sábado, febrero 27, 2010

"Siempre pagamos los mismos"

A los funcionarios no les va el donde dije digo, digo Diego. El mensaje de tranquilidad enviado por los tres vicepresidentes del Gobierno garantizándoles el cumplimiento del acuerdo para la función pública -que prevé una subida salarial del 0,3 por ciento este año y una cláusula de revisión hasta 2012- no sirvió para apaciguar los ánimos del colectivo después de que el pasado miércoles el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, anunciase que está sobre la mesa la revisión salarial de los funcionarios.


Mar Alonso, funcionaria de la administración de justicia en Asturias, cree que las declaraciones del secretario de Estado fueron una especie de globo sonda. «Yo lo veo crudo, muy serio no me parece. Se lanza un globo sonda. Primero venden algo bueno, luego te ponen en lo peor, al final rectifican con algo intermedio y al final acaban quedando bien. Dicen y desdicen sin rigor», cuenta la trabajadora.

Francisco Pérez, también funcionario de justicia desde hace 25 años, asegura que ya ha vivido otros anuncios de congelación de sueldo. «Congelaciones salariales me tocaron unas cuantas, con el PSOE y con el PP. Eso sí, las subidas siempre van por debajo», explica Pérez. Otro funcionario de justicia, Francisco Ardit, propone que a la hora de congelar sueldos «empiecen primero por los de los jefes». Ardit opina que «dinero hay, pero se tira» y que al final «acabamos pagando siempre los mismo». Como ejemplo cita la distribución de agendas en asturiano en la época de Francisco Javier García Valledor como consejero de Justicia. «Para ese tipo de cosas siempre hay dinero», dice.

Gloria Losada es funcionaria del Registro Civil y opina que «de los funcionarios no se acuerda nadie cuando las cosas van bien». También defiende que «las cosas públicas no se hacen solas. Las partidas de nacimiento, los matrimonios no existirían sin nosotros, y no paramos», defiende esta mujer que trabaja desde hace catorce años como funcionaria. Recuerda que sólo dos años después de aprobar la oposición a su puesto de trabajo ya le aplicaron una congelación salarial. «Espero que esta vez no sea así», sostiene.

«Ya no sabe uno a qué atenerse. La desconfianza es absoluta. Los funcionarios siempre acabamos pagándolas todas. Ahora, cabezas de turco de la crisis», explica María del Mar García, funcionaria de la administración local en Oviedo, empleada pública desde hace una década. Ricardo Menéndez, docente en un colegio de Gijón, dice que no sabe a quién creer. «Se supone que un vicepresidente está por encima de un secretario de Estado, pero esto es un cachondeo. Para coches oficiales, viajes de negocios y otras cosas prioritarias -ironiza- sí que hay dinero. Acabamos pagando el pato los que más sufrimos la crisis, que somos los trabajadores, la gente de a pie», explica el funcionario.

Fuente: lne.es

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