Sólo un mes y medio. Ese ha sido el tiempo que han estado trabajando los tres funcionarios que la Consejería de Justicia puso para reforzar la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, con sede en Málaga, uno de los órganos más saturados de Andalucía. Esta unidad de apoyo, incluida dentro del Plan de Respuesta Razonable de la Junta de Andalucía para reforzar los órganos judiciales de la comunidad con más asuntos pendientes, comenzó su trabajo el día 16 del pasado mes de noviembre y cesó su actividad a final de año en este tribunal, que arrastra más de 11.000 asuntos pendientes de resolución y que en la actualidad está dictando sentencias correspondientes a recursos que se presentaron hace seis años.
La supresión del personal de apoyo ha caído como un jarro de agua fría entre el resto de la plantilla. «Hace falta más personal. Sentimos mucha impotencia por no poder hacer nada más de lo que hacemos; porque los asuntos se acumulen en los armarios y que la respuesta al ciudadano llegue tan tarde. La gente viene a preguntar cómo va el recurso que presentó hace tres años y no te queda más remedio que decirle que aún tiene que esperar otros tres años más», explica Juan Pedro Aguilera, funcionario con diez años de antigüedad en la Sala de lo Contencioso Administrativo.
La plantilla de funcionarios, un total de veinte, sigue siendo la misma que hace diez años, al igual que el único secretario judicial. No obstante, la de magistrados ha aumentado en este periodo de seis a diez. La última inspección realizada por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) recomendaba que la plantilla de la Sala aumentara en tres magistrados, dos secretarios y ocho funcionarios más.
«En términos comparativos, no somos el farolillo rojo», explica Joaquín García Bernaldo de Quirós, presidente de este tribunal en Málaga, al compararlo con sus hermanos en las ciudades de Sevilla y Granada. Así, subraya que la primera tiene 9.000 asuntos pendientes de resolución a pesar de que cuenta con veinte magistrados y cuatro secretarios, y Granada, con 19.000 casos, dispone de una plantilla de doce jueces y tres secretarios. Por ello, García afirma que Málaga es más bien un reflejo de la «máxima rentabilidad por la productividad extraordinaria de su plantilla».
Acabar con la pendencia
No obstante, el presidente reconoce que la Sala necesita una ampliación de plantilla, en forma de personal de apoyo como el que ya ha cesado -ya ha solicitado a la Junta que vuelva a renovar el refuerzo este año- o de un plan de choque de horas extraordinarias, de trabajo por las tardes «para ir acabando con la pendencia» que se acumula año tras año, que es lo que la lastra definitivamente.
Sobre el cese de los tres funcionarios de la unidad de apoyo a mes y medio del inicio de su trabajo, Bernaldo de Quirós asegura que la Consejería de Justicia ajustó ese servicio al presupuesto de 2009, que ya ha vencido. «Los trámites administrativos son largos y no fue posible que comenzaran su trabajo antes de lo que lo hicieron», explica.
El pasado 23 de diciembre fue aprobado un plan de autorefuerzo de la Sala, por el que los magistrados realizarán horas extraordinarias para aumentar el número de sentencias en más de 300 cada mes. Los funcionarios aseguran que esto va a suponer más carga de trabajo, pues seguirá habiendo la misma plantilla para notificar y ejecutar más sentencias, que se sacará papel de un lado para amontonarlo en otro. El presidente de la Sala opina que «al igual que se ha encontrado una solución para poner sentencias se tiene que buscar otra para que haya personal suficiente para tramitarlas», para que el embudo no se traslade de un sitio a otro.
Fuente: sur.es
La supresión del personal de apoyo ha caído como un jarro de agua fría entre el resto de la plantilla. «Hace falta más personal. Sentimos mucha impotencia por no poder hacer nada más de lo que hacemos; porque los asuntos se acumulen en los armarios y que la respuesta al ciudadano llegue tan tarde. La gente viene a preguntar cómo va el recurso que presentó hace tres años y no te queda más remedio que decirle que aún tiene que esperar otros tres años más», explica Juan Pedro Aguilera, funcionario con diez años de antigüedad en la Sala de lo Contencioso Administrativo.
La plantilla de funcionarios, un total de veinte, sigue siendo la misma que hace diez años, al igual que el único secretario judicial. No obstante, la de magistrados ha aumentado en este periodo de seis a diez. La última inspección realizada por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) recomendaba que la plantilla de la Sala aumentara en tres magistrados, dos secretarios y ocho funcionarios más.
«En términos comparativos, no somos el farolillo rojo», explica Joaquín García Bernaldo de Quirós, presidente de este tribunal en Málaga, al compararlo con sus hermanos en las ciudades de Sevilla y Granada. Así, subraya que la primera tiene 9.000 asuntos pendientes de resolución a pesar de que cuenta con veinte magistrados y cuatro secretarios, y Granada, con 19.000 casos, dispone de una plantilla de doce jueces y tres secretarios. Por ello, García afirma que Málaga es más bien un reflejo de la «máxima rentabilidad por la productividad extraordinaria de su plantilla».
Acabar con la pendencia
No obstante, el presidente reconoce que la Sala necesita una ampliación de plantilla, en forma de personal de apoyo como el que ya ha cesado -ya ha solicitado a la Junta que vuelva a renovar el refuerzo este año- o de un plan de choque de horas extraordinarias, de trabajo por las tardes «para ir acabando con la pendencia» que se acumula año tras año, que es lo que la lastra definitivamente.
Sobre el cese de los tres funcionarios de la unidad de apoyo a mes y medio del inicio de su trabajo, Bernaldo de Quirós asegura que la Consejería de Justicia ajustó ese servicio al presupuesto de 2009, que ya ha vencido. «Los trámites administrativos son largos y no fue posible que comenzaran su trabajo antes de lo que lo hicieron», explica.
El pasado 23 de diciembre fue aprobado un plan de autorefuerzo de la Sala, por el que los magistrados realizarán horas extraordinarias para aumentar el número de sentencias en más de 300 cada mes. Los funcionarios aseguran que esto va a suponer más carga de trabajo, pues seguirá habiendo la misma plantilla para notificar y ejecutar más sentencias, que se sacará papel de un lado para amontonarlo en otro. El presidente de la Sala opina que «al igual que se ha encontrado una solución para poner sentencias se tiene que buscar otra para que haya personal suficiente para tramitarlas», para que el embudo no se traslade de un sitio a otro.
Fuente: sur.es
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