
-¿Por qué las críticas?
-La nueva oficina judicial no es una mala idea. Potencia mucho los servicios generales y la figura del secretario, pero puede convertirse en algo totalmente alejado del juez. Por eso insistimos en que las unidades de apoyo al juez hay que potenciarlas y ponerlas bajo su control y dirección.
-¿Cuál es el balance de los primeros meses de su implantación?
-Es una nueva forma de trabajar, más colegiada y no en compartimentos estancos, como hasta ahora. De momento no ha cambiado nada. Parece que el despliegue, parcial, va a empezar en noviembre en seis comunidades. Por ahora, solo es un cambio de nombre. Nos preocupa que van a empezar a funcionar unas unidades de apoyo al juez muy poco dimensionadas y dotadas y unos servicios generales.
-¿Sigue siendo la escasez de jueces el gran cuello de botella para agilizar y modernizar la Justicia?
-Eso es cierto pero cambia la mecánica. Hasta ahora un juzgado nuevo suponía un secretario más y la consiguiente dotación de funcionarios. A partir de ahora van a poder ampliar las plazas de juez, manteniendo la misma estructura de soporte e incluso en las mismas dependencias
-¿Se pueden agilizar los procesos sin que estén digitalizados los expedientes judiciales?
-La renovación tecnológica sigue siendo el gran reto pendiente de la Administración de Justicia. Con los actuales sistemas de intercomunicación entre juzgados, que son totalmente obsoletos y sin el expediente digitalizado vamos a vivir un período de transición en el que todo va a funcionar incluso más lentamente.
-¿Es viable la nueva oficina judicial sin una reforma previa de la ley de planta y demarcación judicial?
-Todo debería ir parejo.
-¿Cómo se prevé acometer la implantación del sistema de organización colegiada en los juzgados territoriales?
-La clave está en que se hable menos de juzgados y más de juez. Hay que potenciar la especialización dentro de los juzgados. Es algo que va directamente vinculado con el sistema de trabajo colegiado.
-¿Vamos a volver a los juzgados de distrito?
-Los tribunales de base que propugnan los proyectos de la nueva Ley de Planta, en realidad suponen una vuelta a la justicia de distrito, al menos teóricamente. Serían los encargados de los asuntos de menor relevancia jurídica, sin tanta parafernalia procesal como hasta ahora.
Fuente: lavozdegalicia.es
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