miércoles, julio 29, 2009

Madrid: De camarero en paro, a un Juzgado de lo Penal en Plaza Castilla

La Comunidad de Madrid ha tomado la iniciativa y ha emprendido los cursos destinados a formar y especializar al personal interino de la administración regional de Justicia que se incorpora sin ninguna experiencia previa. ¿La razón de ello? Las últimas hornadas proceden de la Bolsa de Empleo Común de la Comunidad. Son personas que están en posesión del título de Bachiller Superior. Hay, entre otros, diplomados en peluquería, decoración, camareros e, incluso, amas de casas, además del perfil de licenciado; en ambos casos, sin conocimientos de ese proceloso y árido mundo para neófitos.


Esto es así «porque el Gobierno central no ha convocado ninguna oposición desde 2003», explicó Gonzalo Quiroga, director general de Justicia. Además, la Bolsa de Empleo específica de personal cualificado de la administración del Estado hace tiempo que se agotó, por lo que hemos tenido que echar mano de la común.

Compromiso y necesidad

Todo ello con el fin de poder ir cubriendo la plantilla con interinos -en tanto el Ministerio de Justicia no convoque oposiciones-, hasta el punto de que los interinos ya son el 35% de la nómina de empleados de la administración regional de Justicia, de un total de 6.500 funcionarios.

Dichos cursos forman parte del compromiso adquirido el pasado 28 de abril entre el consejero de Justicia e Interior, Francisco Granados, y el Juez Decano de Madrid, José Luis González Armengol. El objetivo: preparar y adiestrar al personal que ingrese en en ámbito judicial de la región, que ya son una realidad. «Pretendemos llenar un vacío que ha existido y aún existe, y que es un problema en muchas regiones, Madrid, incluida», precisó Quiroga.

«La ausencia de conocimientos no debe mantenerse, por eso, hemos de apostar por la especialización y formación, en línea con la modernización de la Justicia. Hemos sido pioneras al poner este ladrillo que, esperamos, no se abandone nunca».

La situación obedece a la acuciante necesidad de personal para cubrir los nuevos órganos judiciales -27 en este ejercicio y otros tantos el siguiente-, así como cubrir las vacantes por traslados (siempre son más lo que salen que los que entran), las bajas, y poder contribuir a aliviar la actual sobrecarga. Sin embargo, sin la preparación adecuada, «el nuevo empleado puede ser una carga más que una ayuda, o cometer errores graves o de bulto, derivados de su ignorancia, si bien su labor debe estar supervisada, por el juez o por el secretario judicial correspondiente, responsables últimos de lo que suceda en la oficina judicial».

En total, serán ocho cursos, con 20 alumnos en cada uno de ellos y 22 horas lectivas, repartidas en cinco jornadas en sesiones de mañana o de tarde, organizadas por el Instituto Madrileño de Desarrollo (Imade). Acaba de terminar el primero, que se desarrolló del 5 al 11 de junio. Los siguientes están programados para los meses de septiembre, octubre y noviembre. Al final saldrán formados 160 funcionarios. «Intentamos darles las herramientas necesarias, una especie de salvavidas para que los nuevos que aterricen en la piscina jurídica no se ahoguen», indicó Pedro José Hernández Gallego, director de la formación.

Todos los profesores son secretarios judiciales en activo y su enfoque es eminentemente práctico. Básicamente reciben nociones de la organización judicial, de su funcionamiento, normas, procedimientos y de la Carta de Derechos del Ciudadano ante la Justicia. «En realidad, intentamos quitarles el miedo que siempre causan los órganos judiciales, familiarizarles con la terminología, eminentemente técnica e intimidatoria, y con el procedimiento, plazos, reparto de asuntos, etc.», subraya el coordinador de los cursos.

«A mover los papeles»

En verano se abrirá la Bolsa de Empleo para personal especializado, con lo que, junto a los cursos, «la necesidad de formación será cada vez menor», precisó el director general de Justicia. «Trabajamos con lo que se van a encontrar en el día a día. Les enseñamos todo lo necesario para que puedan «mover los papeles». Y una cosa esencial: aquí las prisas son malas, hay que analizar con calma», explicó una de las profesoras de Civil. El, resto, lo dará la práctica.

«Las nociones que nos imparten son muy básicas, y eso es lo importante; justo lo que lo necesitamos», indica Josué Insua, de 35 años, interino de uno de los Juzgados de lo Penal de plaza de Castilla. «He estado 10 años trabajando de camarero, me quedé en paro, me apunté al INEM y surgió esto. A mí siempre me ha atraído este mundo. La lástima es que se va a incorporar la persona a la que sustituía por estar de baja», explica uno de los alumnos del programa. «Es un mundo nuevo. Aterrizas y no sabes moverte. Estás inundado de papeles y no sabes a quién recurrir ni que pasos seguir. Aprendes a base de que te den, pero así es mejor».

Fuente: ABC.es

1 comentario:

Anónimo dijo...

es una vergüenza y un desprestigio para los profesionales que se ponga a personas sin formación alguna a despempeñar las funciones de Funcionarios del Grupo B; ¿como puede consentirse que a uno del paro lo pongan a trabajar desde el primer día y a un tramitador con experiencia le exijan hacer un curso de tres meses porque promociona? ¿van a hacer los sindicatos como el colegio de enfermeras?