sábado, diciembre 13, 2008

Dime cómo eres en casa... y te diré cómo te comportas en la oficina

El chistoso de la oficina. La mamá gallina. El rey. El rebelde. La cotilla. El pacificador. El inútil. Cualquiera que haya formado parte alguna vez de un entramado laboral probablemente puede reconocer por lo menos a uno de estos caracteres en el despacho de la puerta de al lado.


Pero los roles en el lugar de trabajo y la dinámica entre colegas pueden ser algo mucho más profundo que estos estereotipos algo superficiales, especialmente en un país donde muchas personas pasan tanto tiempo con sus colegas como con sus familias, donde la oficina con frecuencia es un reflejo de su entorno familiar.

Desde el punto de vista de algunos psicólogos especializados en el estudio de los roles en el lugar de trabajo, un jefe no es sólo un jefe: puede ser el sustituto de un padre distante y reprobatorio. Una directiva impredecible, que se irrita con facilidad, puede ser una madre que experimenta un rechazo levemente encubierto. Los colegas que compiten por atraer la atención del jefe, por las primas o por los méritos, son como hijos que rivalizan entre sí. Los empleados de una compañía adquirida por otra en una opa hostil pueden experimentar un resentimiento hacia lo que sienten como un padrastro no bienvenido.

Existe también el cónyuge en el lugar de trabajo, un compañero de trabajo del sexo opuesto que comparte un tipo de cercanía que sólo se logra a base de una intensa experiencia de largas semanas en la misma oficina.

A flor de piel

Dado el estrés y la incertidumbre provocados por la crisis económica, algunas compañías, con la ayuda de psicólogos empresariales y especializados en organizaciones, están analizando las profundidades de estos sentimientos y roles, intentando observar sus efectos en un momento en el que las emociones están a flor de piel.

Cada vez con más frecuencia, psicólogos de empresa y coaches de ejecutivos también están observando la influencia que tiene el orden de nacimiento y otros papeles y circunstancias familiares sobre el comportamiento en la oficina.

Por ejemplo, dice Laurence J. Stybel, un psicólogo de Boston especializado en comportamiento en una organización, “alguien que tiene éxito en lograr recursos en el entorno familiar se acerca al entorno corporativo con un sentimiento de confianza. Por el contrario, alguien al que se le han negado los recursos que se ofrecen a otros se acerca al entorno corporativo con esa misma actitud negativa”.

“El trabajo no es nada más que un complejo conjunto de relaciones”, dice Michael W. Norris, un psicólogo clínico de Los Angeles, que dirige grupos de coaching de liderazgo mensualmente y sesiones individuales con altos ejecutivos. “Tienes socios que son tus iguales, subordinados, superiores”, dice Norris. “Hay padres e hijos. Todas estas dinámicas son exactamente las mismas en el lugar de trabajo, sólo los nombres son distintos”.

Aunque la utilidad de los test que catalogan los tipos de caracteres de los empleados de una empresa es discutida por muchos, otros, como el psicólogo neoyorquino Benjamin Dattner, los defienden porque, según su experiencia, tener un equipo de compañeros de trabajo que entiendan mejor sus virtudes y sus debilidades, ayuda a mejorar la efectividad.

Hay también varios estudios de tipología de caracteres, algunos frívolos y algunos más serios, que han intentado definir los papeles que desempeñan los trabajadores en la oficina. En un estudio reciente que encargó T-Mobile en Gran Bretaña para obtener una visión interna de cómo interactuaban sus empleados, un psicólogo entrevistó a los trabajadores y sacó la conclusión de que existían ocho tipos de caracteres.

Cuando se atraviesan tiempos económicamente difíciles, hay un personaje en el lugar de trabajo que se identifica como la “mamá gallina” —con una voz reconfortante y capacidad de razonamiento y empatía— que puede ayudar a elevar el ánimo del grupo, concluyó la psicóloga Honey Lancaster-James. El “gracioso de la oficina”, por el contrario, “comprende que ya no es apropiado hacer chistes en estos momentos duros”.

Al “inútil”, otro personaje del estudio T-Mobile Workplace Motivation Report, disponible online, se le describe como “tranquilo y relajado”, y esta actitud relajada “también significa que no transmite presión a sus colegas, un rasgo que la mayor parte de los compañeros agradecerá”, dice el informe.

En la actual recesión, con el recorte de los presupuestos corporativos, el gasto en asesoramiento psicológico en el trabajo probablemente se va a reducir o eliminar, dicen varios psicólogos corporativos. Pero otros consultores aseguran que siguen recibiendo mucho trabajo de empresas en crisis, especialmente las que se enfrentan a la triste y desagradable tarea de despedir empleados o fusionarse con otras compañías.

Heather Amber Anderson, una consultora de dirección con sede en Stowe, Vermont, que habla regularmente con grandes grupos de consejeros delegados de firmas pequeñas y medianas, dice que durante los últimos dos meses está diciendo a estos ejecutivos que ahora es especialmente importante que examinen sus propios papeles y comportamientos en el trabajo y los de sus empleados.

Momento crítico

“Esto es más crítico que nunca”, dice que les ha aconsejado. “La gente te está observando ahora mismo para establecer el tono emocional de la organización. Ésta es una de las conversaciones más importantes que tienes que tener contigo mismo ahora”.

Para las tres socias de TAG Creative, una compañía de Nueva York que recientemente ha profundizado en los roles en el lugar de trabajo y en la que los empleados tienen entre 20 y 40 años, la posibilidad de tener que despedir trabajadores a medida que los problemas económicos ahoguen a sus clientes, se percibe como el fantasma de echar a los hijos de casa.

“Desde esta perspectiva paternal es penoso pensar en la posibilidad de tener que hacer esto para sobrevivir”, dice Ferry Rieser, una de las socias de TAG Creative añadiendo que uno de los empleados que trabajaba para ella la llamaba “madre”. “Estas personas dependen de ti para sobrevivir”.

Un empleado que trabaja en la compañía desde hace tiempo, Matthew Aldrich, que es el pequeño de tres hermanos, se siente “cuidado” por las tres socias, a las que llama “las señoras”. “Me cuidan como a un hijo”, dice, añadiendo que a veces incluso se siente mimado, lo que le recuerda a la vida en su familia. “Es un papel similar al de alimentar a la prole”.

Fuente: Gaceta.es

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