Está que trina. Bermejo busca desquiciado al que pasó la información de que se había gastado 250.000 euros de las arcas del Estado para reformar su vivienda oficial. Esta filtración se produce cuando el ministro tiene a los funcionarios de su departamento revolucionados. Bermejo es el primer titular del departamento que ha conseguido poner en su contra y en huelga indefinida a los funcionarios de la Administración de Justicia dependientes del Ministerio, a secretarios judiciales y a los miembros del Poder Judicial. El ministro ha puesto a su gente de confianza a buscar cualquier pesquisa. Bermejo se ha puesto paranoico.
El dispendio de Mariano Fernández Bermejo ha instalado el temor, casi pavor, en la calle Ferraz. El propio secretario de Organización socialista, José Blanco, no ha querido ni oír hablar del célebre ático, según diversas fuentes del PSOE consultadas. Al parecer, cuando más de un dirigente le llamó el miércoles para preguntar por el asunto, torció el gesto y lanzó un sobrio "sin comentarios".
¿De dónde salió la información sobre la decisión de Mariano Fernández Bermejo de gastarse 250.000 euros de las arcas del Estado para reformar su vivienda oficial? A esta misma pregunta halló rápida respuesta un enfurecido ministro de Justicia. Era de cajón. Era evidente que la filtración procedía de un funcionario del Ministerio, y así acaparó la apertura del periódico El Mundo este miércoles a cinco columnas: "Bermejo se instala en un piso oficial y gasta 250.000 euros en reformarlo". Nada más a tiempo para calentar la manifestación de esa misma tarde de los miles de trabajadores de la administración que descargar la gota fría ante el piso de Mariano Fernández Bermejo en la madrileña Plaza de España. Parece que el titular de Justicia se ha estrellado con una realidad que no esperaba o que tal vez concibió de otra manera, más acorde con sus deseos.
El ministro, según fuentes consultadas, ha ordenado hacer lo imposible por averiguar de dónde surgió la filtración. En medio de la refriega, Bermejo ha visto además cómo por el piso de marras se le abría una polémica en la que ha tenido que medir sus aceros con el enfado de su anterior inquilina, la ex titular de Vivienda, María Antonia Trujillo. El informe aprobado por el Ministerio de Justicia para que se aceptasen las obras argumentaba que el inmueble, de 230 metros cuadrados, no reunía las condiciones de habitabilidad adecuadas y estaba deteriorado. Trujillo lo ha negado tajantemente.
Después de la noticia publicada por El Mundo, el departamento de Bermejo justificó las obras al entender que se realiza una inversión en un ático "que es patrimonio de todos". Se decía a la vez que el piso se encontraba en condiciones "muy deficientes" y en situación de "abandono". Fueron ese cúmulo de observaciones las que encendieron a Trujillo, quien mantuvo que la vivienda "estaba estupenda: si Bermejo quiere más comodidad que apechugue". Las obras han sido objeto de comidilla y de crítica off the record de funcionarios del propio edificio y de otros ministerios.
Fuente: El Semanal Digital , Periodista digital
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