martes, diciembre 01, 2009

Publican una nueva entrega de ‘De juzgado de guardia’

En términos jurídicos, son reincidentes. Jorge Muñoz (Écija, 1970) y Javier Ronda (Ceuta, 1966) publican De juzgado de guardia (Oberon, 2009). Segunda parte. De la primera (en 2002) vendieron 50.000 ejemplares. Siete años después, de Aznar a Zapatero, “los problemas en la Justicia siguen siendo los mismos”, dicen completando la frase entre los dos, “la revolución digital no se hizo y hay una generación de jueces y fiscales que saben que se van a jubilar sin conocer la Ciudad de la Justicia de Sevilla”.


Estos dos periodistas que buscan el lado amable y divertido de un universo lóbrego, truculento, sombrío, se conocieron cubriendo el caso Arny. Jorge llegó a los Tribunales, “una manera elegante de llamar a la crónica de Sucesos”, desde el cierre de Europa Press. Javier Ronda, desde los Deportes. “Maradona había fichado por el Sevilla, lo llamaron a declarar por ir a más velocidad de la permitida con el coche por el centro de la ciudad. Fui como reportero de Deportes, pero me gustó más el mundo de los tribunales”.

Los dos niegan que la Justicia sea un cachondeo, derechos de autor de Pedro Pacheco. Es un espejo de la vida en el sentido que al espejo le da Stendhal cuando habla de la novela. “Todo está judicializado”, dice Muñoz, “el urbanismo, el medio ambiente, el fútbol, la política, las deudas económicas, raro es el día que no aparece en un periódico una sentencia o el auto de un juez”. Ronda lo suscribe. “Con mis alumnos de la Facultad hicimos un trabajo que demuestra que en los periódicos un 30% de los contenidos tienen que ver con temas de tribunales. El Alakrana es un asunto que nace como crónica de sucesos y acaba en debate político nacional e internacional”.

Lo más novedoso de la Justicia es que hay hay jueces –Garzón, Grande-Marlaska, Pedraz, Gómez Bermúdez– tan conocidos por el gran público como los futbolistas más populares. “No hace falta salir de Sevilla. Mucha gente ha oído hablar del juez Serrano y la juez Mercedes Alaya, que lleva los casos Mercasevilla y Lopera”.

No sólo a estos periodistas les gusta escribir y suman unos cuantos libros entre los dos. El fiscal superior de Andalucía, Jesús García Calderón, ha publicado libros de poesía. “Hay jueces que cantan ópera, que tocan la guitarra, que escriben relatos. La secretaria del caso Farruquito va a hacer una exposición con sus pinturas. Hay jueces cofrades y que les gusta el fútbol. El día que el Sevilla jugó la final de Eindhoven, los juzgados quedaron desiertos”.

Fútbol y Justicia. Deporte en el que se habla de jueces de línea, del juez de la contienda. “Pero en la Justicia el empate está desterrado, aquí no hay cerocerismo. Eso es lo más duro, lo más difícil del trabajo del juez. Uno gana y otro pierde”. El tercer poder analizado por el cuarto. “El lenguaje jurídico no es accesible”, dice Ronda, “he hablado con algunos jueces y casi nos dan las gracias porque con el lenguaje periodístico decodificamos su manera de expresarse. Y además lo hacemos con humor y con respeto”.

El público también se adentra en una jungla de vocablos ajenos. Jorge Muñoz recuerda el caso de un acusado de asesinato que trajo mucha polvareda. “Le dijo a la juez: ‘señoría, me agarro a la quinta enmienda’. Su abogada dijo que quería decir que se acogía al artículo 24 de la Constitución Española, el equivalente a esa fórmula de los juicios americanos que le sonarían de alguna película. El acusado hizo una pregunta más rotunda: ‘¿Puedo ir al servicio? Es que no me puedo aguantar”.

Jorge y Javier no son Jorge Javier, pero vivieron la irrupción del mundo rosa en los tribunales. “Introducen el derecho a la intimidad y la defensa del honor”. Con el mazo dando. “El mazo desapareció con los crucifijos”. El cardenal Amigo se despidió de la diócesis hispalense al pasar por Écija, la patria chica de Muñoz. “Las togas y las sotanas siempre se han llevado muy bien”.

¿Picaresca, drama, comedia, tragedia? ¿Cuál es el género literario dominante en el mundo judicial? “Te encuentras gente que ha perdido a un familiar por asesinato o por accidente de tráfico. No es nada divertido. Por eso el libro es una válvula de escape”. Los juicios de faltas son el contrapeso. Anécdotas como el del hombre que acudió de noche al juzgado de guardia para casarse o el que presentó una denuncia contra su mujer por maltrato psicológicamente con el argumento de que “llevaba cinco días sin querer hacer el amor con él”.

Juan Guerra, Arny, duque de Feria, Farruquito, Contsa, Marta del Castillo, Bazar España. Sevilla tiene un campo magnético en el mundo judicial. “Cosas pasan en todos sitios”, comenta Ronda, “en Sevilla, en Orense y en Teruel”. Muñoz asegura que los casos de Sevilla tienen a veces más relevancia mediática que los de Madrid o Barcelona. Su compañero apunta motivos. “Será la manera de expresarse, la idiosincrasia de la gente, el clima. En ningún otro sitio ves a los familiares de un acusado tocando las palmas en la terraza de un bar. Yo fui a cubrir el caso de las niñas que mataron a otra en San Fernando. El juez hizo coincidir el juicio con la final de los Carnavales del Falla. Había gente que iba disfrazada”.

Conocer los entresijos de la Justicia no les hace más escépticos. “La Justicia es justa”, dice Muñoz, “tiene mecanismos para corregir los errores. Éstos son mínimos, pero muy llamativos”. Hay jueces que fueron alcaldes (Ventura Mariño en Vigo), que lo son (Belloch en Zaragoza), que lo quieren ser (Zoido en Sevilla). “Es curioso, porque una de las tareas del juez es controlar a los políticos”.

Los juicios de faltas son una mina para el anecdotario. Y los Registros Civiles. “Ya se le puede poner a un niño Pepe, Paco o Nacho. Pero el juez no permite que le pongan un nombre que pueda ser peyorativo. Una madre llegó al Registro Civil de Tenerife, le quería poner a su hijo Kunta Kinte”.

Jueces, policías, guardias civiles y... bomberos

Javier Ronda jugó en la Unión Africana Ceutí con Nayim, autor del gol que le dio al Zaragoza la Recopa contra el Arsenal. Trabaja en Canal Sur. Hijo de un funcionario de Correos, tiene dos hijos, Javier y Pilar. Cubrió los juicios de las niñas de Alcasser, Puerto Hurraco y el comando Andalucía de Eta que asesinó al matrimonio Jiménez-Becerril y a Muñoz Cariñanos. Publicó Tricornio de guardia y enseña Periodismo de Tribunales y Sucesos. Jorge Muñoz es redactor de Tribunales de Diario de Sevilla. Hijo de un administrativo, acaba de ser padre de una niña, Isabel Soledad. Publicó La sombra de un bailaor sobre el caso de Farruquito. Con Fernando Pérez Ávila, compañero del Diario, publicó Poli de patrulla. Jueces. Policías. “Ahora me han ofrecido un libro sobre los bomberos”.

Fuente: diariodesevilla.es

No hay comentarios: