jueves, enero 10, 2008

Málaga: Los forenses advierten del "riesgo biológico"


El aire procedente de las salas de autopsia no debe ser reciclado. Ni tener contacto con la red general. La legislación lo deja claro y aboga porque tenga un circuito cerrado para evitar posibles infecciones procedentes de los cadáveres que se están estudiando. Los médicos responsables del Servicio de Patología del Instituto de Medicina Legal de Málaga hicieron el lunes un escrito en el que evidenciaban la necesidad de comprobar el nivel de bioseguridad de cada sala, de lo que "no se nos ha informado" y de mejorar la estanqueidad de unas instalaciones por la que pasan cuerpos "que pueden ser portadores de infecciones no diagnosticadas de gran contagiosidad".

Recalcan que hasta el momento "no se han tomado medidas en la subsanación" de ninguna de las deficiencias de las instalaciones, tal y como se comunicó en diciembre a la delegación de Justicia. "Esto provoca que no disminuya el riesgo biológico que conlleva la práctica de autopsias", aseguran en el comunicado.

"Las declaraciones de la señora delegada son totalmente inaceptables, ya que admite que una de las salas de autopsia sí puede comunicarse con el circuito general de climatización, algo muy peligroso desde el punto de vista sanitario", recalcan en el comunicado, al tiempo que insisten en que el aire de una sala de autopsia es "siempre potencialmente infeccioso" por lo que no puede ser reciclado.

Los firmantes del comunicado son el jefe del Servicio de Patología Forense, José Luis Palomo; y el jefe de sección de Histopatología, Valentín Ramos; quienes consideran que el aire debe ser estanco en todas las salas de análisis de los cuerpos, no sólo la sala especial para cadáveres de alto riesgo.

En este sentido, los profesionales del Instituto de Medicina Legal insisten en que estas dependencias deben de contar con un nivel mínimo de bioseguridad, incluso en la sala común. De hecho, advierten de que hay que evitar todo contacto con la red general para que una autopsia de un cadáver común con una enfermedad contagiosa no detectada, como la tuberculosis o la legionelosis.

La falta de información sobre los niveles de seguridad de estas salas se unen a las dudas mostradas por estos profesionales, que consideran que ninguna alcanza un nivel de bioseguridad 3 o ´de contención´. La legislación actual clasifica cuatro niveles, del 1 al 4, siendo este último el de mayor seguridad.

Tanto José Luis Palomo como Valentín Ramos consideran que se tiene que abrir una investigación de lo ocurrido el pasado 3 de diciembre, en lo que consideran "un fallo gravísimo de las instalaciones". No obstante, ambos reiteran que este trabajo deberá ser realizado por un equipo profesional "y no por funcionarios a las órdenes de la Delegación de Justicia", con idea de aclarar "las veladas insinuaciones de sabotaje o incompetencia".



Fuente: laopiniondemalaga.es

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