El aumento de la carga de trabajo a un ritmo mayor que la ampliación de personal resulta evidente para los funcionarios, abogados y procuradores que desarrollan su actividad laboral en los tribunales de la ciudad. El apoyo a las reivindicaciones de los jueces es perceptible en casi todos los despachos y pasillos de los juzgados, aunque son pocos los que se atreven a opinar sobre si el colectivo tiene derecho a hacer huelga."Somos los últimos para todo", declara una funcionaria de los juzgados tras manifestar su apoyo a las reivindicaciones de los jueces. Los trabajadores de los juzgados critican que la carga de trabajo ha crecido más rápido que el personal disponible y los medios técnicos.
Los responsables de las secretarías de los distintos juzgados, los funcionarios que mejor conocen el volumen de trabajo, opinan que la enorme cantidad de litigios que deben resolver los jueces de la ciudad está motivada por una mala distribución de las tareas. Estos funcionarios aseguran que existe una desproporción entre los diferentes órganos judiciales.
"Estoy de acuerdo con las quejas que manifestaron públicamente los jueces. Hay una mala distribución, porque hay órganos que están atascados y otros que tienen muy poco trabajo. Hace falta que se racionalice el trabajo", declara Ramón Chao, secretario del Juzgado de Instrucción número 6.
Los funcionarios que se encargan de tramitar los expedientes denuncian que el Gobierno ha maltratado a la Administración de Justicia y aseguran que los medios de los que disponen son más modestos que los que existen en otras sedes de organismos oficiales.
"Apoyamos que vayan a la huelga porque la situación está muy mal. Hay muy pocos medios y mucho trabajo. Otras administraciones están mejor que nosotros. Somos los últimos para todo", comenta una funcionaria, que prefirió no revelar su nombre, ante los gestos de aprobación de todos sus compañeros de despacho.
No todos los trabajadores de los juzgados están de acuerdo con que la huelga sea la solución al problema. Aunque la unanimidad al denunciar el aumento de la carga de trabajo es total, hay una minoría de funcionarios que opinan que los jueces han llegado demasiado lejos al plantearse un parón en su actividad.
"No estoy conforme con que hagan huelga. Hay pocos medios y un problema de planificación, pero el problema de fondo es que a los jueces no les gusta que les marquemos el trabajo. Hay algunos jueces que tienen razón y que trabajan mucho y otros que no", critica una funcionaria de la secretaría de una de las salas, que al igual que muchos de sus compañeros se negó a revelar su identidad por miedo a enemistarse con los jueces.
Los abogados y los procuradores también denuncian que los jueces soportan una carga de trabajo mayor de la que les corresponde o, lo que es lo mismo, de la que establece el Consejo Superior Judicial. Ambos colectivos aseguran que las transformaciones sociales han incrementado el número de juicios, un cambio que no ha tenido un reflejo en el potencial humano y técnico de los tribunales.
"Es cierto que, no sólo de jueces, sino también de personal y de medios materiales", lamenta el abogado Miguel Feal, que advierte de que la huelga bloquearía el sistema judicial.
Los abogados recuerdan que hay numerosos juicios atrasados y que los tiempos de espera han aumentado en los últimos años, por lo que temen que un parón colectivo de los jueces acentúe aún más las deficiencias que ya existen en el sistema. "La huelga de los jueces sería algo muy grave", recalca el letrado Miguel Feal.
Fuente: laopinioncoruña.es
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