi persona, sino como un premio al empuje, determinación y gestión del cambio del TSJ. En segundo lugar, nos va a permitir estar en primera linea para conocer las líneas programáticas de lo que va a ser el mayor hito en la política judicial española, que es transformar de forma radical un escenario que hace tiempo que no responde a las demandas sociales.
Son cinco años los que lleva en el cargo. En ese tiempo ha sobresalido por el esfuerzo modernizador de la Justicia y la aplicación de las nuevas tecnologías, que tiene mucho que ver con esa gestión del cambio... ¿En qué punto de ese proceso nos encontramos?
Si hay una premisa clara en estas reformas es que estamos convencidos de que reformar la Justicia es mucho más que modernizar. Esto lo hemos tenido claro en el TSJ de forma intuitiva. Aquí hay un equipo que trabaja en una misma dirección, una visión integrada que se traduce en una adecuada gestión del cambio.
¿Y cuál es esa dirección?
Yo creo que está llevando a unos resultados que no tienen parangón en el ámbito nacional. La expresión 'pionera' aplicada a la Justicia murciana ya no sorprende a nadie. La fórmula de esa visión integrada está conduciendo a resultados de orden tecnológico y organizacional. En lo tecnológico, nos hemos convertido en referente para el ministerio de Justicia, con el sistema de apostilla electrónica, el proyecto de las subastas judiciales por Internet o la aplicación de la firma digital.
¿Se podría decir que el TSJ es un referente en el ámbito nacional e internacional?
En España somos un referente clarísimo. En cualquier congreso de ámbito nacional que trate de tecnologías de la información se acaba hablando de Murcia. Hablar de referente internacional quizás sería pretencioso, pero en algunos organismos internacionales somos conocidos, como en el Instituto Europeo de Administración Pública de Maastricht -que nos convoca todos los años para ver qué estamos haciendo-, la Asociación Norteamericana de Notarios o la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado.
Estamos en un periodo de modernización, pero también es el de mayor conflictividad.En el último año hemos tenido huelgas de funcionarios, de secretarios judiciales e incluso de jueces. ¿Significa esto que a la Administración de Justicia no le gustan los cambios?
Estamos en un momento crucial para la Justicia y nosotros lo vemos como una oportunidad. Estamos haciendo todo lo que podemos para modernizar y reformar, y esto está siendo apreciado por los funcionarios, secretarios judiciales, jueces, magistrados y el resto de operadores judiciales. Luego, cada colectivo hace sus propias reflexiones de nuestra gestión y todos estamos sometidos a la crítica, pero el TSJ está intentando no perder la sensibilidad hacia los procesos de gestión del cambio. A nadie le gusta la situación que tenemos, pero también es verdad que hay líneas por donde trabajar. Es el momento de que todos los colectivos de Justicia demos la talla. Ya no hacen falta más recetas o diagnósticos, sino trabajar por la Justicia. Y se va a trabajar.
Fuente: laopiniondemurcia.es
Dos cosas. La primera es un reconocimiento al TSJ de la Región. Yo, honestamente, no lo veo en mi persona, sino como un premio al empuje, determinación y gestión del cambio del TSJ. En segundo lugar, nos va a permitir estar en primera linea para conocer las líneas programáticas de lo que va a ser el mayor hito en la política judicial española, que es transformar de forma radical un escenario que hace tiempo que no responde a las demandas sociales.
Son cinco años los que lleva en el cargo. En ese tiempo ha sobresalido por el esfuerzo modernizador de la Justicia y la aplicación de las nuevas tecnologías, que tiene mucho que ver con esa gestión del cambio... ¿En qué punto de ese proceso nos encontramos?
Si hay una premisa clara en estas reformas es que estamos convencidos de que reformar la Justicia es mucho más que modernizar. Esto lo hemos tenido claro en el TSJ de forma intuitiva. Aquí hay un equipo que trabaja en una misma dirección, una visión integrada que se traduce en una adecuada gestión del cambio.
¿Y cuál es esa dirección?
Yo creo que está llevando a unos resultados que no tienen parangón en el ámbito nacional. La expresión 'pionera' aplicada a la Justicia murciana ya no sorprende a nadie. La fórmula de esa visión integrada está conduciendo a resultados de orden tecnológico y organizacional. En lo tecnológico, nos hemos convertido en referente para el ministerio de Justicia, con el sistema de apostilla electrónica, el proyecto de las subastas judiciales por Internet o la aplicación de la firma digital.
¿Se podría decir que el TSJ es un referente en el ámbito nacional e internacional?
En España somos un referente clarísimo. En cualquier congreso de ámbito nacional que trate de tecnologías de la información se acaba hablando de Murcia. Hablar de referente internacional quizás sería pretencioso, pero en algunos organismos internacionales somos conocidos, como en el Instituto Europeo de Administración Pública de Maastricht -que nos convoca todos los años para ver qué estamos haciendo-, la Asociación Norteamericana de Notarios o la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado.
Estamos en un periodo de modernización, pero también es el de mayor conflictividad.En el último año hemos tenido huelgas de funcionarios, de secretarios judiciales e incluso de jueces. ¿Significa esto que a la Administración de Justicia no le gustan los cambios?
Estamos en un momento crucial para la Justicia y nosotros lo vemos como una oportunidad. Estamos haciendo todo lo que podemos para modernizar y reformar, y esto está siendo apreciado por los funcionarios, secretarios judiciales, jueces, magistrados y el resto de operadores judiciales. Luego, cada colectivo hace sus propias reflexiones de nuestra gestión y todos estamos sometidos a la crítica, pero el TSJ está intentando no perder la sensibilidad hacia los procesos de gestión del cambio. A nadie le gusta la situación que tenemos, pero también es verdad que hay líneas por donde trabajar. Es el momento de que todos los colectivos de Justicia demos la talla. Ya no hacen falta más recetas o diagnósticos, sino trabajar por la Justicia. Y se va a trabajar.
Fuente: laopiniondemurcia.es
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