Estreno en la Administración de Justicia vasca. El nuevo presidente de la Audiencia provincial vizcaína, Ángel Gil Hernández -elegido el pasado marzo-, tomó posesión de su cargo en la sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, en Bilbao. En el acto, todas las miradas se posaron en la futura consejera del ramo y portavoz del Ejecutivo de Pachi López, Idoia Mendia. También hubo algunas ausencias, como la del consejero cesante, Joseba Azkarraga.
Ángel Gil, amadrinado por la vocal del Consejero General del Poder Judicial, Margarita Uria, comenzó su discurso agradeciendo el «cariño» mostrado por Ana Iracheta, que le ha precedido en el cargo durante diez años, y con un sentido recuerdo al juez asesinado por ETA en 2001, José María Lidón; «ausente, pero nunca olvidado», dijo. Gil se enfrenta a una nueva etapa «llena de dificultades», pero también de «retos apasionantes», entre los que destacó tres.
En primer lugar citó, en euskera, la «normalización lingüística». Una de las propuestas de su programa fue la de crear una sala de vistas que celebre juicios en euskera. Nacido en Baracaldo, estudió y ejerció por primera vez en Zaragoza. Euskaldunberri, compatibilizará la presidencia de la Audiencia con la de la Sección Sexta, donde ha juzgado algunos de los juicios penales más importantes de los últimos años.
Como segundo objetivo de su mandato fijó la creación de una junta de presidentes de secciones -hay seis, tres penales y tres civiles- que se reúna al menos una vez al mes para tratar los «problemas diarios», otros técnicos y comentar «las sentencias de interés». «La Audiencia debe tener una identidad propia y una mayor coordinación entre secciones». También anunció la implantación de una oficina judicial, un «instrumento útil para el juez y transparente para el ciudadano».
Gil defendió las figuras del fiscal, como «protector de los sectores más desfavorecidos», y de procuradores y letrados, además de alabar la profesionalidad y esfuerzo de los funcionarios judiciales. De los jueces, dijo que deben ser «autónomos, independientes e idóneos».
La Audiencia vizcaína ingresó el año pasado 5.426 asuntos y resolvió 5.658, con una reducción en asuntos civiles y un incremento en más de 140 casos. Gil no mencionó una de las cuestiones más espinosas de su programa, el cambio en las normas de reparto para aliviar el tapón de la Sección Cuarta, que tiene 900 asuntos pendientes.
Fuente: elcorreodigital.com
Ángel Gil, amadrinado por la vocal del Consejero General del Poder Judicial, Margarita Uria, comenzó su discurso agradeciendo el «cariño» mostrado por Ana Iracheta, que le ha precedido en el cargo durante diez años, y con un sentido recuerdo al juez asesinado por ETA en 2001, José María Lidón; «ausente, pero nunca olvidado», dijo. Gil se enfrenta a una nueva etapa «llena de dificultades», pero también de «retos apasionantes», entre los que destacó tres.
En primer lugar citó, en euskera, la «normalización lingüística». Una de las propuestas de su programa fue la de crear una sala de vistas que celebre juicios en euskera. Nacido en Baracaldo, estudió y ejerció por primera vez en Zaragoza. Euskaldunberri, compatibilizará la presidencia de la Audiencia con la de la Sección Sexta, donde ha juzgado algunos de los juicios penales más importantes de los últimos años.
Como segundo objetivo de su mandato fijó la creación de una junta de presidentes de secciones -hay seis, tres penales y tres civiles- que se reúna al menos una vez al mes para tratar los «problemas diarios», otros técnicos y comentar «las sentencias de interés». «La Audiencia debe tener una identidad propia y una mayor coordinación entre secciones». También anunció la implantación de una oficina judicial, un «instrumento útil para el juez y transparente para el ciudadano».
Gil defendió las figuras del fiscal, como «protector de los sectores más desfavorecidos», y de procuradores y letrados, además de alabar la profesionalidad y esfuerzo de los funcionarios judiciales. De los jueces, dijo que deben ser «autónomos, independientes e idóneos».
La Audiencia vizcaína ingresó el año pasado 5.426 asuntos y resolvió 5.658, con una reducción en asuntos civiles y un incremento en más de 140 casos. Gil no mencionó una de las cuestiones más espinosas de su programa, el cambio en las normas de reparto para aliviar el tapón de la Sección Cuarta, que tiene 900 asuntos pendientes.
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