Malos tiempos para pleitos. Los abogados alertan sobre el colapso futuro en los Juzgados y el descrédito que la institución puede sufrir si el conflicto se mantiene. Y el paro no tiene visos de acabar.
Las negociaciones entre sindicatos y Justicia se rompieron después de la convocatoria de la huelga y ninguna de las partes se ha movido de sus postulados. El consejero Vicente Mediavilla reclama a los trabajadores «un gesto» para reanudar el diálogo, que se traduce en la «suspensión, no en la desconvocatoria» del paro. Pero los sindicatos no quieren oir hablar de interrumpir las movilizaciones, sabedores de que podrían perder la fuerza que ahora ostentan entre el colectivo, con un 95 por ciento de seguimiento del paro.
Y mientras Administración y funcionarios mantienen el desafío, los juicios aplazados desde el pasado día 4, cuando se iniciaron las movilizaciones, se acercan ya a mil. El gran perjudicado es el justiciable. Pero también los abogados, cuyos despachos comienzan a resentirse de la paralización total de la maquinaria judicial. Algunos de los letrados consultados temen que la Justicia caiga en el más absoluto descrédito si el conflicto se prolonga en el tiempo y colapsa los Juzgados.
El abogado Javier Valladares subraya que, a pesar de la huelga, se están admitiendo «toda clase de escritos en los Juzgados, asuntos que se van amontonando encima de la mesa. El día que la huelga cese vamos a soportar un retraso que puede prolongarse meses. Los recursos ante la Audiencia o el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria se han visto frenados y cuando suban todos en tropel, se va a entrar en un colapso repentino que a va a costar mucho superar». Valladares comenta que el bloqueo provocado por la huelga está provocando que muchas personas «busquen una vía de negociación extrajudicial mientras sea posible». En otros casos «vienen a consultarnos pero en aquellos asuntos que no están sometidos a plazos, no lanzan el pleito, a la espera de lo que ocurra».
Final del túnel
Sin embargo, José Pelayo, abogado de Torrelavega, no conoce ningún caso de acuerdos extrajudiciales derivados de la huelga. Y es pesimista respecto al conflicto. «No veo el final del túnel», dice. Un cliente de Pelayo inició el desahucio de un inquilino que adeuda 48.000 euros del alquiler de un local. La salida del arrendatario moroso está prevista para el día 31, pero el abogado se teme que «se va a suspender», de manera que el trámite, necesario para que su cliente cobre, «se señalará a partir de septiembre».
Alberto Aldecoa, conocido penalista de Santander, también cree que los verdaderos problemas se van a visualizar cuando el paro termine y «quieran señalarnos diez juicios al día».
Sobre los efectos de la protesta, Aldecoa comenta que tiene un cliente rumano que lleva cuatro meses y medio en prisión. «Hemos solicitado la libertad para que cumpla en un centro de desintoxicación de drogas y, por la huelga, no nos contestan, cuando lo normal es que en 10 ó 15 días esté resuelto». Otro cliente, preso en la cárcel de Valdemoro de Madrid, no puede contraer matrimonio porque «no nos inscriben su divorcio en el Registro Civil de Santander, que es donde se casó, de manera que el expediente de matrimonio está empantanado».
Otro letrado, Luis Revenga, coincide con los anteriores en que el paro va a afectar al ciudadano en la tutela de sus intereses, porque se va a producir un retraso importante.
Fuente: eldiariomontanes.es
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