domingo, febrero 17, 2008

Nuevos datos: Bermejo ni siquiera había pedido permiso de obras

Continúan apareciendo datos sorprendentes sobre los arreglos ordenados por el ministro de Justicia en su vivienda, un piso propiedad del Estado que ha arruinado su campaña en Murcia. Doscientos cincuenta mil euros, casi 42 millones de las antiguas pesetas, se gastó Mariano Fernández Bermejo en un piso que puede acabar disfrutando sólo unas semanas.


Mariano Fernández Bermejo ya lo tenía difícil en la circunscripción por la que se presenta, pues en Murcia, incluso en la debacle del 14-M de 2004, el PP le sacó 22,42 puntos de ventaja al PSOE, doblándole en escaños.

Pues bien, entre las políticas del agua desarrolladas por José Luis Rodríguez Zapatero y Cristina Narbona, que han perjudicado sobre todo al Levante, y ahora el escándalo del piso arreglado por el ministro de Justicia, candidato cunero del PSOE en provincia tan adversa, el palo puede ser histórico.

Y cada vez que se descubre un nuevo dato, peor. Bermejo no sólo se gastó 250.000 euros en reformar el piso del Ministerio de Administraciones Públicas en el que reside desde enero, en arreglos con toda la aperiencia de ser meramente suntuarios; no sólo se escudó para el cambio en el mal estado en el que se lo encontró, acusando de rebote a su anterior inquilina, la ex ministra de Vivienda María Antonia Trujillo, de haberlo destrozado; no sólo ha creado un serio problema interno al PSOE, porque Trujillo es la número uno por Cáceres y lógicamente no se ha quedado callada al ver cuestionada la forma en que trata las propiedades públicas; sino que además, según cuenta este domingo La Razón, no solicitó la preceptiva licencia de obras.

Tratándose del ministro de Justicia, de quien se presume un ejemplar respeto por la ley que obliga a cumplir a los demás, no deja de ser llamativo.

Según el diario que dirige Francisco Marhuenda, "no hay constancia" en el distrito de Moncloa, al que pertenece el ático reformado, de que se pidiese permiso para la obra. De haber sido una reforma pequeña, el simple silencio administrativo, previa información al distrito, la habría legitimado al cabo de quince días. Pero por tratarse de una reforma estructural, el proceso burocrático se complica.

Aunque no en este caso, pues según dicha información, sencillamente se lo saltó.

El gran misterio sigue siendo dónde está el ministro de Justicia, a quien el PP aguarda con los cuchillos afilados, después de que, tras su fichaje para el Gobierno por José Luis Rodríguez Zapatero en febrero de 2007, se convirtiese en el azote de la Oposición en el Congreso de los Diputados, con gestos broncos y palabras gruesas que durante bastantes meses fueron la salsa de las sesiones de control de los miércoles, en sus enfrentamientos con Ángel Acebes (abulense, como él) y Eduardo Zaplana.

Fuente: El Semanal Digital

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