Mil batallas, incluido año y medio como refuerzo del Juzgado Central de Instrucción Nº 6 de la Audiencia Nacional con motivo del atentado del 11-M sustituyendo al juez Juan del Olmo, han servido a Félix Degayón para ser nombrado magistrado de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Córdoba. Degayón recibió la toga de magistrado por parte del presidente de la Audiencia Provincial, Eduardo Baena, después de que el presidente del TSJA, Augusto Méndez de Lugo, delegara este cometido desde Granada donde tienen lugar las toma de posesión.
—¿Cómo recuerda su paso por la Audiencia Nacional?
—Como una etapa intensa y satisfactoria. Difícil, desde luego, pero encantado la volvería a repetir. Lo que ocurre es que uno se va haciendo mayor y los traslados y los cambios ya cuesta asimilarlos. Es una etapa de la que estoy muy satisfecho al haber conocido los interiores de la Audiencia Nacional y haber podido aportar mi experiencia en la instrucción de los procedimientos competencia de la Audiencia Nacional.
—¿Cómo afrenta el siguiente paso?
—No descarto ir de nuevo a la Audiencia Nacional, pero ahora lo que necesito es adaptarme a la Audiencia Provincial, conocer su funcionamiento, seguir aprendiendo de las materias nuevas y de mis compañeros e intentar ganarme su confianza.
—¿Qué especialización llevará en la Sección Primera?
—La Sección Primera tiene la especialidad en materia de violencia de género; después, ya las materias comunes. Muchos de los asuntos pendientes son de violencia de género.
—¿Qué piensa de la Ley sobre Violencia de Género?
—En el Tribunal Constitucional se planteó la posible inconstitucionalidad de determinados aspectos de la ley, en la medida que podían suponer una discriminación en el tratamiento penal que se daba al hombre y a la mujer en el ámbito de la violencia de género, agravándose las conductas cuando el autor de los hechos era el hombre. Estas cuestiones se resolvieron y el TC estimó que la ley no era contraria a la Constitución porque estaba justificada la discriminación positiva. Lo que ocurre es que posteriormente por los tribunales se han venido matizando esos criterios en el sentido de que para poder apreciar esa situación de discriminación tiene que evidenciarse una superioridad machista del hombre sobre la mujer que justifique este distinto tratamiento punitivo. En definitiva, cuando se aprecie una posición de superioridad, de dominio, de humillación a la mujer. Que la conducta sea de mayor gravedad si la realiza un hombre sobre la mujer. En cuanto a otros aspectos de la ley son razones de política criminal las que deciden en cada momento cómo se actúa en el ámbito de la violencia de género; quizá a la vista de los resultados habría que replantearse alguna modificación, alguna reforma, alguna reorientación de la política legislativa puesto que las víctimas se siguen produciendo, los resultados fatales de muerte se siguen produciendo y eso quizá evidencie que debe abordarse la situación desde otra perspectiva que no haya sido tenida en cuenta y que permita disminuir si no eliminar estos supuestos.
—¿Cree en la mediación en el ámbito penal?
—Habría que hablar de mediación en todos los ámbitos, laboral, social, civil... Yo creo que la mediación en el ámbito laboral es fundamental, que incluso ahora se le ha atribuido al secretario judicial. En el ámbito penal es más complicado. Existe la figura de la conformidad por la aceptación de los hechos y, por consiguiente, la reducción de la pena en el acto del juicio, en otro sentido, es difícil. Sin embargo, en el ámbito civil por supuesto que es necesario fomentar la mediación.
—Cada vez son más y más graves los casos de menores... ¿Cree que hay que cambiar la ley?
—Lo que no podemos es estar reformando la ley cada vez que ocurre un suceso. Cuando se aprueba una ley, se hace con vocación de que permanezca un cierto tiempo. A las leyes hay que darles un tiempo para que se apliquen y pueda verse su resultado. Y no puede cambiarse cada vez que ocurre un suceso porque estaríamos en una constante inseguridad jurídica. En cualquier caso es una cuestión que incumbe al legislador ateniéndose a la realidad social. Una vez que la sociedad demande de forma constante un cambio, sería el momento de abordarlo.
—¿Qué piensa del cambio de la ley que otorga a los fiscales la investigación que actualmente llevan a cabo los jueces de instrucción?
—Creo que la instrucción la pueden acometer tanto fiscales como jueces, ambos están preparados. Creo que responde a razones de política legislativa criminal, de manera que, si llegado un determinado momento, el Parlamento sí lo cree necesario estaremos a lo que la Ley disponga.
—Pasó 12 años como juez decano; sigue esperando el Palacio de Justicia y que se alivien los «atascos».
—En este sentido, se van dando pasitos, pero sí que en los pueblos se han hecho edificios judiciales bastante aceptables. En Córdoba, todos demandamos que el proyecto salga adelante cuanto antes. Los atascos en los juzgados continúan. No soy el juez decano, no soy el más idóneo para hablar de este tema. Pero, hay determinados órganos jurisdiccionales que están más saturados que otros como Primera instancia, Civil o Penal. También la crisis y la nuevas reformas laborales van a hacer que los juzgados de lo Social acaben peor. El de lo Mercantil está que no da abasto. Es necesario un incremento de órganos judiciales.
—¿Qué opina sobre que el juez Garzón sea investigado?
—Por razones obvias no puedo entrar en esa materia. Lo que sí puedo decir al respecto es mi absoluta confianza en el Tribunal Supremo, mi admiración por la labor que viene realizando y que, como no puede ser de otra manera, acabará poniendo las cosas en su sitio.
Fuente: ABC.es
—¿Cómo recuerda su paso por la Audiencia Nacional?
—Como una etapa intensa y satisfactoria. Difícil, desde luego, pero encantado la volvería a repetir. Lo que ocurre es que uno se va haciendo mayor y los traslados y los cambios ya cuesta asimilarlos. Es una etapa de la que estoy muy satisfecho al haber conocido los interiores de la Audiencia Nacional y haber podido aportar mi experiencia en la instrucción de los procedimientos competencia de la Audiencia Nacional.
—¿Cómo afrenta el siguiente paso?
—No descarto ir de nuevo a la Audiencia Nacional, pero ahora lo que necesito es adaptarme a la Audiencia Provincial, conocer su funcionamiento, seguir aprendiendo de las materias nuevas y de mis compañeros e intentar ganarme su confianza.
—¿Qué especialización llevará en la Sección Primera?
—La Sección Primera tiene la especialidad en materia de violencia de género; después, ya las materias comunes. Muchos de los asuntos pendientes son de violencia de género.
—¿Qué piensa de la Ley sobre Violencia de Género?
—En el Tribunal Constitucional se planteó la posible inconstitucionalidad de determinados aspectos de la ley, en la medida que podían suponer una discriminación en el tratamiento penal que se daba al hombre y a la mujer en el ámbito de la violencia de género, agravándose las conductas cuando el autor de los hechos era el hombre. Estas cuestiones se resolvieron y el TC estimó que la ley no era contraria a la Constitución porque estaba justificada la discriminación positiva. Lo que ocurre es que posteriormente por los tribunales se han venido matizando esos criterios en el sentido de que para poder apreciar esa situación de discriminación tiene que evidenciarse una superioridad machista del hombre sobre la mujer que justifique este distinto tratamiento punitivo. En definitiva, cuando se aprecie una posición de superioridad, de dominio, de humillación a la mujer. Que la conducta sea de mayor gravedad si la realiza un hombre sobre la mujer. En cuanto a otros aspectos de la ley son razones de política criminal las que deciden en cada momento cómo se actúa en el ámbito de la violencia de género; quizá a la vista de los resultados habría que replantearse alguna modificación, alguna reforma, alguna reorientación de la política legislativa puesto que las víctimas se siguen produciendo, los resultados fatales de muerte se siguen produciendo y eso quizá evidencie que debe abordarse la situación desde otra perspectiva que no haya sido tenida en cuenta y que permita disminuir si no eliminar estos supuestos.
—¿Cree en la mediación en el ámbito penal?
—Habría que hablar de mediación en todos los ámbitos, laboral, social, civil... Yo creo que la mediación en el ámbito laboral es fundamental, que incluso ahora se le ha atribuido al secretario judicial. En el ámbito penal es más complicado. Existe la figura de la conformidad por la aceptación de los hechos y, por consiguiente, la reducción de la pena en el acto del juicio, en otro sentido, es difícil. Sin embargo, en el ámbito civil por supuesto que es necesario fomentar la mediación.
—Cada vez son más y más graves los casos de menores... ¿Cree que hay que cambiar la ley?
—Lo que no podemos es estar reformando la ley cada vez que ocurre un suceso. Cuando se aprueba una ley, se hace con vocación de que permanezca un cierto tiempo. A las leyes hay que darles un tiempo para que se apliquen y pueda verse su resultado. Y no puede cambiarse cada vez que ocurre un suceso porque estaríamos en una constante inseguridad jurídica. En cualquier caso es una cuestión que incumbe al legislador ateniéndose a la realidad social. Una vez que la sociedad demande de forma constante un cambio, sería el momento de abordarlo.
—¿Qué piensa del cambio de la ley que otorga a los fiscales la investigación que actualmente llevan a cabo los jueces de instrucción?
—Creo que la instrucción la pueden acometer tanto fiscales como jueces, ambos están preparados. Creo que responde a razones de política legislativa criminal, de manera que, si llegado un determinado momento, el Parlamento sí lo cree necesario estaremos a lo que la Ley disponga.
—Pasó 12 años como juez decano; sigue esperando el Palacio de Justicia y que se alivien los «atascos».
—En este sentido, se van dando pasitos, pero sí que en los pueblos se han hecho edificios judiciales bastante aceptables. En Córdoba, todos demandamos que el proyecto salga adelante cuanto antes. Los atascos en los juzgados continúan. No soy el juez decano, no soy el más idóneo para hablar de este tema. Pero, hay determinados órganos jurisdiccionales que están más saturados que otros como Primera instancia, Civil o Penal. También la crisis y la nuevas reformas laborales van a hacer que los juzgados de lo Social acaben peor. El de lo Mercantil está que no da abasto. Es necesario un incremento de órganos judiciales.
—¿Qué opina sobre que el juez Garzón sea investigado?
—Por razones obvias no puedo entrar en esa materia. Lo que sí puedo decir al respecto es mi absoluta confianza en el Tribunal Supremo, mi admiración por la labor que viene realizando y que, como no puede ser de otra manera, acabará poniendo las cosas en su sitio.
Fuente: ABC.es
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