lunes, octubre 05, 2009

Vigo: Los juzgados acumulan miles de objetos incautados

Cuchillos, bolsos falsificados de Louis Vuitton, viejas cintas de vídeo de películas sobre Pancho Villa, deuvedés de Maná o Miguel Bosé, perfumes, herramientas, un revólver antiguo, televisores de plasma, bicicletas, radiocasetes, algún juego infantil, mochilas, guantes de goma... Todo esto, y mucho más, no son objetos a la venta en un clandestino mercadillo callejero. Este variopinto material está almacenado en los juzgados vigueses: son las denominadas "piezas de convicción", es decir, los objetos intervenidos por los jueces en todo tipo de causas criminales.


Y las pruebas que se conservan en los tribunales de la ciudad no son ni pocas ni todas recientes, porque en los dos edificios judiciales se acumulan miles de objetos aprehendidos por delitos cometidos durante los últimos treinta años.

Un cuchillo utilizado para perpetrar un crimen puede dar luz sobre el nombre del asesino. Este arma es, por tanto, una pieza de convicción. Pero también lo son las "patas de cabra" usadas en los asaltos para forzar una puerta, las prendas o discos de música falsificados aprehendidos a los vendedores callejeros, un mechero hallado en el lugar de una agresión o los ordenadores, joyas o radiocasetes sustraídos a las víctimas de robos. Todo pasará a formar parte de una investigación y, tal y como se establece en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, quedará en custodia de cualquiera de los ocho juzgados de Instrucción de Vigo, que son los que se encargan de la tramitación de las causas criminales. Y cada uno de los objetos debidamente identificado, con el número de diligencia y de pieza.

¿Y cuánto debe prolongarse el depósito del material? Ahí surgen los problemas. La ley obliga a conservarlo hasta que el asunto esté judicialmente resuelto y exista sentencia firme (cuando se celebra el juicio, por ejemplo, la causa con sus respectivas piezas de convicción tiene ser remitida a los juzgados de lo Penal o a la Audiencia). Un período de tiempo que puede durar sólo unos meses o muchos años y, tras el cual, ya se puede devolver el material a sus dueños –si así procede–, destruirlo o incluso, como prevé la legislación, donarlo a entidades sin ánimo de lucro o realizar una subasta pública.

Pero en Vigo hay muchos objetos de causas cerradas años atrás que continúan conservándose en los juzgados: en muchos casos, critican, "acumulando polvo". Basta una rápida visita a los viejos archivos para ver piezas de convicción con hasta treinta años de antigüedad: matrículas falsificadas, escopetas u obsoletos ordenadores relacionados con delitos ya olvidados cometidos en los pasados años ochenta y noventa.

Desastre

"Es un auténtico desastre; nadie toca ese material y debería procederse a su destrucción", relatan fuentes judiciales. Y es que las piezas más antiguas se amontonan en pequeñas salas de los sótanos del viejo edificio. En una de estas estancias, son tanto los objetos guardados que ya es imposible abrir la puerta del todo. Hasta hay pruebas en las instalaciones del aljibe (depósito subterráneo de agua). "Son casos ya cerrados, todo eso ya no tiene valor para el juzgado; además, aunque se quisiese encontrar algo allí sería imposible e insalubre", precisan.

La destrucción del material tiene que contar con el visto bueno del juzgado y la Fiscalía y con la posterior conformidad del Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSJG). Pero no es fácil que esta cadena de formalismos vaya adelante. También debe haber autorización si a los objetos se le da algún otro tipo de destino. En alguna ocasión se ha donado a Cáritas prendas falsas aprehendidas en redadas. Pero tampoco es la norma habitual. "Las firmas muchas veces sólo quieren destruirlas", relata una funcionaria. Y hay muchos objetos robados que sus propietarios nunca llegan a reclamar. Los de más valor, como costosos aparatos electrónicos o joyas, se les suelen devolver ya en plena investigación, aunque no deben disponer de los mismos –por ejemplo, venderlos– hasta que concluya el procedimiento.

Dependencias

Y ante esta situación, miles y miles de estas piezas ocupan todo tipo de dependencias. Cada sala de Instrucción y de lo Penal tiene un pequeño archivo propio: no llega a nada. Por eso también cuentan con salas en el sótano del nuevo edificio y, para lo más antiguo, se reserva sitio en el viejo inmueble. Algún juzgado hasta acumula las pruebas en antiguas celdas o en huecos ganados al pasillo. Los objetos de más valor, como joyas, están en cajas fuertes. "Hay problemas de espacio para el archivo de las piezas de convicción", reconoce Jaime Bardají, juez decano en funciones.

La solución no es fácil. Hasta que se construya la Ciudad de la Justicia no se podrá contar con unos archivos más espaciosos. "Lo ideal será contar con un gran archivo general a cargo de una o varias personas que sólo se dediquen a su custodia y a darle el destino pertinente una vez el caso estuviese cerrado", afirman otras fuentes. Mientras tanto, secretarios y funcionarios deberán seguir rebuscando entre objetos amontonados para encontrar la prueba del delito.

Fuente: farodevigo.es

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