“¡Todos de pie!”, pide a la audiencia el secretario al anunciar el ingreso del Tribunal Sexto de Sentencia. La sala del decimocuarto nivel de la Torre de Tribunales recibe a tres jueces vestidos de toga. Todos se sientan y se inicia el proceso, no sin antes recordar a los presentes las normas disciplinarias que deben observarse.
Walter Villatoro, aquel niño que deseaba ser piloto de camión, es hoy el presidente del tribunal en cuestión. Comenta que para él, ser juez es un honor. Motivo por el que en sus diez años de ejercicio ha utilizado una toga negra. Dice que el consejo de su padre ha sido para él como un estandarte: “Que la antorcha de la justicia alumbre a todos por igual”, expresa, mientras se prepara para reiniciar una audiencia.
Ser Juez de Sentencia es la investidura más grande que otorga el Estado y debe manifestarse en la sala, comenta Villatoro. Ha tratado de promover el uso de la toga y con ello romper los paradigmas que tienen los juzgadores. Pero hasta ahora solo los Juzgados de Turno la utilizan con regularidad. “El debate es la parte procesal más importante. Es ahí donde me despojo de Walter y me pongo la investidura que el Estado me dio. Ya no soy el abogado, sino el Estado que deberá impartir justicia”, manifiesta. Para él, se es juez todo el día, porque la conducta se debe mantener en todo momento y evitar las denigraciones al cargo.
Existe un Reglamento General de Tribunales, el 36-2004, que en su Título VI, Artículos 65 y 66 señala que tanto los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) como los de las Salas de la Corte de Apelaciones, los jueces de Primera Instancia y de Sentencia, además de otros jueces con la misma calidad, vestirán la toga en las vistas y audiencias públicas, así como en los debates. Sin embargo, en lo cotidiano no es así. El calor, la premura de tiempo, la incomodidad y hasta el tipo de tela, son pretextos para no usarla.
De acuerdo con el jefe de protocolo del Organismo Judicial, Byron Escobedo, los magistrados de la CSJ solo usan la toga cuando toma posesión un nuevo presidente o juramentan a los nuevos abogados. Escobedo explicó que es una disposición de la Corte anterior como medida para mantenerse el respeto. Y aunque es una obligación, no hay sanción por no usar toga.
Para el presidente de la Cámara de Amparos y Antejuicios, Luis Fernández Molina, el reglamento no es claro en la obligatoriedad de su uso. Aunque, precisó, el usarla marca una diferencia en el momento de efectuarse una vista o audiencia. “No hablamos de personas, sino de autoridades, por muy sencilla o simple que sea una gestión. Es la dignidad investida. Debería fomentarse su uso”, opina.
En algunos países de Europa, no solo los jueces utilizan toga, también lo hacen los fiscales y abogados defensores. En otros países de Latinoamérica, como Argentina y Colombia, se obligó a los juzgadores a utilizarla. Aunque los profesionales interpusieron amparos aduciendo que la medida violaba sus derechos, las cortes constitucionales denegaron las solicitudes pues no afectaba a los jueces, ya que en todo caso consideraron que la toga fortalecía la imagen de jueces y magistrados. Yolanda Pérez, ex juzgadora, considera que se use o no la toga, el prestigio se lo gana la judicatura con un buen trabajo.
Fuente: el Periódico de Guatemala
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