Ana Descalzo Pino, nueva decana de jueces de Zamora, está en la plataforma para la independencia de la justicia, convencida de que los partidos políticos han copado los órganos de gobierno del poder judicial. Es una de las firmantes del manifiesto que muchos jueces han suscrito en ese sentido, que se remitirá al Parlamento para que revise el sistema de elección de los órganos de gobierno del poder judicial. Ya circula entre la magistratura y se hará llegar a los profesionales del sector.
La decana nació en Zamora, aunque se crió en Nava del Rey. Estudió en Valladolid la carrera de Derecho entre 1983 y 1988, y aprobó la oposición a juez en 1990. Casada y con dos hijos, regresó hace 13 años a Zamora para ser titular del Juzgado número 2. Actualmente es titular del Contencioso Administrativo.
-Es la primera decana de jueces de Zamora elegida por votación de sus compañeros y no por antigüedad, como venía siendo, ¿qué le movió a presentar su candidatura?
-Los motivos son muchos y diferentes. Esto supone un plus de trabajo y de esfuerzo porque se acumulan no sólo los asuntos que llegan a tu juzgado, sino muchas cuestiones que inciden en el resto, además de ser el representante de todos los compañeros. Al principio era bastante reticente, más que nada porque en el Juzgado en el que estoy destinada, el Contencioso Administrativo, tengo muchísimo trabajo, no doy abasto para sacar todo lo que deseo al día, pero me propusieron todos los compañeros y no me quedó más remedio que darles las gracias, aceptar e implicarme. Y una vez que me decidí, tirarme a la piscina.
-Imagino que en su "cartera" traerá problemas prioritarios para esta provincia, como la escasez de jueces y la necesidad de aumentar juzgados.
-Hace poco se ha presentado la memoria del año 2009, los datos son desalentadores y muy preocupantes: Ha aumentado el porcentaje de trabajo de forma desproporcionada para lo que es el número de jueces. Es inasumible e inabarcable por todos los jueces y magistrados no sólo de los juzgados de Primera Instancia e Instrucción, sino de los órganos Penal, Contencioso e incluso Menores. Como primera reivindicación, por tanto, está la creación al menos de un juzgado mixto; y luego si se pueden crear más juzgados, unidades judiciales y más plazas de jueces, que es lo que se necesita.
-¿Sería bueno que hubiera jueces de apoyo?
-Estamos ahora en un momento de muchísimo cambio en la estructura, organización y funcionamiento de la Administración, entre ellos la creación de jueces de adscripción territorial, de carrera, asignados al Tribunal Superior de Justicia para cubrir plazas en las que se produzcan bajas temporales. Nosotros pedimos jueces titulares, que se aumente la plantilla, dado que, a pesar del gran esfuerzo que realizamos, los que estamos ahora somos incapaces de sacar los asuntos que nos entran. En el Contencioso estoy señalando juicios para finales de enero de 2011, es una barbaridad y totalmente incompatible con la tutela judicial efectiva.
-Precisamente una de las exigencias que motivaron la huelga de jueces, de la que usted fue una de las precursoras, fue el bajo ratio de jueces por habitante respecto de Europa.
-Siempre hemos trabajado al 120% de lo que podíamos, renunciado a cantidad de aspectos de nuestra vida personal y familiar para que la Administración de Justicia funcionaria y para que las resoluciones de los pleitos salieran en un plazo razonable. Pero somos incapaces de afrontar todo el trabajo que llega, por eso hemos salido de nuestros despachos, porque necesitamos mucho apoyo y muchos más medios materiales y personales. Una de las reivindicaciones fundamentales y esenciales que motivó la primera huelga, el 18 de febrero de 2009, era incrementar la ratio de jueces. Lo hemos repetido hasta la saciedad, pero hay determinadas personas que no quieren entender: Mientras en el resto de la Unión Europea hay 20 jueces por cada 1.000 habitantes, aquí hay 9,8. Y el número de pleitos es tres veces superior al de cualquier país de la UE, es totalmente desorbitado. Por eso se están adoptando medidas para disminuir la litigiosidad, hay que atajar el problema. A veces vemos reclamaciones que deberían solucionarse con mediación, que deben llegar al juez cuando falla ésta. Esto nos preocupa.
-¿Cómo se puede evitar que el aumento de pleitos?
-Potenciando los mecanismos de mediación extrajudicial. Ahí intervienen los abogados, que deben determinar si en un asunto hay visos de llegar a un acuerdo extrajudicial. O cuando la reclamación es de tan escasa cuantía económica que «sale más caro el collar que el galgo», ¿cómo voy a ir por nueve euros al Juzgado?, estamos viendo reclamaciones de esa cantidad e incluso inferiores. Todo el mundo tiene derecho a una resolución judicial, pero la Justicia es muy cara como para estar pleiteando y no tiene sentido tener a cantidad de personas con asuntos pendientes de una sentencia judicial cuando deberían haberse solucionado por otras vías.
-¿Quizás las juntas arbitrales no están funcionando como debieran?
-Cada junta arbitral que hay en cada Consejería, dependiendo de órganos autonómicos o periféricos del Estado, cumplen sus competencias y dictan las resoluciones sobre los asuntos que les llegan. A lo mejor el ciudadano es el que no acude a esos organismos por desconocimiento, desinformación o falta de asesoramiento. Pero ahí están e imagino que funcionan lo mejor que pueden, como hacemos todos.
-¿Tal vez falta una labor de educación a la ciudadanía para que acuda a la mediación?
-Sí, enseguida todos decidimos acudir al juez y, desde luego, la solución del juzgado no es la más rápida ni la esperada. Hay un dicho «tengas pleitos y los ganes», es verdad. No creo que compense denunciar y que el juicio se celebre un año después. Y al año, cuando el juez va a dictar sentencia, se encuentra a veces impotente y siente verdadera frustración al decir «¿qué hago yo resolviendo este concurso en el que se están dilucidando plazas de bomberos, de policías, de cualquier Administración local, e incluso muchas veces autonómica, y han pasado dos años de la vida de la persona que denunció?». La justicia tardía no es justicia. Todos tenemos que intentar solucionar esas situaciones.
-¿Siguen creyendo que debe rebajarse la cantidad de asuntos que les exigen resolver cada año?
-El anterior Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) estableció unos módulos que se vinculaban a nuestras retribuciones, se valora el trabajo por puntos-hora y un procedimiento cualquiera, desde que entra hasta que se termina y ejecuta, vale 3 puntos, o sea, como mucho yo le puedo dedicar tres horas. Es una barbaridad, no se puede calcular un tiempo de dedicación, hay procedimientos que te desbordan por su complejidad, la cantidad de informes que tiene, únicamente mirártelo te lleva semanas y meses; luego estudiarlo, razonar una resolución fundada, consultar jurisprudencia y elaborar la sentencia.
-¿Cree que fueron capaces de hacer ver a la sociedad que no convocaron la huelga por dinero, sino por la gran acumulación de trabajo que soportaban y la falta de medios?
-No, es muy difícil cuando se piensa «estos señoritos, con esta crisis, con cantidad de parados, ¿cómo se atreven a reivindicar algo?». En ningún momento hacíamos huelga para que nos aumentaran el sueldo, lo que queremos es que la justicia funcione y poder agilizar la resolución de asuntos. Estamos en una situación económica muy delicada y las reivindicaciones salariales las hemos apartado a la espera de que mejore. Pedimos asimilarnos con lo que cobran jueces de países del entorno, de los que estamos muy, muy lejos.
-¿Sabe en qué porcentaje de sueldo estarían por debajo de sus colegas europeos?
-Cobramos menos de la mitad que ellos. Cuando se hizo público lo que cobraba un juez que empieza a ejercer en una localidad pequeña, tras una media de seis años de oposición, -entre 2.500 y 2.800 euros líquidos al mes-, las personas que trabajan con nosotros día a día, los abogados y procuradores, no se lo creían por la responsabilidad que asumimos, las sentencias, la disponibilidad... se nos exige dedicación exclusiva, sólo podremos ejercer en la docencia y muy esporádicamente.
-La Oficina Judicial a punto de funcionar, ¿resolverá muchos de los problemas de la justicia?
-Se habla de ella como si fuera la panacea de todos los problemas y no es así. Es un paso muy importante el terminar con la organización de la justicia decimonónica que teníamos y plantear una organización distinta de los juzgados y tribunales. El proyecto es de 2003, han pasado siete años, por tanto tan nuevo no puede ser y supongo que eso permitirá que su funcionamiento esté muy estudiado, de forma muy sosegada y que su puesta en marcha no cause muchos problemas.
-¿Agilizará la justicia?
-No creo. Hace poco leía un artículo en el que se decía que no hacía falta ser un lince para ver que la agilidad de la justicia pasa por dictar más resoluciones y terminar con el colapso de pleitos existente. La solución está en nombrar más jueces, que son los que ponen sentencias, solo así se reducirá el número de asuntos pendientes. Están poniendo un AVE necesario, pero mientras no se reforme la estación principal no habrá mayor agilidad.
-¿Opina que hay que rescatar a la justicia del poder político?
-Sí. Estamos dando una imagen desastrosa, viendo las noticias donde se habla del «reparto de cromos», «éste me toca, éste no porque es más afín a un partido o más amigo», debe terminarse. El Tribunal Constitucional está paralizado, no se renuevan los cargos, antes pasó en el CGPJ. Es por la injerencia política, porque el Gobierno quiere controlar a la justicia evidentemente y el poder judicial es la base fundamental del Estado de Derecho. El sistema actual de elección es perverso, sólo ha servido para que los partidos tengan su poder y no debe consentirse. El CGPJ debe ser independiente y ajeno a todo ese tejemaneje político.
Fuente: laopiniondezamora.es
La decana nació en Zamora, aunque se crió en Nava del Rey. Estudió en Valladolid la carrera de Derecho entre 1983 y 1988, y aprobó la oposición a juez en 1990. Casada y con dos hijos, regresó hace 13 años a Zamora para ser titular del Juzgado número 2. Actualmente es titular del Contencioso Administrativo.
-Es la primera decana de jueces de Zamora elegida por votación de sus compañeros y no por antigüedad, como venía siendo, ¿qué le movió a presentar su candidatura?
-Los motivos son muchos y diferentes. Esto supone un plus de trabajo y de esfuerzo porque se acumulan no sólo los asuntos que llegan a tu juzgado, sino muchas cuestiones que inciden en el resto, además de ser el representante de todos los compañeros. Al principio era bastante reticente, más que nada porque en el Juzgado en el que estoy destinada, el Contencioso Administrativo, tengo muchísimo trabajo, no doy abasto para sacar todo lo que deseo al día, pero me propusieron todos los compañeros y no me quedó más remedio que darles las gracias, aceptar e implicarme. Y una vez que me decidí, tirarme a la piscina.
-Imagino que en su "cartera" traerá problemas prioritarios para esta provincia, como la escasez de jueces y la necesidad de aumentar juzgados.
-Hace poco se ha presentado la memoria del año 2009, los datos son desalentadores y muy preocupantes: Ha aumentado el porcentaje de trabajo de forma desproporcionada para lo que es el número de jueces. Es inasumible e inabarcable por todos los jueces y magistrados no sólo de los juzgados de Primera Instancia e Instrucción, sino de los órganos Penal, Contencioso e incluso Menores. Como primera reivindicación, por tanto, está la creación al menos de un juzgado mixto; y luego si se pueden crear más juzgados, unidades judiciales y más plazas de jueces, que es lo que se necesita.
-¿Sería bueno que hubiera jueces de apoyo?
-Estamos ahora en un momento de muchísimo cambio en la estructura, organización y funcionamiento de la Administración, entre ellos la creación de jueces de adscripción territorial, de carrera, asignados al Tribunal Superior de Justicia para cubrir plazas en las que se produzcan bajas temporales. Nosotros pedimos jueces titulares, que se aumente la plantilla, dado que, a pesar del gran esfuerzo que realizamos, los que estamos ahora somos incapaces de sacar los asuntos que nos entran. En el Contencioso estoy señalando juicios para finales de enero de 2011, es una barbaridad y totalmente incompatible con la tutela judicial efectiva.
-Precisamente una de las exigencias que motivaron la huelga de jueces, de la que usted fue una de las precursoras, fue el bajo ratio de jueces por habitante respecto de Europa.
-Siempre hemos trabajado al 120% de lo que podíamos, renunciado a cantidad de aspectos de nuestra vida personal y familiar para que la Administración de Justicia funcionaria y para que las resoluciones de los pleitos salieran en un plazo razonable. Pero somos incapaces de afrontar todo el trabajo que llega, por eso hemos salido de nuestros despachos, porque necesitamos mucho apoyo y muchos más medios materiales y personales. Una de las reivindicaciones fundamentales y esenciales que motivó la primera huelga, el 18 de febrero de 2009, era incrementar la ratio de jueces. Lo hemos repetido hasta la saciedad, pero hay determinadas personas que no quieren entender: Mientras en el resto de la Unión Europea hay 20 jueces por cada 1.000 habitantes, aquí hay 9,8. Y el número de pleitos es tres veces superior al de cualquier país de la UE, es totalmente desorbitado. Por eso se están adoptando medidas para disminuir la litigiosidad, hay que atajar el problema. A veces vemos reclamaciones que deberían solucionarse con mediación, que deben llegar al juez cuando falla ésta. Esto nos preocupa.
-¿Cómo se puede evitar que el aumento de pleitos?
-Potenciando los mecanismos de mediación extrajudicial. Ahí intervienen los abogados, que deben determinar si en un asunto hay visos de llegar a un acuerdo extrajudicial. O cuando la reclamación es de tan escasa cuantía económica que «sale más caro el collar que el galgo», ¿cómo voy a ir por nueve euros al Juzgado?, estamos viendo reclamaciones de esa cantidad e incluso inferiores. Todo el mundo tiene derecho a una resolución judicial, pero la Justicia es muy cara como para estar pleiteando y no tiene sentido tener a cantidad de personas con asuntos pendientes de una sentencia judicial cuando deberían haberse solucionado por otras vías.
-¿Quizás las juntas arbitrales no están funcionando como debieran?
-Cada junta arbitral que hay en cada Consejería, dependiendo de órganos autonómicos o periféricos del Estado, cumplen sus competencias y dictan las resoluciones sobre los asuntos que les llegan. A lo mejor el ciudadano es el que no acude a esos organismos por desconocimiento, desinformación o falta de asesoramiento. Pero ahí están e imagino que funcionan lo mejor que pueden, como hacemos todos.
-¿Tal vez falta una labor de educación a la ciudadanía para que acuda a la mediación?
-Sí, enseguida todos decidimos acudir al juez y, desde luego, la solución del juzgado no es la más rápida ni la esperada. Hay un dicho «tengas pleitos y los ganes», es verdad. No creo que compense denunciar y que el juicio se celebre un año después. Y al año, cuando el juez va a dictar sentencia, se encuentra a veces impotente y siente verdadera frustración al decir «¿qué hago yo resolviendo este concurso en el que se están dilucidando plazas de bomberos, de policías, de cualquier Administración local, e incluso muchas veces autonómica, y han pasado dos años de la vida de la persona que denunció?». La justicia tardía no es justicia. Todos tenemos que intentar solucionar esas situaciones.
-¿Siguen creyendo que debe rebajarse la cantidad de asuntos que les exigen resolver cada año?
-El anterior Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) estableció unos módulos que se vinculaban a nuestras retribuciones, se valora el trabajo por puntos-hora y un procedimiento cualquiera, desde que entra hasta que se termina y ejecuta, vale 3 puntos, o sea, como mucho yo le puedo dedicar tres horas. Es una barbaridad, no se puede calcular un tiempo de dedicación, hay procedimientos que te desbordan por su complejidad, la cantidad de informes que tiene, únicamente mirártelo te lleva semanas y meses; luego estudiarlo, razonar una resolución fundada, consultar jurisprudencia y elaborar la sentencia.
-¿Cree que fueron capaces de hacer ver a la sociedad que no convocaron la huelga por dinero, sino por la gran acumulación de trabajo que soportaban y la falta de medios?
-No, es muy difícil cuando se piensa «estos señoritos, con esta crisis, con cantidad de parados, ¿cómo se atreven a reivindicar algo?». En ningún momento hacíamos huelga para que nos aumentaran el sueldo, lo que queremos es que la justicia funcione y poder agilizar la resolución de asuntos. Estamos en una situación económica muy delicada y las reivindicaciones salariales las hemos apartado a la espera de que mejore. Pedimos asimilarnos con lo que cobran jueces de países del entorno, de los que estamos muy, muy lejos.
-¿Sabe en qué porcentaje de sueldo estarían por debajo de sus colegas europeos?
-Cobramos menos de la mitad que ellos. Cuando se hizo público lo que cobraba un juez que empieza a ejercer en una localidad pequeña, tras una media de seis años de oposición, -entre 2.500 y 2.800 euros líquidos al mes-, las personas que trabajan con nosotros día a día, los abogados y procuradores, no se lo creían por la responsabilidad que asumimos, las sentencias, la disponibilidad... se nos exige dedicación exclusiva, sólo podremos ejercer en la docencia y muy esporádicamente.
-La Oficina Judicial a punto de funcionar, ¿resolverá muchos de los problemas de la justicia?
-Se habla de ella como si fuera la panacea de todos los problemas y no es así. Es un paso muy importante el terminar con la organización de la justicia decimonónica que teníamos y plantear una organización distinta de los juzgados y tribunales. El proyecto es de 2003, han pasado siete años, por tanto tan nuevo no puede ser y supongo que eso permitirá que su funcionamiento esté muy estudiado, de forma muy sosegada y que su puesta en marcha no cause muchos problemas.
-¿Agilizará la justicia?
-No creo. Hace poco leía un artículo en el que se decía que no hacía falta ser un lince para ver que la agilidad de la justicia pasa por dictar más resoluciones y terminar con el colapso de pleitos existente. La solución está en nombrar más jueces, que son los que ponen sentencias, solo así se reducirá el número de asuntos pendientes. Están poniendo un AVE necesario, pero mientras no se reforme la estación principal no habrá mayor agilidad.
-¿Opina que hay que rescatar a la justicia del poder político?
-Sí. Estamos dando una imagen desastrosa, viendo las noticias donde se habla del «reparto de cromos», «éste me toca, éste no porque es más afín a un partido o más amigo», debe terminarse. El Tribunal Constitucional está paralizado, no se renuevan los cargos, antes pasó en el CGPJ. Es por la injerencia política, porque el Gobierno quiere controlar a la justicia evidentemente y el poder judicial es la base fundamental del Estado de Derecho. El sistema actual de elección es perverso, sólo ha servido para que los partidos tengan su poder y no debe consentirse. El CGPJ debe ser independiente y ajeno a todo ese tejemaneje político.
Fuente: laopiniondezamora.es
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