Baltasar Garzón está a un paso de ser suspendido de sus funciones. Esta semana se podría conocer la decisión del juez instructor del Tribunal Supremo Luciano Varela de si le lleva a juicio por la causa que existe contra él por un delito de prevaricación por la memoria histórica. El próximo paso que debe dar Varela es estudiar las alegaciones de las partes y, en caso que lo considere necesario, ordenar la práctica de las diligencias solicitadas por el querellado, los querellantes, Manos Limpias y Libertad e Identidad, y la Fiscalía.
Una vez que se realicen, el magistrado, si así lo considera oportuno, dictará la apertura de juicio oral. Al tratarse de un procedimiento abreviado, Garzón no tendrá la calidad de procesado, pero en cuanto Varela decida que debe ser juzgado por un tribunal, a efectos de la suspensión es similar que el procesamiento. Por el delito de prevaricación recogido en el artículo 446 del Código Penal, Garzón se enfrenta a una multa de doce a veinticuatro meses e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de diez a veinte años, al haber dictado, según los querellantes, una resolución injusta, por seguir investigando las desapariciones de la Guerra Civil y el Franquismo a sabiendas que no era competente.
En el momento que el instructor decida sentar en el banquillo a Garzón, el Alto Tribunal deberá ponerlo en conocimiento del Consejo General del Poder Judicial. A partir de eso momento, la Comisión Permanente se reunirá y acordará la suspensión de sus funciones, de acuerdo con el artículo 383.3 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ). Según este artículo, la suspensión del juez tendrá lugar “cuando se decretare en expediente disciplinario o de incapacidad, ya con carácter provisional, ya definitivo”. Según fuentes del Consejo, la suspensión será segura, no hay ningún tipo de debate a discutir. En cuanto se decida la apertura de juicio oral, Garzón será suspendido hasta conocer la sentencia.
Este mismo procedimiento se ha llevado recientemente con los jueces Rafael Tirado -por el caso de la pequeña Mari Luz Cortés- y Fernando Ferrín Calamita –por dilatar de manera maliciosa la adopción de una mujer a la hija de su esposa-. Sin embargo, estas mismas fuentes apuntan que en el caso de Garzón, en el supuesto que se llegue a producir, va a crear un precedente porque es la primera vez que se suspende a un juez sin que el fiscal acuse, simplemente con la acusación de una acusación particular, en este caso dos asociaciones.
Lo cierto es que no lo tiene fácil. El instructor de la causa, Luciano Varela, ha tenido dos ‘encontronazos’ con Garzón, que hacen apuntar que va a seguir adelante con la investigación. El primero fue a cuenta de la ‘Operación Nécora’ contra el narcotráfico. El primero que tomó declaración al arrepentido Ricardo Portabales fue Varela, cuando era juez instructor de Pontevedra. Visto la dimensión de la causa, decidió inhibirse a favor de la Audiencia Nacional, recayendo la investigación en manos de Garzón. Éste se colgó todas las medallas por la caída del ‘clan de los Charlines’ y Varela pasó a las sombras de tal episodio.
Hace unos meses, ya Varela siendo magistrado del Alto Tribunal, fue el encargado de investigar a Garzón por los supuestos cobros de la Universidad de Nueva York durante su estancia de un año. Varela decidió archivar la querella interpuesta por un abogado pero abrió la veda al ordenar al CGPJ que estudiara la causa al existir una alta probabilidad de que Garzón hubiera cometido una falta disciplinaria muy grave al no notificar al Poder Judicial que iba a percibir un sueldo. Este capítulo ya le pudo costar la suspensión de sus funciones.
Fuente: elconfidencial.com
Una vez que se realicen, el magistrado, si así lo considera oportuno, dictará la apertura de juicio oral. Al tratarse de un procedimiento abreviado, Garzón no tendrá la calidad de procesado, pero en cuanto Varela decida que debe ser juzgado por un tribunal, a efectos de la suspensión es similar que el procesamiento. Por el delito de prevaricación recogido en el artículo 446 del Código Penal, Garzón se enfrenta a una multa de doce a veinticuatro meses e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de diez a veinte años, al haber dictado, según los querellantes, una resolución injusta, por seguir investigando las desapariciones de la Guerra Civil y el Franquismo a sabiendas que no era competente.
En el momento que el instructor decida sentar en el banquillo a Garzón, el Alto Tribunal deberá ponerlo en conocimiento del Consejo General del Poder Judicial. A partir de eso momento, la Comisión Permanente se reunirá y acordará la suspensión de sus funciones, de acuerdo con el artículo 383.3 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ). Según este artículo, la suspensión del juez tendrá lugar “cuando se decretare en expediente disciplinario o de incapacidad, ya con carácter provisional, ya definitivo”. Según fuentes del Consejo, la suspensión será segura, no hay ningún tipo de debate a discutir. En cuanto se decida la apertura de juicio oral, Garzón será suspendido hasta conocer la sentencia.
Este mismo procedimiento se ha llevado recientemente con los jueces Rafael Tirado -por el caso de la pequeña Mari Luz Cortés- y Fernando Ferrín Calamita –por dilatar de manera maliciosa la adopción de una mujer a la hija de su esposa-. Sin embargo, estas mismas fuentes apuntan que en el caso de Garzón, en el supuesto que se llegue a producir, va a crear un precedente porque es la primera vez que se suspende a un juez sin que el fiscal acuse, simplemente con la acusación de una acusación particular, en este caso dos asociaciones.
Lo cierto es que no lo tiene fácil. El instructor de la causa, Luciano Varela, ha tenido dos ‘encontronazos’ con Garzón, que hacen apuntar que va a seguir adelante con la investigación. El primero fue a cuenta de la ‘Operación Nécora’ contra el narcotráfico. El primero que tomó declaración al arrepentido Ricardo Portabales fue Varela, cuando era juez instructor de Pontevedra. Visto la dimensión de la causa, decidió inhibirse a favor de la Audiencia Nacional, recayendo la investigación en manos de Garzón. Éste se colgó todas las medallas por la caída del ‘clan de los Charlines’ y Varela pasó a las sombras de tal episodio.
Hace unos meses, ya Varela siendo magistrado del Alto Tribunal, fue el encargado de investigar a Garzón por los supuestos cobros de la Universidad de Nueva York durante su estancia de un año. Varela decidió archivar la querella interpuesta por un abogado pero abrió la veda al ordenar al CGPJ que estudiara la causa al existir una alta probabilidad de que Garzón hubiera cometido una falta disciplinaria muy grave al no notificar al Poder Judicial que iba a percibir un sueldo. Este capítulo ya le pudo costar la suspensión de sus funciones.
Fuente: elconfidencial.com
1 comentario:
Don Luciano Varela Castro, Gran Jurista, Hombre Cabal
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