No considera que más juzgados o más funcionarios sea la solución para acabar con los problemas de la Justicia ni que la falta de medios sea causa de las dilaciones. «La Justicia no está en una competición de belleza entre los servicios públicos», asegura.
—¿Qué le ha encargado Griñán como consejera?
—Ha planteado como línea prioritaria la seguridad jurídica. Tiene mucho que ver con la modernización de la Justicia y también una reforma de la administración pública. Poner los cimientos para que sea posible ese cambio de la administración de Justicia. Esos son los dos grandes encargos de esta consejería y mis metas conseguirlos con trabajo y con diálogo.
—¿Es un marrón la consejería de Justicia?
—Todas las consejerías tienen sus problemas y su lado más relajado. Pero Justicia es muy bonita y no la veo como un marrón sino como un reto. Como algo que tiene conexión con la cultura, la innovación, las nuevas tecnologías. La veo como algo más allá de la Justicia.
—¿Lo primero que está haciendo?
—Muchas cosas. Constituir un equipo técnico preparado y capacitado. La consejería no se ha parado, ha seguido trabajando. Y contactar con los colectivos que son corresponsables en la modernización de la organización judicial para comenzar el diálogo.
—¿Diálogo con quién?
—Con todos. El primer objetivo es la ciudadanía. La mejora del servicio público. El contacto tiene que ser con todos. El primero ha sido el Defensor del Pueblo porque quería conocer las quejas en materia de Justicia. También con los jueces, fiscales, secretarios, funcionarios y sindicatos. Con todos los sectores.
—Dice que no se ha parado pero ha habido un cambio profundo. ¿Eso supone empezar de cero? ¿No habrá continuidad?
—Ni mucho menos es empezar de cero. Muchas cosas se han hecho muy bien. Vamos a duplicar esfuerzos, seguir con los proyectos iniciados y poner en marcha otros. No ha habido parón. Los que han entrado son grandes conocedores del mundo de la Justicia. lo encargos son actuaciones que va a entender la ciudadanía.
—¿Para acercar más la Justicia porque no se entiende?
—La gente si entiende la Justicia. Sabe lo que hay pero hay que explicarle el porqué de las cosas, porqué los juicios tardan tanto.
—¿Acabar con la mala imagen de la Justicia?
—La justicia no está en una competición de belleza entre los servicios públicos. Solo compite para dar el mejor servicio a la ciudadanía. Me preocupa que la ciudadanía tenga un buen servicio más que la imagen que tenga.
—Pero la Justicia sigue teniendo la imagen de lenta, lejana, que no se entiende...
—Son hechos muy concretos los que trasladan una mala imagen. Pero la Justicia es un valor democrático de primer orden y valorado por la ciudadanía. Nuestros profesionales son grandísimos profesionales. Quizás lo que llega la ciudadanía es distinto de lo que hay. Queremos informar y que no se asocie el que el procedimiento tarda mucho a que hay falta de medios.Hay muchas y múltiples causas por las que se retrasan los procedimientos que no son por falta de medios.
—¿No es lenta por falta de medios?
—Es por muchas razones. Puede que una sea la falta de medios pero también tenemos unas leyes muy garantistas que permiten que la ciudadanía se defienda y con todo el tiempo necesario. Estas leyes permiten que todo sea susceptible de recursos. Cualquier multa de cien euros puede llegar al Tribunal de Estrasburgo. Hay dilaciones que no tienen nada que ver con la falta de medios. También es un servicio muy demandado.
—¿Hay un exceso de pleitos?
—Es que paradójicamente la gente confía en la Justicia como medio de resolución de conflictos. Se ha creado desconfianza por hechos concretos pero hay confianza en el sistema. Tenemos que trabajar para poner otros métodos de resolución de conflictos.
—Año tras año la memoria del TSJA denuncia la falta de medios pero cae en saco roto....
—Se ha hecho mucho y es curioso que parezca que se ha hecho poco. Se ha aumentado el presupuesto, la plantilla de funcionarios casi en mil efectivos. Las sedes que recibimos eran ruinosas. Pero hay que seguir. No es tanto una falta de medios como una reorganización. Lo que no sirve es una organización que pertenece al siglo XIX y que hay que adaptarla a la Andalucía del XXI. Eso requiere pasos intermedios. No se puede pasar de una organización concebida para una España rural a una adaptada a la Andalucía tecnológica del XXI sin dar pasos intermedios. Todos los juzgados están informatizados, sedes nuevas casi todos los partidos judiciales. Se atienden las necesidades de personal. Tenemos que dar pasos racionales porque si la organización no sirve, añadir más funcionarios no va a resolver el problema. Tenemos que resolver el problema desde la reforma de la organización.
—¿Tardará mucho eso?
—Habrá que tardar el tiempo necesario para que no se parchee y se tenga un sistema mejor. No es una carrera de obstáculos. Que podamos cambiar el modelo de manera que el servicio público mejore sustancialmente sin que tenga un coste excesivo.
—La oficina judicial ¿está parada?
—En la Oficina Judicial se está trabajando desde hace años. Es como una obra de un ferrocarril, primero hay que poner las vías y luego el ferrocarril y que sea de alta velocidad.
—Su antecesora quería mas competencias ¿Seguirá insistiendo en eso?
—Se va a insistir en todo lo que mejore el servicio.
—¿Qué le parece la sobrecarga de trabajo de los jueces?
—Los jueces conocen con profundidad el sistema. Trabajan con gran profesionalidad y son nuestros aliados. También los fiscales, los secretarios y los funcionarios. vamos a contactar con todos.
—¿Y que hagan huelga?
—Ellos deben hacer lo que crean mejor para ellos y para la ciudadanía.
—¿Y el error de Mari Luz?
—Son sucesos trágicos que ocurren y que tenemos que ser todos corresponsables y trabajar para que no vuelvan a ocurrir.
—Su antecesora preparaba un estudio para saber cuantos funcionarios hacen falta ¿Sabe ya cuántos se necesitan?
—Era un plan de reorganización de los servicios. Se está continuando con ese plan y está apunto de terminar la primera fase. Lo que se pretende es reorganizar los recursos y cuando los reorganicemos veremos que número de funcionarios hacen falta. Pero a priori no podemos afirmar que realmente san necesarios funcionarios aquí o allí.
—¿No hacen falta más sino que hay que cambiarlos de juzgado?
—Reorganizar es optimizar. Ahora si sobran dos funcionarios en un juzgado de Cádiz no se pueden llevar a otro de Cádiz. Son compartimentos estancos pero tenemos que ver cómo hacemos para que si en algún juzgado hay dos funcionarios que podrían estar en otra unidad, pudieran cambiarse.
—Los secretarios judiciales protestaban por el alto grado de interinidad e incluso decían que había gente sin preparación como un peluquero en el juzgado.
—Esto es una leyenda. Hay bolsas de interinos y están constituidas por gente con preparación. No hay nadie que no cumpla criterios de preparación. Hemos firmado un convenio para darle formación a los del SAE para que no se den esos comentarios. Si alguien dice que había un peluquero era un peluquero que además tenía formación para estar en un juzgado.
—En cuanto a la función pública la oferta de empleo público se ha resentido por la crisis...
—El criterio que se ha seguido para la oferta pública ha sido el de necesidades reales de la ciudadanía y también el de austeridad. Pero sin restricción de servicios.
—¿Sobran funcionarios?
—Es la comunidad con más extensión. Creo que es una administración adecuada para la prestación de servicios públicos.
—Siguen teniendo la imagen de que no trabajan. ¿Eso existe?
—Creo que en todas las empresas conocemos a alguien que se pueda escaquear. Fuera de la anécdota se trabaja bien.
Fuente: ABC.es
—¿Qué le ha encargado Griñán como consejera?
—Ha planteado como línea prioritaria la seguridad jurídica. Tiene mucho que ver con la modernización de la Justicia y también una reforma de la administración pública. Poner los cimientos para que sea posible ese cambio de la administración de Justicia. Esos son los dos grandes encargos de esta consejería y mis metas conseguirlos con trabajo y con diálogo.
—¿Es un marrón la consejería de Justicia?
—Todas las consejerías tienen sus problemas y su lado más relajado. Pero Justicia es muy bonita y no la veo como un marrón sino como un reto. Como algo que tiene conexión con la cultura, la innovación, las nuevas tecnologías. La veo como algo más allá de la Justicia.
—¿Lo primero que está haciendo?
—Muchas cosas. Constituir un equipo técnico preparado y capacitado. La consejería no se ha parado, ha seguido trabajando. Y contactar con los colectivos que son corresponsables en la modernización de la organización judicial para comenzar el diálogo.
—¿Diálogo con quién?
—Con todos. El primer objetivo es la ciudadanía. La mejora del servicio público. El contacto tiene que ser con todos. El primero ha sido el Defensor del Pueblo porque quería conocer las quejas en materia de Justicia. También con los jueces, fiscales, secretarios, funcionarios y sindicatos. Con todos los sectores.
—Dice que no se ha parado pero ha habido un cambio profundo. ¿Eso supone empezar de cero? ¿No habrá continuidad?
—Ni mucho menos es empezar de cero. Muchas cosas se han hecho muy bien. Vamos a duplicar esfuerzos, seguir con los proyectos iniciados y poner en marcha otros. No ha habido parón. Los que han entrado son grandes conocedores del mundo de la Justicia. lo encargos son actuaciones que va a entender la ciudadanía.
—¿Para acercar más la Justicia porque no se entiende?
—La gente si entiende la Justicia. Sabe lo que hay pero hay que explicarle el porqué de las cosas, porqué los juicios tardan tanto.
—¿Acabar con la mala imagen de la Justicia?
—La justicia no está en una competición de belleza entre los servicios públicos. Solo compite para dar el mejor servicio a la ciudadanía. Me preocupa que la ciudadanía tenga un buen servicio más que la imagen que tenga.
—Pero la Justicia sigue teniendo la imagen de lenta, lejana, que no se entiende...
—Son hechos muy concretos los que trasladan una mala imagen. Pero la Justicia es un valor democrático de primer orden y valorado por la ciudadanía. Nuestros profesionales son grandísimos profesionales. Quizás lo que llega la ciudadanía es distinto de lo que hay. Queremos informar y que no se asocie el que el procedimiento tarda mucho a que hay falta de medios.Hay muchas y múltiples causas por las que se retrasan los procedimientos que no son por falta de medios.
—¿No es lenta por falta de medios?
—Es por muchas razones. Puede que una sea la falta de medios pero también tenemos unas leyes muy garantistas que permiten que la ciudadanía se defienda y con todo el tiempo necesario. Estas leyes permiten que todo sea susceptible de recursos. Cualquier multa de cien euros puede llegar al Tribunal de Estrasburgo. Hay dilaciones que no tienen nada que ver con la falta de medios. También es un servicio muy demandado.
—¿Hay un exceso de pleitos?
—Es que paradójicamente la gente confía en la Justicia como medio de resolución de conflictos. Se ha creado desconfianza por hechos concretos pero hay confianza en el sistema. Tenemos que trabajar para poner otros métodos de resolución de conflictos.
—Año tras año la memoria del TSJA denuncia la falta de medios pero cae en saco roto....
—Se ha hecho mucho y es curioso que parezca que se ha hecho poco. Se ha aumentado el presupuesto, la plantilla de funcionarios casi en mil efectivos. Las sedes que recibimos eran ruinosas. Pero hay que seguir. No es tanto una falta de medios como una reorganización. Lo que no sirve es una organización que pertenece al siglo XIX y que hay que adaptarla a la Andalucía del XXI. Eso requiere pasos intermedios. No se puede pasar de una organización concebida para una España rural a una adaptada a la Andalucía tecnológica del XXI sin dar pasos intermedios. Todos los juzgados están informatizados, sedes nuevas casi todos los partidos judiciales. Se atienden las necesidades de personal. Tenemos que dar pasos racionales porque si la organización no sirve, añadir más funcionarios no va a resolver el problema. Tenemos que resolver el problema desde la reforma de la organización.
—¿Tardará mucho eso?
—Habrá que tardar el tiempo necesario para que no se parchee y se tenga un sistema mejor. No es una carrera de obstáculos. Que podamos cambiar el modelo de manera que el servicio público mejore sustancialmente sin que tenga un coste excesivo.
—La oficina judicial ¿está parada?
—En la Oficina Judicial se está trabajando desde hace años. Es como una obra de un ferrocarril, primero hay que poner las vías y luego el ferrocarril y que sea de alta velocidad.
—Su antecesora quería mas competencias ¿Seguirá insistiendo en eso?
—Se va a insistir en todo lo que mejore el servicio.
—¿Qué le parece la sobrecarga de trabajo de los jueces?
—Los jueces conocen con profundidad el sistema. Trabajan con gran profesionalidad y son nuestros aliados. También los fiscales, los secretarios y los funcionarios. vamos a contactar con todos.
—¿Y que hagan huelga?
—Ellos deben hacer lo que crean mejor para ellos y para la ciudadanía.
—¿Y el error de Mari Luz?
—Son sucesos trágicos que ocurren y que tenemos que ser todos corresponsables y trabajar para que no vuelvan a ocurrir.
—Su antecesora preparaba un estudio para saber cuantos funcionarios hacen falta ¿Sabe ya cuántos se necesitan?
—Era un plan de reorganización de los servicios. Se está continuando con ese plan y está apunto de terminar la primera fase. Lo que se pretende es reorganizar los recursos y cuando los reorganicemos veremos que número de funcionarios hacen falta. Pero a priori no podemos afirmar que realmente san necesarios funcionarios aquí o allí.
—¿No hacen falta más sino que hay que cambiarlos de juzgado?
—Reorganizar es optimizar. Ahora si sobran dos funcionarios en un juzgado de Cádiz no se pueden llevar a otro de Cádiz. Son compartimentos estancos pero tenemos que ver cómo hacemos para que si en algún juzgado hay dos funcionarios que podrían estar en otra unidad, pudieran cambiarse.
—Los secretarios judiciales protestaban por el alto grado de interinidad e incluso decían que había gente sin preparación como un peluquero en el juzgado.
—Esto es una leyenda. Hay bolsas de interinos y están constituidas por gente con preparación. No hay nadie que no cumpla criterios de preparación. Hemos firmado un convenio para darle formación a los del SAE para que no se den esos comentarios. Si alguien dice que había un peluquero era un peluquero que además tenía formación para estar en un juzgado.
—En cuanto a la función pública la oferta de empleo público se ha resentido por la crisis...
—El criterio que se ha seguido para la oferta pública ha sido el de necesidades reales de la ciudadanía y también el de austeridad. Pero sin restricción de servicios.
—¿Sobran funcionarios?
—Es la comunidad con más extensión. Creo que es una administración adecuada para la prestación de servicios públicos.
—Siguen teniendo la imagen de que no trabajan. ¿Eso existe?
—Creo que en todas las empresas conocemos a alguien que se pueda escaquear. Fuera de la anécdota se trabaja bien.
Fuente: ABC.es
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