Las virulentas escenas registradas en el Ministerio de Justicia, de donde la Policía desalojó de manera expeditiva a decenas de funcionarios en huelga, es la puntilla política al ministro Bermejo.Según se dicen en Moncloa a quien quiera oírlo, Zapatero está muy decepcionado con él, pues desde que se fue el añorado López Aguilar, no ha hecho nada positivo. A Bermejo sólo se le conoce por sus pérdidas verbales, por sus millonarias reformas en el piso oficial y por acompañar a su esposa a las sesiones de rehabilitación en forma de mítines electorales.
El único desafío serio al que se enfrentó, las reivindicaciones salariales de los funcionarios judiciales, está sin resolver. La consecuencia es un atasco gigantesco que necesitará un año para ponerse al día y colas de 17 horas para resolver el trámite más elemental.
Fuente: larazon.es
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