Ocho meses después de enviar a la Dirección General de Justicia el primer escrito de queja, del que aún no han recibido respuesta, los funcionarios del juzgado de lo Contencioso de Elche han comenzado a trabajar con mascarillas en señal de protesta por sus penosas condiciones laborales y ante la desidia de la Generalitat, que ni tan siquiera ha valorado la petición que hicieron para volver al Palacio de Justicia aprovechando el traslado del juzgado de Violencia a unas instalaciones más amplias, en la última planta del edificio.
La imagen de desorden porque centenares de expedientes están por los suelos y que apenas dejan pasillo para una persona, muestran a las claras lo mal que en algunos lugares se encuentra la Administración de Justicia para desánimo de funcionarios, profesionales y ciudadanos que tienen que acudir a la misma para cualquier trámite.
Los seis funcionarios adscritos al juzgado han decidido denunciar públicamente su situación después de haber planteado a la Consejeria de Justicia sus problemas sin obtener respuesta y tras comprobar cómo el trabajo está subiendo de forma desmesurada; de hecho, este año se cerrará con un millar de recursos registrados, lo que supone un 60% más del trabajo óptimo que el Poder Judicial señala para estos órganos. Los voluminosos recursos, muchos de planes urbanísticos paralizados correspondientes al sur de la provincia, están en el suelo o en el pasillo por falta de espacio en la semiplanta que se habilitó para este fin y porque son asuntos vivos que precisan de consultas diarias.
Inadecuadas
Como el juzgado carece de instalaciones apropiadas, la puerta está permanentemente abierta y el polvo ha terminado por "adueñarse" del papel. El local alquilado carece de ventilación o iluminación natural y algunos funcionarios tienen que ir al aseo de un bar próximo porque el suyo quedó clausurado por malos olores hace tiempo, según han puesto también en conocimiento de Justicia. "Los ácaros, las moscas y las cucarachas viven a sus anchas", afirman, mientras señalan los cables del tendido de ordenadores y teléfonos que se encuentran sueltos debajo de las mesas.
Todas estas circunstancias ha derivado en un cuadro de "síntomas de alergia, estornudo, dolores de cabeza y de espalda. Estados de estrés, ansiedad y tensión por el excesivo desorden e imposibilidad de un corrector desarrollo laboral quen hace un buen campo de cultivo para futuras bajas", aseguran. El pasado mes de junio reiteraron en un segundo escrito sus circunstancias laborales y tampoco recibieron contestación alguna.
Fuente: informacion.es
La imagen de desorden porque centenares de expedientes están por los suelos y que apenas dejan pasillo para una persona, muestran a las claras lo mal que en algunos lugares se encuentra la Administración de Justicia para desánimo de funcionarios, profesionales y ciudadanos que tienen que acudir a la misma para cualquier trámite.
Los seis funcionarios adscritos al juzgado han decidido denunciar públicamente su situación después de haber planteado a la Consejeria de Justicia sus problemas sin obtener respuesta y tras comprobar cómo el trabajo está subiendo de forma desmesurada; de hecho, este año se cerrará con un millar de recursos registrados, lo que supone un 60% más del trabajo óptimo que el Poder Judicial señala para estos órganos. Los voluminosos recursos, muchos de planes urbanísticos paralizados correspondientes al sur de la provincia, están en el suelo o en el pasillo por falta de espacio en la semiplanta que se habilitó para este fin y porque son asuntos vivos que precisan de consultas diarias.
Inadecuadas
Como el juzgado carece de instalaciones apropiadas, la puerta está permanentemente abierta y el polvo ha terminado por "adueñarse" del papel. El local alquilado carece de ventilación o iluminación natural y algunos funcionarios tienen que ir al aseo de un bar próximo porque el suyo quedó clausurado por malos olores hace tiempo, según han puesto también en conocimiento de Justicia. "Los ácaros, las moscas y las cucarachas viven a sus anchas", afirman, mientras señalan los cables del tendido de ordenadores y teléfonos que se encuentran sueltos debajo de las mesas.
Todas estas circunstancias ha derivado en un cuadro de "síntomas de alergia, estornudo, dolores de cabeza y de espalda. Estados de estrés, ansiedad y tensión por el excesivo desorden e imposibilidad de un corrector desarrollo laboral quen hace un buen campo de cultivo para futuras bajas", aseguran. El pasado mes de junio reiteraron en un segundo escrito sus circunstancias laborales y tampoco recibieron contestación alguna.
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