Seis meses después de que la Consejería de Justicia y Administración Pública decidiera limitar drásticamente el uso de taxis para las actuaciones judiciales y sustituirlos por el transporte público, el retraso evidente en el servicio común de notificaciones y embargos ya puede cuantificarse. En la actualidad hay más de 4.000 diligencias pendientes de practicar.
Antes de que la Junta emprendiera los recortes de taxis -que pasaron de 20 coches a cinco, aunque poco tiempo después volvieron a aumentarse a diez-, el servicio común de notificaciones y embargos estaba considerado como la perla del decanato de los juzgados por su buen funcionamiento, una cuestión que se evidenciaba en que las notificaciones se realizaban a diario y no había ningún retraso en las mismas. Ahora, en sus armarios se acumulan miles de expedientes por notificar, una situación insólita para los funcionarios destinados en este órgano. El atraso en el servicio común de notificaciones afecta principalmente a los denominados actos de comunicación, como los emplazamientos y citaciones personales que en ocasiones obligan a volver a los domicilios de los ciudadanos en varias ocasiones porque no se encuentran.
El juez decano de Sevilla, Federico Jiménez Ballester, explicó que las 4.000 diligencias pendientes de practicar "revelan que la restricción en el uso de los taxis ha provocado una disfunción en un servicio que hasta esa fecha funcionaba con normalidad". El decano explicó que aunque no puede decirse que el servicio común esté colapsado, la situación por la que atraviesa si puede calificarse de "grave retraso" y advirtió que la paralización de esta unidad provoca nuevos retrasos en los órganos judiciales.
Federico Jiménez señaló que los ciudadanos ya están percibiendo el retraso puesto que, según dijo, ya hay casos en los que no se ha podido llevar a cabo la citación de alguna persona para acudir a un juicio o a una comparecencia. El magistrado considera que la Consejería de Justicia debería adoptar "medidas de refuerzo personales y materiales" para devolver a la normalidad el funcionamiento de un servicio común de notificaciones que da cobertura a los más de 90 órganos que hay en el partido judicial de Sevilla.
Fuente: diariodesevilla.es
Antes de que la Junta emprendiera los recortes de taxis -que pasaron de 20 coches a cinco, aunque poco tiempo después volvieron a aumentarse a diez-, el servicio común de notificaciones y embargos estaba considerado como la perla del decanato de los juzgados por su buen funcionamiento, una cuestión que se evidenciaba en que las notificaciones se realizaban a diario y no había ningún retraso en las mismas. Ahora, en sus armarios se acumulan miles de expedientes por notificar, una situación insólita para los funcionarios destinados en este órgano. El atraso en el servicio común de notificaciones afecta principalmente a los denominados actos de comunicación, como los emplazamientos y citaciones personales que en ocasiones obligan a volver a los domicilios de los ciudadanos en varias ocasiones porque no se encuentran.
El juez decano de Sevilla, Federico Jiménez Ballester, explicó que las 4.000 diligencias pendientes de practicar "revelan que la restricción en el uso de los taxis ha provocado una disfunción en un servicio que hasta esa fecha funcionaba con normalidad". El decano explicó que aunque no puede decirse que el servicio común esté colapsado, la situación por la que atraviesa si puede calificarse de "grave retraso" y advirtió que la paralización de esta unidad provoca nuevos retrasos en los órganos judiciales.
Federico Jiménez señaló que los ciudadanos ya están percibiendo el retraso puesto que, según dijo, ya hay casos en los que no se ha podido llevar a cabo la citación de alguna persona para acudir a un juicio o a una comparecencia. El magistrado considera que la Consejería de Justicia debería adoptar "medidas de refuerzo personales y materiales" para devolver a la normalidad el funcionamiento de un servicio común de notificaciones que da cobertura a los más de 90 órganos que hay en el partido judicial de Sevilla.
Fuente: diariodesevilla.es
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