Los dos juzgados de Familia de Vigo están aquejados de muchos males. La sobrecarga de trabajo que justifica la tercera sala que finalmente no se creará este año –lo que ha causado un profundo malestar entre la judicatura viguesa– es uno de los problemas. Pero no el único. Porque hay mucho más: por ejemplo, que los magistrados se ven obligados a esperar hasta quince meses por informes psicológicos para decidir sobre una custodia o un régimen de visitas o que entre sus cometidos también está dictar órdenes de internamientos psiquiátricos o realizar informes sobre incapacidades, un trabajo "a mayores" que agrava aún más el colapso de estas salas.
Una reiterada demanda es la creación de un equipo psicosocial exclusivo para los dos tribunales de Familia. Una petición que nunca fue atendida. "En la actualidad estamos esperando una media de hasta 15 meses por estos informes, ya que los dos equipos que hay son para todos los juzgados", afirman fuentes judiciales. La situación es tan grave que en muchos casos se está optando por no solicitar estas pruebas periciales para evitar demoras en la resolución de asuntos en los que siempre hay menores de por medio. "Si podemos ya no los pedimos; pero hay veces que no queda más remedio, porque si nos encontramos con que un niño no quiere ver a su padre, hay que ahondar en el asunto con la intervención del psicólogo y la trabajadora social", apuntan las mismas fuentes.
Otro "frente" con el que se encuentran los juzgados de Familia son los puntos de encuentro, unos centros que tienen como función mediar en el intercambio de hijos de padres separados cuando entre la pareja no existe una buena relación. El que funciona en Vigo, "Aloumiño", está colapsado. "Se ha dado el caso de necesitarlo y de no tener hueco en meses; a un padre no le puedes privar de un régimen de visitas, por lo que, mientras esperamos, hay que buscar soluciones alternativas, como que sea un familiar el que vaya a buscar el niño...", resumen.
Cada juzgado registra una media de 1.500 asuntos anuales. Además de separaciones y divorcios, deben decidir sobre custodias, regímenes de visitas o concesión de pensiones alimenticias o compensatorias. Pero la labor de jueces, secretarios y funcionarios no se limita a la jurisdicción de Familia. Y es que a estas salas también le compete realizar internamientos psiquiátricos e informes sobre incapacidades. Una labor en la que cada tribunal emplea al menos cuatro mañanas al mes, en las que hay que salir del juzgado para ir a hospitales y centros psiquiátricos para ver a los pacientes. A uno de los juzgados vigueses le tocó ayer ir al Hospital do Meixoeiro: tras ver a los afectados, en la mesa tienen nueve expedientes sobre incapacidades, cuya resolución obliga a la celebración de juicios.
La mayoría de los problemas que aquejan a los tribunales de Familia no son nuevos. Pero siguen ahí. El año pasado uno de los jueces de Vigo tiraba la toalla porque la sala en la que trabajaba "estaba sin medios y abandonada a su suerte". En una extensa entrevista, el magistrado proponía un sistema de "mediación" con un equipo de psicólogos destinado a parejas que van a iniciar un proceso de separación. Algo que reduciría el número de divorcios contenciosos y que, en la actualidad, ya se está realizando de forma experimental en un juzgado de Santiago. "Sería muy interesante que se pusiese en marcha algo así en Vigo, porque habría más separaciones de mutuo acuerdo; es tan importante como crear el tercer juzgado", concluyen.
Fuente: farodevigo.es
Una reiterada demanda es la creación de un equipo psicosocial exclusivo para los dos tribunales de Familia. Una petición que nunca fue atendida. "En la actualidad estamos esperando una media de hasta 15 meses por estos informes, ya que los dos equipos que hay son para todos los juzgados", afirman fuentes judiciales. La situación es tan grave que en muchos casos se está optando por no solicitar estas pruebas periciales para evitar demoras en la resolución de asuntos en los que siempre hay menores de por medio. "Si podemos ya no los pedimos; pero hay veces que no queda más remedio, porque si nos encontramos con que un niño no quiere ver a su padre, hay que ahondar en el asunto con la intervención del psicólogo y la trabajadora social", apuntan las mismas fuentes.
Otro "frente" con el que se encuentran los juzgados de Familia son los puntos de encuentro, unos centros que tienen como función mediar en el intercambio de hijos de padres separados cuando entre la pareja no existe una buena relación. El que funciona en Vigo, "Aloumiño", está colapsado. "Se ha dado el caso de necesitarlo y de no tener hueco en meses; a un padre no le puedes privar de un régimen de visitas, por lo que, mientras esperamos, hay que buscar soluciones alternativas, como que sea un familiar el que vaya a buscar el niño...", resumen.
Cada juzgado registra una media de 1.500 asuntos anuales. Además de separaciones y divorcios, deben decidir sobre custodias, regímenes de visitas o concesión de pensiones alimenticias o compensatorias. Pero la labor de jueces, secretarios y funcionarios no se limita a la jurisdicción de Familia. Y es que a estas salas también le compete realizar internamientos psiquiátricos e informes sobre incapacidades. Una labor en la que cada tribunal emplea al menos cuatro mañanas al mes, en las que hay que salir del juzgado para ir a hospitales y centros psiquiátricos para ver a los pacientes. A uno de los juzgados vigueses le tocó ayer ir al Hospital do Meixoeiro: tras ver a los afectados, en la mesa tienen nueve expedientes sobre incapacidades, cuya resolución obliga a la celebración de juicios.
La mayoría de los problemas que aquejan a los tribunales de Familia no son nuevos. Pero siguen ahí. El año pasado uno de los jueces de Vigo tiraba la toalla porque la sala en la que trabajaba "estaba sin medios y abandonada a su suerte". En una extensa entrevista, el magistrado proponía un sistema de "mediación" con un equipo de psicólogos destinado a parejas que van a iniciar un proceso de separación. Algo que reduciría el número de divorcios contenciosos y que, en la actualidad, ya se está realizando de forma experimental en un juzgado de Santiago. "Sería muy interesante que se pusiese en marcha algo así en Vigo, porque habría más separaciones de mutuo acuerdo; es tan importante como crear el tercer juzgado", concluyen.
Fuente: farodevigo.es
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